Dulce María Loynaz (La Habana, 10 de diciembre
de 1902 – La Habana, 27 de abril de 1997). Poetisa
y novelista cubana.
Sólo escribió una novela, JARDÍN, con la que me
topé y leí con gusto y de la que guardo una frase
que mantengo en mi vida como santo y seña desde
entonces VIVIR ES APRENDER A
PERDER.
Estos Poemas náufragos que hoy comento
son como retazos en prosa de un mundo interior
lírico que ella desgrana sobre temas diversos:
desde la alcurnia de su apellido vasco de Beasaín
hasta su sensación frente a la imagen de Tutankamón.
Hija del general del ejército Mambí
Enrique Loynaz del Castillo, tanto ella como
su padre como sus hermanos escribieron poesía, de
modo que su vida transcurrió en una suerte de
aristocracia cultural. En el Puerto de la Cruz de
Tenerife guardan un monumento con su figura no sé
si como recuerdo a un hermoso libro de viajes, Un
verano en Tenerife, que ella escribió. Si teneis
ocasión de toparos con alguna obra suya, cosa que
no es fácil por cierto, no os la perdais.
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