Nada es una
novela escrita por Carmen Laforet en 1944, que ganó el Premio Nadal el 6 de enero de 1945; más tarde, en 1948, obtuvo el Premio Fastenrath de la Real Academia Española. La
obra llamó la atención no solamente por la juventud de la escritora, que por
aquel entonces tenía 23 años, sino también por la descripción que Laforet hizo
de la sociedad de aquella época.
Frente a quienes dijeron que la novela era autobiográfica, la
autora misma escribió, en la introducción a la compilación titulada Novelas (Primera edición de 1957, Barcelona,
Editorial Planeta) lo siguiente: "No es, como ninguna de mis novelas,
autobiográfica, aunque el relato de una chica estudiante, como yo fui en
Barcelona, e incluso la circunstancia de haberla colocado viviendo en una calle
de esta ciudad donde yo misma he vivido, haya planteado esta cuestión más de
una vez".
Nada es una
novela de carácter existencialista en la que Carmen Laforet refleja el
estancamiento y la pobreza en la que se encontraba la España de la posguerra.
La escritora supo transmitir con esta obra, escrita con un estilo literario que
supuso una renovación en la prosa de la época, la lenta desaparición de la
pequeña burguesía tras la Guerra Civil.
La protagonista de la novela es una joven, llamada Andrea, que
recién terminada la Guerra Civil Española se traslada a la ciudad de Barcelona para estudiar y empezar una nueva vida.
Cuando Andrea llega a casa de su abuela, de donde sólo tiene recuerdos de su
infancia, sus ilusiones se ven rotas. En este piso de la calle de Aribau, donde
aparte de su abuela viven su tía Angustias, su tío Román, su tío Juan, la mujer
de este último, Gloria, y Antonia, la criada, la tensión se continúa en un
ambiente caracterizado por el hambre, la suciedad, la violencia y el odio. Andrea, que vive oprimida por su
tía Angustias, siente que su vida va a cambiar cuando su tía se marcha, pero
las cosas no acaban de ir como a ella le gustaría. Sin embargo, en la Universidad conoce a Ena, una chica de la que se hará
íntima amiga y que desempeñará un papel importante en su vida, pues junto a
ella aprenderá lo que el mundo exterior puede ofrecer.
La novela llega a crear una atmósfera
tan asfixiante que consigue traspasar el papel y llegar al lector. Cuando en el
ambiente opresivo de esta casa oscura, cerrada, sucia y maloliente, en esta especie
de microcosmos, a alguno de los personajes se le pregunta qué le pasa, qué
piensa, qué siente, con frecuencia se obtiene la misma respuesta: "nada".