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sábado, 17 de agosto de 2019

APEGOS FEROCES de Vivian Gornick



 Cuenta básicamente su accidentado camino hacia la madurez como mujer, su recorrido hasta encarnar, con dudas y quebrantos, el tipo de mujer que desea e intenta ser. En ese itinerario, hecho de esfuerzos y sobresaltos, juega un papel determinante el amor, el cómo vivir y manejar el amor, el amor en sus múltiples caras, el amor que trata de eludir el mandato imperativo -para tantas mujeres de su generación- de casarse y tener hijos.

En el presente del relato, Gornick, ya madura, pasea reiteradas veces con su madre, abocada a la ancianidad, por Manhattan. Generalmente, discuten y se enfadan, como han discutido y se han enfadado desde la niñez de la autora. Esa niñez y la adolescencia de Gornick, permanentemente evocadas al detalle, constituyen el grueso del libro, su primera y mejor parte.
Gornick hace un realista y fabuloso retrato de su infancia y juventud en el Bronx, en un edificio habitado por familias trabajadoras y sin muchos recursos, donde destacan -en el conjunto de vecinos, familiares y amigos- las mujeres. Tanto el padre como el hermano de Gornick, desdibujados en la penumbra, apenas aparecen.
Por el contrario, emerge con vigor inusitado la figura de la madre, una mujer que se entregó en cuerpo y alma a un marido chapado a la antigua y que, al enviudar, decidió abismarse en un dolor absoluto y paralizante del que nunca quiso salir. No es ésta la clase de vida ni de amor que quería vivir la adolescente Gornick, ni tampoco -aunque se sentía interpelada por su comportamiento- deseaba imitar a su vecina Nettie -tercera gran protagonista del libro-, una atractiva y joven madre -muy poco cuidadosa con su hijo- que, al enviudar, se entregará compulsivamente al sexo y a los hombres.
Al filo de su experiencia universitaria, Gornick no tiene ni en su madre ni en Nettie un modelo de mujer que le sirva de referencia fiable y, en la segunda parte del libro -a un ritmo más rápido, con saltos temporales más acusados-, la autora contará tres experiencias -un marido y dos amantes, el segundo de ellos casado, de un nivel cultural inferior y de larga duración- que jalonaron, de forma siempre insatisfactoria a la postre, la búsqueda y encarnación -con los estudios, la escritura y el compromiso- de la clase de mujer que deseaba ser.


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