La apasionante novela sobre José de
Ribas, el noble y militar español que triunfó en la Rusia imperial de Catalina
la Grande.
José de Ribas demostró siendo muy niño que había
heredado de su padre, el capitán y noble catalán Miguel de Ribas y Boyons, el
don innato para el urbanismo y la ingeniería, además de ciertas dotes para la
seducción y la diplomacia. Ya convertido José en mayor del ejército napolitano,
se embarcó en un viaje que lo llevaría por las cortes europeas y del que no
regresaría, pues el destino le tenía reservados grandes logros en la flamante
corte de Catalina II de Rusia, la Grande.
Militar, ingeniero, estratega,
amante de la emperatriz, fiel consejero y visionario sin par, José de Ribas Boyons y Plunkett,
conocido como Osip Mijáilovich en la fastuosa corte petersburguesa, el
primer español en hacer carrera en el Imperio ruso de la emperatriz de
emperatrices, cumplió con creces y aumentó el legado de su padre, pues fundó
para los rusos, sobre esa pequeña aldea a la que consideró su lugar en el
mundo, su puerto soñado similar al de Nápoles: Odesa.
Novela histórica documentada con
rigor y escrita con el entusiasmo de las grandes gestas, En la corte de la
zarina alumbra la figura de este español tan extraordinario como olvidado
por la historia.
La
escritora y exdirectora de la Biblioteca Nacional de España Rosa Regàsha muerto este miércoles a los 90 años de edad en su
residencia de la localidad ampurdanesa de Llofriu, Girona, según han informado
fuentes próximas a su familia.
Nacida
en Barcelona el 11 de noviembre de 1933, Regàs ganó en 1994 el Premio Nadal con
su novela Azul,
en el año 2001 se alzó con el Premio Planeta con una novela de intriga, La Canción de Dorotea, y
en 2013 obtuvo el Premio Biblioteca Breve por la novela Música de Cámara.
Hija del dramaturgo Xavier Regàs i Castells y de Mariona
Pagès, hermana del decorador Xavier Regàs, Regàs nació en el seno de una
familia republicana. Durante la Guerra Civil española fue enviada junto con su
hermano pequeño a Francia, acogidos como otros niños españoles que huían del
conflicto por el pedagogo Célestin Freinet.
Las memorias de adolescencia de Rosa Regàs nos
transportan a la cruda posguerra barcelonesa, donde el republicanismo de su
familia era tabú y las nuevas convenciones sociales anulaban cualquier libertad
individual. Unos años en los que el miedo, el fervor religioso y el maniqueísmo
moral marcaban la pauta de conducta de la sociedad y que conformaron, por
negación, el carácter de una mujer contestataria e inconformista que se acabó
rebelando. Con estas páginas conocemos a la Rosa Regàs más
joven, la que es obligada a aprender a coser y a planchar, la que descubre el
amor y la pasión, y la que muy pronto se inicia en las alegrías y los
sufrimientos de la maternidad. Pero, sobre todo, distinguimos a la mujer con
inquietudes intelectuales y amistades de gran relevancia cultural a quien
ninguna circunstancia podrá detener. «En los momentos de lucidez me preguntaba, ¿Este
mundo al que he ido a parar, es aquel mundo lleno de atractivos que me moría
por descubrir? ¿El que me llevaría a conocer otras realidades, el mismo que me
abriría las puertas a otros conocimientos que me harían libre?»
Momentos antes de
que empiece la pomposa celebración de su centésimo cumpleaños, Allan Karlsson
decide que nada de eso va con él. Vestido con su mejor traje y unas pantuflas,
se encarama a una ventana y se fuga de la residencia de ancianos en la que
vive, dejando plantados al alcalde y a la prensa local. Sin saber adónde ir, se
encamina a la estación de autobuses, el único sitio donde es posible pasar
desapercibido. Allí, mientras espera la llegada del primer autobús, un joven le
pide que vigile su maleta, con la mala fortuna de que el autobús llega antes de
que el joven regrese y Allan, sin pensarlo dos veces, se sube con la maleta,
ignorante de que en el interior de ésta se apilan, ¡santo cielo!, millones de
coronas de dudosa procedencia. Pero Allan Karlsson no es un abuelo fácil de
amilanar. A lo largo de su centenaria vida ha tenido un montón de experiencias
de lo más singulares: desde inverosímiles encuentros con personajes como
Franco, Stalin o Churchill, hasta amistades comprometedoras como la esposa de
Mao, pasando por actividades de alto riesgo como ser agente de la CIA o ayudar
a Oppenheimer a crear la bomba atómica. Sin embargo, esta vez, en su enésima
aventura, cuando creía que con su jubilación había llegado la tranquilidad,
está a punto de poner todo el país patas arriba. La edición en castellano de
esta novela llega precedida de un éxito arrollador en toda Europa. Casi dos
millones de ejemplares vendidos —de los cuales más de un millón en Suecia,
donde fue Libro del Año y Premio de los Libreros— y presente en las listas de
libros más vendidos en Italia, Francia y Alemania, país donde ocupa el puesto
número uno al día de hoy, demuestran que estamos ante una rara avis.
Una historia extremadamente audaz e
ingeniosa que sorprenderá constantemente al lector.
Jonas Jonasson nos regala un
personaje maravilloso. Un abuelo sin prejuicios que no está dispuesto a
renunciar al placer de vivir.
Mariana Enriquez regresa al cuento con doce historias
de horror. Doce relatos sobre el mal que acecha y la presencia de lo
monstruoso.
Quien ose adentrarse en las páginas de este libro sentirá un
escalofrío recorriéndole la espina dorsal, y algunas cosas más. Son doce
cuentos de horror, doce relatos sobre el horror: sobre el mal que acecha y los
monstruos que surgen de pronto en la realidad más cotidiana, en grandes urbes o
pequeños pueblos recónditos.
En uno de los cuentos, una mujer mantiene a raya a los fantasmas
que andan sueltos por un barrio periférico de Buenos Aires; entre ellos, los de
su madre muerta de una dolorosa enfermedad, los de unas adolescentes asesinadas
en la calle, el de un ladrón pillado en pleno robo y el de un chico que huía de
un secuestro exprés. En otra historia, una pareja alquila una casa para unas
vacaciones en un pueblo que ha ido perdiendo habitantes desde que el tren dejó
de pasar; visitan en la estación abandonada la exposición de los perturbadores
lienzos de un artista local, pero lo verdaderamente aterrador será conocer al
autor de esas pinturas. En otra pieza, los voluntarios de una ONG que reparte
comida por barrios marginales son perseguidos por unos niños de pavorosos
ojos negros. En otra, una periodista que investiga la historia de una chica
desaparecida en un hotel en Los Ángeles, cuyas espeluznantes imágenes
recorrieron internet, acaba enfrentándose a otra leyenda de la ciudad…
Después de su monumental y aclamada novela Nuestra parte de noche,
Mariana Enriquez vuelve al relato y demuestra que sigue en plena forma como
gran continuadora y renovadora del género de terror, al que ha llevado a las
más altas cotas literarias. Partiendo de la tradición −desde las novelas
góticas hasta Stephen King y Thomas Ligotti−, la escritora explora nuevos
caminos, nuevas dimensiones.
«Leer a Enriquez es una experiencia dura, emocionante. Sus
historias no son tranquilizantes. Es una maestra de lo macabro que no apela a
emociones baratas, sino que cada pequeño detalle de oscuridad está allí por una
razón y cada una de sus historias contiene una carga política» (Anne
Meadows, Granta).
«Su escritura es tan auténtica y perspicaz que consigue evocar
una realidad más vívida que la que nos rodea. La prueba de que nos hallamos
ante una escritora de primera clase» (Daniel Gumbiner, McSweeney’s).
«Mariana Enriquez muestra todo y lo muestra con morbo. Ilumina
con luz intermitente de velas las zonas más oscuras de la literatura
argentina» (Violeta Gorodischer, La
Nación).
«Una narradora oscura, minuciosa, terrible y cautivadora»
(Javier Calvo).
«El terror, en los cuentos de Mariana Enriquez, se desliza como
un jadeo de agua negra sobre baldosas al sol. Como algo imposible que, sin
embargo, podría suceder» (Leila Guerriero).
«Mariana Enriquez es una escritora fascinante que exige ser
leída. Su ficción nos impacta con la fuerza de un tren de mercancías» (Dave
Eggers).