La
escritora y exdirectora de la Biblioteca Nacional de España Rosa Regàs ha muerto este miércoles a los 90 años de edad en su
residencia de la localidad ampurdanesa de Llofriu, Girona, según han informado
fuentes próximas a su familia.
Nacida
en Barcelona el 11 de noviembre de 1933, Regàs ganó en 1994 el Premio Nadal con
su novela Azul,
en el año 2001 se alzó con el Premio Planeta con una novela de intriga, La Canción de Dorotea, y
en 2013 obtuvo el Premio Biblioteca Breve por la novela Música de Cámara.
Hija del dramaturgo Xavier Regàs i Castells y de Mariona
Pagès, hermana del decorador Xavier Regàs, Regàs nació en el seno de una
familia republicana. Durante la Guerra Civil española fue enviada junto con su
hermano pequeño a Francia, acogidos como otros niños españoles que huían del
conflicto por el pedagogo Célestin Freinet.
Las memorias de adolescencia de Rosa Regàs nos
transportan a la cruda posguerra barcelonesa, donde el republicanismo de su
familia era tabú y las nuevas convenciones sociales anulaban cualquier libertad
individual. Unos años en los que el miedo, el fervor religioso y el maniqueísmo
moral marcaban la pauta de conducta de la sociedad y que conformaron, por
negación, el carácter de una mujer contestataria e inconformista que se acabó
rebelando.
Con estas páginas conocemos a la Rosa Regàs más
joven, la que es obligada a aprender a coser y a planchar, la que descubre el
amor y la pasión, y la que muy pronto se inicia en las alegrías y los
sufrimientos de la maternidad.
Pero, sobre todo, distinguimos a la mujer con
inquietudes intelectuales y amistades de gran relevancia cultural a quien
ninguna circunstancia podrá detener.
«En los momentos de lucidez me preguntaba, ¿Este
mundo al que he ido a parar, es aquel mundo lleno de atractivos que me moría
por descubrir? ¿El que me llevaría a conocer otras realidades, el mismo que me
abriría las puertas a otros conocimientos que me harían libre?»
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