El desarrollo te atrapa y resulta difícil dejarla una vez que ya has entrado en la trama. Final ambiguo en el que no terminas de saber si lo que crees que pasa es lo que pasa en realidad o no.
Parece que es la única novela que Pere Gimferrer tiene firmada. Parece también que la escribió casi en su juventud y que la ha sacado a la luz recientemente, muchos años después de haberla escrito y después de haberla tenido muchos años también en alguno de sus cajones, casi en el olvido. En realidad la obra se lee en un par de sentadas y la lectura no se aleja del tono de poema pero es cierto que cuenta una historia con su propio desarrollo y unidad, mezclada, eso sí, de muchos elementos oníricos, esperpénticos y muy poco cercanos a los cánones de la novela convencional.
Me ha resultado curiosa y doy por bueno el haberla leído porque conozco un poco mejor a su autor, Pere Gimferrer, muy reconocido y valorado en las letras catalanas y españolas y creo que lo tiene bien merecido, la verdad.
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