He descubierto a Ricardo Piglia, escritor argentino de gran lucidez del que no conocía nada y al que estoy seguro que volveré porque esta obra me ha interesado poderosamente. Se trata de una trama ligada al descubrimiento y profundización de los años argentinos de escritor americano W. H. Hudson. El protagonista llega invitado a una universidad de Nueva Jersey por la profesora Browm para impartir un seminario sobre este asunto. Al poco tiempo y después de haber vivido con ella una extraña e intensa historia de amor, la profesora muere en un accidente de automóvil. La investigación descubre que se trata de un atentado ligado a muchos otros anteriores parecidos. Se descubre que el responsable de todos ellos es un profesor de Matemáticas, autor además de un Manifiesto sobre el capitalismo tecnológico. El protagonista se siente interesado y viaja a California a entrevistarse con el asesino, preso en una de sus cárceles. La aconsejo vivamente e insisto en que para mí no ha significado más que la puerta de entrada al mundo de Piglia.
Del donostierra de Hernani Gabriel Celaya es difícil no conocer aquello de que LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO, que ha quedado como un himno de los setenta, pero tenemos que saber que su autor, el ingeniero Gabriel Celaya, un día decidió darse de baja de su prometedor presente y futuro tecnológico y familiar y, con su inseparable Amparito, dedicarse por completo a la literatura, formando parte de lo que por aquel entonces se llamó Poesía social, junto con Blas de Otero y otros. La obra de Gabriel Celaya es amplia. Cultivó la poesía sobre todo, también el ensayo y la novela. Por casualidad me encontré este LÁZARO, CALLA y decidí meterle mano porque sólo conocía de Celaya su poesía. No puedo decir que me haya decepcionado porque está muy bien escrita. Lo que sí me asombra es darme cuenta de que una persona como Celaya, progresista de toda la vida, trata un asunto que, sin ser autobiográfico tiene que ver con su peripecia personal y nos traslada una imagen que huele a viejo y que, por lo menos a mí, me deja ver que el tiempo no ha pasado muy bien por esa obra. Lo que me lleva a pensar que la vida ha evolucionado mucho más de lo que pudo pensar Celaya cuando escribió esta novela. Probablemente es cierto que en el tema de las relaciones entre hombres y mujeres, ni nosotros mismos so mos capaces de terminar de creer que hemos cambiado tanto, por más que sigamos viendo que todavía queda mucho por hacer. De todas formas yo la aconsejaría, aunque no fuera más que para verificar esta constatación, que no me parece menor y que nos puede decir que así como en este tema estamos mucho más allá de lo previsible hace unos pocos años, eso no quiere decir que en todos los asuntos estemos en el mismo orden, ni mucho menos. Hay temas en los que estamos retrocediendo claramente.
No voy a ser yo el que vaya a descubrir las calidades literarias de este maestro de las letras mexicanas recientemente desaparecido. Lo que sí puedo afirmar después de leerme este voluminoso libro es que se trata seguramente de uno de los más complejos de su amplia producción y a la vez como de una descarga personal no sé si contra sí mismo, contra su amplia cultura o contra la historia. Por momentos da la sensación de que quiere decirlo todo y de todos los temas. Liga muho a España y todo lo español relacionado con la Reina Loca, con el esqueleto permanentemente presente de su bello y depravado esposo, de Felipe y su monumento funerario, que sin duda se refiere al Escorial aunque no se menciona y unos repasos también a la vida y a las complejas costumbres de nuevo mundo, sobre todo de los aztecas, que le cogen más a la mano porque seguramente serán sus abuelos o los abuelos de sus abuelos. El libro me parece una hermosura. Como una basílica amplia en la que puede caber el mundo y repleta de rincones dentro de los que se pueden leer secuencias complementarias de una misma historia, seguramente la historia que él quería dejar como regalo a quienes nos atreviéramos a adentrarnos por todos los vericuetos que conforman esta magna obra. Muy recomendable a mi modo de ver pero para los que no se asusten de los gran des desafíos que la literatura ofrece. Abstenerse las liviandades dee personas o de actitudes. Una obra importante.
Es un librito de unas 120 páginas y que se lee casi de una sentada. Reconozco que Félix de Azúa es un autor al que he descubierto hace muy poco y me ha interesado y me sigue interesando. Conocía sus columnas en El País pero no había leído ningún libro suyo. Algunos de sus libros son de estilo o de estilística. Podríamos decir que de ensayo. Pero me topé hace algún tiempo con DIARIO DE UN HOMBRE HUMILLADO que le valió en su día el Premio Herralde de novela y me gustó. Yo tuve ocasión de comentarlo en este blog. Me quedó el gusanillo y decidí probar en esra ocasión con esta Historia de un idiota que sigue con una prosa implacable, dura, casi sarcástica y por momentos como si quisiera desagradar expresamente pero quizá por eso mismo o no sé por qué me sigue interesando. No será el último casi seguro. Quien pretenda meterle mano, aparte de saber que es un libro corto como he dicho tiene que ser consciente que es una escritura sin concesiones, rigurosa y fuerte, muy fuerte en algún momento. Pero creo que merece la pena porque aporta hondura en el análisis de lo que cuenta, habla de la actualidad y del papel del protagonista dentro de ella. Creo que no defrauda. A mí, por lo menos, me ha interesado y lo aconsejo claramente.
