El «Retablo de las
maravillas» es uno de los ocho entremeses escritos por Miguel de Cervantes y Saavedra y publicados en el tomo Ocho comedias y ocho entremeses nunca
representados, de 1615.1
La historia es una versión de
un cuento oriental anónimo que tuvo variadas realizaciones en occidente, desde
uno de los cuentos de El conde Lucanor («De lo que contesció a un rey con los
burladores que ficieron el paño») hasta «El traje nuevo del Emperador» que
recopiló Hans Christian Andersen. En el
«Retablo de las maravillas» de Cervantes, unos pícaros (Chanfalla, el
propietario del retablo, y su compañera Chirinos) entran en un pueblo con la
idea de ofrecerles una función insólita.
En el retablo (teatro pequeño
en el que los actores son marionetas) se
verá una historia con la particularidad de que no puede ser vista por hijos
bastardos o por gente de sangre no pura, es decir, por aquél que no fuese
cristiano viejo y tuviese ascendencia mora o judía (tan de acuerdo con los estatutos de limpieza de sangre de la época).
El espectador, consciente de
que están timando a los asistentes, incluyendo a las autoridades, se divierte
por la crítica de costumbres que supone esta trama. Acaba el entremés con la
llegada de un militar que exige al poder político municipal alojamiento para
sus exhaustos soldados. Al no conocer el supuesto poder del retablo no le
importa decir que no ve nada. Ante esto los timados comienzan a mofarse de él
y, afrentado, se enfada, con el desenlace de entremés a palos.
Esta obra cervantina es un buen
ejemplo del entremés del teatro español del Siglo de oro; pieza
breve, de un sólo acto, dispuesta para ser representada entre acto y acto de
una obra teatral, es de carácter jocoso y burlesco, con mucho movimiento y
griterío de los personajes.