Antes de enfrentarse
a la lectura de este libro cabría hacerse tal pregunta para, de desconocer el
suelo que se pisa, dejarla para otro momento. El autor escarba en el texto,
secciona y destripa hasta los más mínimos detalles del comportamiento de sus personajes,
de sus pensamientos y sus acciones; narra con brío y justifica sin titubeos
cada acción y cada movimiento a golpe de filosofía con un carisma y un temple
reservados solamente a unos cuantos; reflexiona, a modo de ejemplo, sobre el
origen del matrimonio de los protagonistas (un matrimonio son dos soledades que
mutuamente se reverencian y se respetan), sobre el modo en que se conocieron y
fueron evolucionando, sobre las relaciones con los banqueros (amigos de Matilda)
y los profesores de filosofía (compañeros de Juan); analiza exhaustivamente
el trabajo de ambos cónyuges y habla de negocios, negocios y más negocios como
válvula de escape de la protagonista (frente a innumerables pros, quizá sea
éste, a mi parecer, el único contra de la novela), como un modo de entender la
vida heredado de su padre; y, cómo no, profundiza en las escenas y los
escenarios con la maestría propia de un autor de su categoría y su trayectoria.
La obra está estructurada en tres partes: “Al Asubio”, “Juan y Matilda” y “El Asubio”, y consta de cuarenta y cuatro capítulos perfectamente definidos y diferenciados entre sí. Los diálogos son escasos, si bien van aclarando sucesos que el autor deja en el aire en sus descripciones, y los párrafos excesivos en cuanto a su amplitud, en muchas ocasiones de dos, tres o más páginas. A ello se debe que este libro sea más extenso –quizá el doble, tal vez el triple- de lo que en realidad correspondería a otro de su mismo grosor. No obstante, esto no representa problema alguno, ni por supuesto quiere decir que resulte aburrido, más bien lo contrario, cuando uno se zambulle en la lectura, ésta se torna hospitalaria, ágil, entretenida, si bien en ocasiones el estilo resulta, por culto, difícilmente asimilable
La obra está estructurada en tres partes: “Al Asubio”, “Juan y Matilda” y “El Asubio”, y consta de cuarenta y cuatro capítulos perfectamente definidos y diferenciados entre sí. Los diálogos son escasos, si bien van aclarando sucesos que el autor deja en el aire en sus descripciones, y los párrafos excesivos en cuanto a su amplitud, en muchas ocasiones de dos, tres o más páginas. A ello se debe que este libro sea más extenso –quizá el doble, tal vez el triple- de lo que en realidad correspondería a otro de su mismo grosor. No obstante, esto no representa problema alguno, ni por supuesto quiere decir que resulte aburrido, más bien lo contrario, cuando uno se zambulle en la lectura, ésta se torna hospitalaria, ágil, entretenida, si bien en ocasiones el estilo resulta, por culto, difícilmente asimilable
Gracias! Porque asi he conocido un poco de la historia del libro.
ResponderEliminarLo tenia en mente y ahora se.
Buen blog. Nos leemos!
Muchas gracias, un placer pasar por aquí y llevarse siempre una información tan útil. Saludos.
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