La sombra del viento es
el libro que el protagonista, Daniel Sempere, «adopta» en el Cementerio de
libros olvidados, un lugar casi mágico que su padre, librero de viejo, le
descubre. La historia engancha al joven Daniel como ningún otro libro y a
partir de ahí, el misterio sobre su autor, al que casi nadie conoce y cuya vida
parece borrada de la faz de la tierra, gobernará la vida de Daniel, que está
dispuesto a resolver el enigma a toda costa.
Zafón nos presenta como
protagonista a este joven de diecisiete años, con los problemas e inquietudes
propios de su edad, dentro de un contexto, el de la posguerra española, quizá
más adulto y un poco menos habitual en los libros juveniles. Las calles de una
Barcelona entre brumas son el escenario de una apasionada historia de amor, de
libros con un poder especial y destinos imposibles, cargada de misterios,
miseria y esperanzas contada a través de la nostalgia de sus muchos personajes.
Su compleja trama con multitud de
historias paralelas, los personajes extraños que se entrecruzan y una prosa
adornada hasta el barroquismo (aunque sin caer en el exceso) son los medios de
los que Zafón se vale para hacer de este libro una novela tremendamente
entretenida y absorbente desde la primera página, y especialmente recomendable
para los enamorados de los libros, a los que nos encantaría poder entrar en ese
lugar tan poderosamente intrigante como el Cementerio de los libros olvidados.
Hace unos meses nos enterábamos de
la muerte de Carlos Ruiz Zafón, el escritor que será siempre recordado por su
maravillosa novela. Aunque ya tenía cierta trayectoria en la novela
juvenil, La sombra del
viento supuso una revolución en las llamadas lecturas-puente
o crossover y
le abrió las puertas definitivamente a la «ficción de adultos».
Era 2001 cuando apareció en las librerías
una novela que lo cambiaría todo para su autor, Carlos Ruiz Zafón, y también,
por qué no, para la literatura española. Hablamos, claro, de «La sombra del
viento», una obra traducida a más de cuarenta idiomas y que ha vendido más de
diez millones de ejemplares en todo el mundo. Casi nada.
«La
sombra del viento» era el triunfo de un escritor que se sabía
así desde muy joven, que con solo catorce años había pergeñado un historión de
quinientas páginas, y que ya había triunfado en la narrativa juvenil. El
triunfo de un hombre que entendía la novela como la gran conquista de la
literatura, y sentía por ella una admiración reverencial.