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sábado, 30 de julio de 2022

LA MUERTE TENDRÁ QUE ESPERAR de Javier Valenzuela

 


La novela negra, el noir, se alimenta de la realidad, de la cara oculta, de lo más bajo del instinto humano, de las bajezas éticas. La muerte tendrá que esperar, que cierra la trilogía escrita por Javier Valenzuela con Tánger como telón de fondo, es un excelente ejemplo de ello.

Con gran habilidad rescata personajes de sus anteriores títulos tangerinos, enhebra un sinfín de historias muy actuales alrededor de una trama principal y ofrece así una visión panorámica de la corrupción que campa a sus anchas cada día ante nuestras narices: la del rey emérito, la de los bitcoins, la policial de las cloacas del Estado, la de los eventos deportivos, la de la prensa… Y es que Javier, como brillante periodista, ha sabido introducir cada una de esas cuestiones que nos han llenado de zozobra y de desilusión estos años. Sólo el profesor Sepúlveda, de nuevo, es de, entre los protagonistas, el que parece que intenta sobrevivir sin que nada le salpique, observando lo que sucede con una mirada distante y sarcástica.

Pero también ha sabido humanizar y retratar a todos los demás personajes, que se hacen cercanos. A veces, me he reído con algunas de sus descripciones porque, solo con el físico, ya se adivina de qué personaje público real nos está hablando. Los clava. En este punto me parece muy valiente por su parte que sean así de reconocibles, hace la novela más realista y creíble.

Como ya hizo en sus otras dos novelas, es fácil moverse por Tánger siguiendo su relato. Para quienes conocemos bien la ciudad, nos situamos en cada escenario con una facilidad pasmosa; para los lectores que no han estado nunca en Tánger, supongo que les abre el apetito por conocerla. Se huele Tánger en estas páginas. Javier conoce en profundidad a la ciudad y a su gente.




sábado, 23 de julio de 2022

LA VIOLINISTA ROJA de Reyes Monforte


 

Captada por los servicios secretos de Stalin en Barcelona durante la guerra civil española, formó parte del operativo para asesinar a Trotski en México, luchó contra los nazis ejerciendo de radioperadora —violinista— en Ucrania, protagonizó la trampa de miel más fructífera del KGB al casarse con el escritor anticomunista Felisberto Hernández y crear la mayor red de agentes soviéticos en Sudamérica, dejó su impronta en el espionaje nuclear, en bahía de Cochinos y se relacionó con Frida Kahlo, Diego Rivera o Ernest Hemingway, entre otros. Una vida llena de peligro, misterio, glamour y numerosas identidades secretas bajo un mismo alias: Patria. Ni siquiera la relación personal con el asesino de Trotski, Ramón Mercader, la separó de sus objetivos, pero ¿qué precio tuvo que pagar por su lealtad a la URSS y a sí misma?

  • Reyes Monforte relata en La violinista rojala increíble vida de un icono fascinante de nuestra historia; una novela épica, torrencial y ambiciosa en torno a una de las mujeres que forjaron el siglo xx tal y como lo conocemos.
  • Reyes Monforte rescata la figura de una asombrosa mujer silenciada por la historia para situarla en el lugar que siempre debió ocupar. Y lo hace con la precisión de quien sabe manejar la vasta información extraída de sus minuciosas inves­tigaciones. De esta manera, el retrato objeto de estudio nunca resulta superficial, ya que entre las páginas queda desvelada también su alma.
  • No solo nos cuenta la historia de África de las Heras, las muchas vidas en ocasiones paralelas de una espía fría y calculadora, sino que se adentra en la cabeza de una mujer que renunció a todo por un ideal, también al amor, excepto el vivido junto a Ramón Mercader, quien pasaría a la historia como el asesino de Trotski. También narra la historia de nuestro tiempo, entretejiendo con habilidad de artesano las más curiosas anécdotas con los hilos que conectan unos episodios con otros. Cada hecho histórico da pie a otros, y Monforte reconstru­ye con riqueza de detalles esta tela de araña, panorámico mapamundi temporal que explica nuestro presente.


sábado, 16 de julio de 2022

ADIÓS, PEQUEÑO de Máximo Huerta



 

'Adiós, pequeño', que obtuvo el XXVII Premio de Novela Fernando Lara, es definida por su autor como "una novela que habla de una familia que ha tenido que callar para ser feliz". "Y más allá de esa máxima de que 'todas las familias felices se parecen y las infelices lo son cada una a su manera', se trata de celebrar la vida de nuestros abuelos y padres como seres independientes", ha apuntado.

Huerta reconoce que este premio, junto con su nueva labor en la televisión autonómica valenciana, le ha "reconectado con el contador de historias". "Es un programa sin sucesos, sin corazón, contando historias porque eso también es televisión. Y mi vida actual me ha reconectado a esto", ha celebrado.

El autor prefiere no usar la etiqueta 'autoficción' para definir sus libros, sino la de "literatura de proximidad" -y cita a escritores actuales como Milena Busquets o Andrés Trapiello, entre otros-. "Lo que has leído y lo que observas es lo que pasa a la ficción, sin permiso de la realidad", ha asegurado.

Además, con otras ocho novelas a sus espaldas, no ha dudado en señalar a 'Adiós, pequeño' como "la mejor". "Lo difícil como autor es tener un mundo propio y yo lo tengo, aunque siempre esté escribiendo la misma novela", ha resaltado sobre su escritura, que en esta ocasión mira a la infancia "sin mitificarla".

También hay una mirada de amor hacia su madre, pero matizando que esto está en su "AND". "He sido un niño muy maduro porque de pequeño siempre cuidaba y estaba pegado a mi madre", ha señalado con humor el presentador de televisión, quien apunta a 'Platero y yo' como el libro "de entrada" a otro tipo de literatura.

En esta mirada al pasado y a lo rural, Huerta afirma notar un cambio respecto al "asombro" en comparación con la actualidad. "Los momentos más felices hay que esperarlos, pero vivimos un tiempo disperso en el que parece que tener prisa es mejor que la lentitud. Hay que volver a ser esos niños que se asombran por todo, pero toca entrenarlo", ha concluido.




domingo, 10 de julio de 2022

LA MUJER PINTADA de Teresa Arijón

 


Reinas, amantes, lolitas, prostitutas, actrices, trapecistas, bailarinas... hasta no hace mucho en la Historia del Arte las mujeres solo podían ser modelos. Profesionales como Kikí de Montparnasse en las fotografías de Man Ray o musas por azar como Victorine Meurant, la Olympia de Manet, que luego competiría con él. Íconos de las vanguardias como la alocada Henrietta Moraes, que inspiró a Bacon y Lucian Freud o la surrealista Claude Cahun, quien en 1930 proclamó: "Neutro es el único género que me viene bien".

De la sonrisa de la Gioconda al color de la piel de Cleopatra, la cabellera de la Venus de Botticelli o el vello púbico de la vagina que pintó Courbet a pedido de un erotómano turco ?y que Lacan escondería en un doble muro de su estudio?, el misterio de sus identidades y aspectos obsesionó a ladrones, moralistas y académicos. Sus rostros y sus cuerpos pautan hasta hoy un ideal de belleza.

En el arte lo han sido todo: reinas, amantes, prostitutas, bailarinas... Pero ¿quiénes fueron realmente las mujeres a las que los artistas un día pintaron?

Teresa Arijón pone nombre a muchas de ellas, recuperando la historia real y las anécdotas de las modelos que un día se expusieron enteras para que un pintor las exprimiera a su antojo.

Pero 'La mujer pintada' también habla de la belleza, del cuestionado concepto de musa, y reflexiona sobre si se puede ser feminista cuando lo que se muestra, a priori, es solo lo de fuera.

Aunque se sabe y acepta que hay muchas formas de acercarse al arte, ninguna de ellas piensa en ellas: en las mujeres reales que hicieron posible que estos cuadros existan.

Durante años han sido miradas, contempladas, admiradas... pero nadie les ha puesto nombre. Y no porque no se supiera sino porque sus nombres no importaron.

En 'La mujer pintada', Teresa Arijón (que fue modelo durante más de veinte años) quiere girar 360 grados la perspectiva y contar la Historia del Arte desde el punto de la modelo. Porque, como ella dice, un cuadro existe también porque existe la modelo, y no otra, que los artistas pintan.



sábado, 2 de julio de 2022

LOS SUEÑOS ASEQUIBLES DE JOSEFINA JARAMA de Manuel Guedán

 


Una obra picaresca para los tiempos en los que cualquiera (no todos, cualquiera) puede llegar donde desee. «La novela de Guedán no puede ser más descacharrante ni más lúcida. Cuánto dolor y cuánto gozo, cuánto humor y cuánta empatía, en una novela rebosante de personajes y ambientes perfilados con profundidad multicolor y mala baba. No miren para otro lado. Esto no se lo pueden perder».
Marta Sanz «Guedán nos regala con su novela un travelling de la España reciente con una mirada tan tierna y humilde como pícara y política».
Elizabeth Duval «¡Qué pocas veces he tenido la razón!». Desde muy pequeña, Josefina Jarama sueña con una vida mejor y sabe que para llegar hasta ella solo hay una vía, cruda y pragmática: el ascenso social. Este Lazarillo moderno comienza su andadura en una fábrica de juguetes en Ibi, Alicante. Allí es la protegida del jefe y además trabaja junto a su madre, una comunista militante que opera en la clandestinidad y que deberá huir para que no la encarcelen. La protagonista ha de elegir entonces entre su madre o sus sueños en la fábrica, y elige. Con Josefina y su peripecia, el lector recorre varias décadas de nuestra historia reciente, diversos puntos calientes del «milagro español» y, sobre todo, varias vidas. Animosa, descacharrante y única, Josefina hace realidad un sueño que no se ha propuesto: llegar al corazón. La crítica ha dicho:
«De la era dorada del juguete español al apogeo de la morralla liberal en una moto de Delypizza, una accidentada comedia #alta, baja, con enredos y batacazos# sobre una de las marcas sociales más requeridas en nuestro tiempo: la carrera laboral. Y# ¡trata de tú al lector!».
Luis Magrinyà «Los sueños asequibles de Josefina Jarama es asombrosamente clara y delicada para los problemas que aborda. La protagonista está muy bien construida (no solo la voz); también sus "contrincantes": el juguetero conservador, el manager de la Ruta del Bakalao, su propia madre... Una novela muy madura y bastante judía (lo que para mí es un elogio incuestionable)».
Gonzalo Torné «Una sátira divertida y feroz de la cultura del esfuerzo y la meritocracia».
José Ovejero «El sarcasmo al servicio de la mejor inteligencia narrativa».
Constantino Bértolo «Josefina Jarama (¿o será de Tormes?) no es rebelde porque el mundo la hizo así. Es tierna y trepa. Una arribista más ingenua de lo que parece. Su cara sirve de inspiración para fabricar una Nancy de segunda. Su servicio a distintos amos -es decir, jefes en el mundo de la nueva precariedad- define la deriva económica y moral de la Transición española. La novela de Guedán no puede ser más descacharrante ni más lúcida. Cuánto dolor y cuánto gozo, cuánto humor y cuánta empatía, en una novela rebosante de personajes y ambientes perfilados con profundidad multicolor y mala baba. No miren para otro lado. Esto no se lo pueden perder».