Es un
libro bastante interesante que muestra lo que le pasa a una mujer, que no
consigue alcanzar la felicidad con su marido. Ha sido un libro que te habla de
una forma que se entiende desde el principio, en la situación, en el ambiente y
descripciones, como también el lenguaje que utiliza para expresar sobre todo
las sensaciones o sentimientos. Y que no me ha aburrido lo suficiente como para
leerla en
Cuenta
la historia de una mujer casada con Ventura; un amante, Leo; su hijo Marius, y
otros personajes como su hermana, su madre, la vecina... El caso es que Fidela,
la mujer no toma mucha parte en la vida del marido, va viendo que su matrimonio
se va rompiendo y que necesita desahogarse con alguien, cuando conoció a su
amante, manteniéndolo en secreto, por supuesto. También narra las historias de
su hijo, y los problemas que afecta a su hijo, en los que se debe involucrar al
ser ella la madre de su hijo.
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Planteamiento de la historia:
Fidela introduce al lector en su vida contándole sus costumbres, los personajes
que entran y salen de su vida, y otros muchos detalles.
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Nudo: Te cuenta como es su vida, la
relación que tiene con los personajes, y que esa no es la vida que quería ella
con Ventura, que quiere a Marius, también a Leo,...
También
narra como su vida va pasando, lo que hace, y como va conociendo a Leo, o a
Ventura mas profundamente; los problemas que tiene con cada personaje, sobre
todo con Marius, y con Ventura al vivir sobre el mismo techo; y la relación que
tiene con los personajes: su hermana, Charo, su padre, la asistenta,...
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Desenlace: En esta parte Fidela
relata la forma en la que se va despidiendo de Marius, Ventura y Rocco de forma
que ellos no se enteran y de repente saldrá de sus vidas para quedarse sola, ya
que sospecha que Leo tiene otra amante.
«Siempre había pensado que
si alguna vez me separaba de Ventura sólo me llevaría el cuadro de las espigas.
Es lo único que tenía cuando me casé y lo único que quisiera llevarme cuando me
descase. Mi corazón siempre ha bailado con las espigas de ese cuadro que
adquirí al ganar mi primer sueldo. En realidad no es un cuadro, sino una copia
de otra copia, pero en sus colores están contenidos todos los vaivenes
emocionales que he sufrido en los veinte años de mi última existencia, el
entusiasmo, los nervios, el amor innecesario, la ternura y, al fin, esa desazón
que se ha apoderado de mí y que me hace sentir como si tuviera el cuerpo
burbujeando en alka-seltzer.» Así es Fidela, una mujer a la deriva en el ancho
mar de los sentimientos, en un mundo y un ambiente en los que apenas hay lugar
para ella. Sólo el tórrido romance que mantiene con un hombre casado consigue
proyectarla más allá de su desazón cotidiana y la invita a pasar revista a su
azarosa vida. El resultado es un relato vibrante y arrollador en el que las
relaciones afectivas de la vida familiar cobran vida propia y se convierten en
puntos de referencia de nuestras propias vidas.