Es una de las obras fundamentales de Alberto Insúa, que en realidad se llamaba Alberto Galt Escobar». Los tres tomos de estas memorias «muy copiosas» se redujeron entonces a un solo libro, dividido en tres partes: «Mi tiempo y yo», que trata del conflicto entre Estados Unidos y España por la colonia de Cuba; «Horas felices. Tiempos crueles», que hace referencia a la experiencia de Insúa como corresponsal en París durante la Primera Guerra Mundial; y «Amor, viajes y literatura», que relata las relaciones del escritor con el «mundillo madrileño de la época, su ambiente, sus calles, sus actrices, sus dramaturgos y sus toreros».
Según Santiago Fortuño, «no hay muchos escritores que tratan del tema de la cubanidad, del mestizaje y del desastre del 1898 como lo hace Insúa. Una vez en España, le tocó vivir una época literaria protagonizada por una nutrida generación de escritores, poetas y ensayistas encabezados por Unanumo, Valle Inclán, Baroja o Azorín». Para Fortuño, el autor de «El negro que tenía el alma blanca» y «Humo, dolor y placer», «es un autor prolífico y muy diverso, que tuvo un gran éxito en su época. Fue prologuista, traductor, político (fue gobernador civil en Málaga, en 1930) y periodista para publicaciones como «Los Lunes de el Imparcial», «El Liberal», «Blanco y Negro» y «ABC». Hoy sus «Memorias» son casi inencontrables, cuando es una obra que resucita un mundo no tan lejano del que somos herederos».
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