Chernóbil, 1986. «Cierra
las ventanillas y acuéstate. Hay un incendio en la central. Vendré pronto.»
Esto fue lo último que un joven bombero dijo a su esposa antes de acudir al
lugar de la explosión. No regresó. Y en cierto modo, ya no volvió a verle, pues
en el hospital su marido dejó de ser su marido. Todavía hoy ella se pregunta si
su historia trata sobre el amor o la muerte.
Voces
de Chernóbil está planteado como si fuera una
tragedia griega, con coros y unos héroes marcados por un destino fatal, cuyas
voces fueron silenciadas durante muchos años por una polis representada aquí
por la antigua URSS. Pero,a diferencia de una tragedia griega, no hubo
posibilidad de catarsis.
«Alexiévich describe de manera muy elocuente la
incompetencia, el heroísmo y el dolor: mediante los monólogos de sus
entrevistados crea una historia que el lector, por muy distante que esté de los
acontecimientos, será capaz de palpar.»
The Daily Telegraph
The Daily Telegraph
«Terribles y grotescas,
las historias se consolidan página tras página como los radionúclidos
instalados en los cuerpos de los supervivientes.»
The New York Times
The New York Times
Svetlana Alexievich
(1948), la reciente Premio Nóbel, es una
afamada periodista, escritora y ensayista bielorrusa cuya obra ofrece un
retrato profundamente crítico de la antigua Unión Soviética y de las secuelas
que ha dejado en sus habitantes. Se licenció en periodismo por la universidad
de Minsk y colaboró con la revista local Neman, para la que escribía ensayos,
cuentos y reportajes. Ha cultivado su propio género literario, al que denomina
«novelas de voces», donde el narrador es el hombre corriente -aquel que no
tiene voz, el mismo que se ha llevado su propia historia a la tumba, desde la
Revolución hasta Chernóbil y la caída del imperio soviético-. En sus libros,
traducidos a más de veinte idiomas, Svetlana Alexievich trata de acercarse a la
dimensión humana de los hechos a través de una yuxtaposición de testimonios
individuales, un collage que acompaña al lector y a la propia Alexievich a un
terrible «descenso al infierno». Es autora de U wojny ne zenskoje lizo (La
guerra no tiene rostro de mujer, 1985; ed. act. 2008), Zinkovye malchiki (Los
muchachos de zinc, 1989; ed. act. 2007), Tchernobylskaya molitva (Voces de
Chernóbil, 1997; ed. act. 2014), Poslednie Svideteli (Últimos testigos, 2004) y
Vremya sekond-khend (Tiempo de segunda mano, 2013). Ha recibido varios
galardones, entre los que cabe destacar, el Premio Ryszard-Kapuscinski de
Polonia (1996), el Premio Herder de Austria (1999), el Premio Nacional del
Círculo de Críticos de Estados Unidos por Voces de Chernóbil (2006), el Premio
Médicis de Ensayo en Francia por Tiempo de segunda mano (2013) y el Premio de
la Paz de los libreros alemanes (2013), entre otros.