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sábado, 24 de diciembre de 2016

IRLANDA de Espido Freire


Natalia, muy afectada por la muerte de su hermana, es enviada al campo a pasar el verano en compañía de sus primos. Allí vivirá envuelta en flores secas, vestidos antiguos, conjuros mágicos, sueños y pesadillas. En su mundo imaginario y frágil, que resurge cada noche con la oscuridad y en el que nada es como parece ser, se pone de manifiesto la insalvable distancia que separa a Natalia de sus primos, especialmente de la encantadora Irlanda.Una novela en la que la belleza, la crueldad y los presentimientos recrean una atmósfera inquietante e irresistible y con la que Espido Freire debutó como escritora en 1998. La maldad se esconde en todas partes. Incluso enla propia familia
Desde que Sagrario ha muerto, las cosas son distintas para Natalia, su hermana, y para sus padres, que en un intento por protegerla de la tristeza la envían al campo a pasar el verano. Allí, en la vieja casona familiar, se reúne con sus primos, Irlanda y Roberto, que con la ayuda de unos amigos se han propuesto adecentar la casa para venderla. Así comienza ese verano en que Natalia, una joven tímida que apenas ha salido de su entorno familiar, vivirá envuelta en flores secas, vestidos antiguos, conjuros mágicos, sueños y pesadillas. Y en ese mundo frágil, que resurge con la oscuridad y en el que nada es como parece ser, se pone de manifiesto la insalvable distancia que separa a Natalia de sus primos, especialmente de la encantadora y dulcísima Irlanda.
Haciendo gala de una maestría narrativa que mezcla con prodigioso equilibrio tradiciones del mundo celta con el descaro provocativo de una Françoise Sagan, Espido Freire nos ofrece una primera novela en la que la belleza, la crueldad y los presentimientos recrean una atmósfera inquietante e irresistible.


Espido Freire (Bilbao, 1974) debutó como escritora con Irlanda (1998), novela que recibió una espléndida acogida por la crítica y fue galardonada con el Premio Millepage, otorgado por los libreros franceses a la novela revelación extranjera. En 1999 apareció Donde siempre es octubre y seis meses más tarde se convertía en la ganadora más joven del Premio Planeta con su obra Melocotones helados (1999). Sus otras novelas son Diabulus in musica (2001), Nos espera la noche (2003) y Soria Moria (ganadora del Premio Ateneo de Sevilla 2007), La diosa del pubis azul (2005) y su última novela, La Flor del Norte (2011). Es autora, además, de colecciones de cuentos, una novela juvenil y un libro de poemas. La crítica la ha reconocido como una de las voces más interesantes de la narrativa española. En Ariel ha publicado los ensayos Mileuristas, La generación de las mil emociones, Primer amor, Los malos del cuento y Quería Volar.

domingo, 18 de diciembre de 2016

EL FRÍO DE UNA VIDA de Anna Caballé



Una infancia terrible, pura España negra, sin padres ni amor, reelaborada mil veces a través de la escritura en busca de una identidad, un lugar en el mundo. Ésa es, para Anna Caballé, la clave de la vida y obra de Francisco Umbral, "un poeta" que en medio siglo ha construido una gigantesca biblioteca del "yo": 110 libros y 135.000 artículos. Su biografía no autorizada El frío de una vida (Espasa) cuenta lo que Umbral nunca ha querido (o podido) contar, y promete ser un libro polémico, pero más allá de eso enseña una nueva dimensión de este personaje inventado, fascinante, paradójico, solitario y altivo: su dramática desolación, su lucha contra sí mismo.
La profesora Anna Caballé (Hospitalet, 1954) es una especialista del género biográfico que cree en el pacto de la verdad con el lector. Lo que le inquietó delcaso Umbral es que su ingente obra, siempre autobiográfica, no daba apenas datos ciertos sobre su vida real. "Leyendo a fondo al gran escritor español del yo,no había forma de hacer una cronología, ni siquiera se sabía cuándo y dónde había nacido. Cuando ganó el Cervantes, nadie conocía su segundo apellido".
La biografía cuenta que, para tapar el escándalo, su abuela materna decidió que Paquito se criara con una nodriza llamada Pilar en Laguna de Duero, a pocos kilómetros de Valladolid. Y que luego fue enviado a vivir con diversos familiares. Durante muchos años, Umbral llamó "tía May" a su madre biológica.

Además, la obra recorre la adolescencia del autor, su educación autodidacta, la conquista de Madrid y su relación con las mujeres y el poder. Castilla del Pino confesó que antes de leer El frío de una vida sentía un "rechazo visceral por ese Umbral social que admite no tener escrúpulos", pero que, a medida que iba leyendo, fue descubriendo "un personaje fascinante, absolutamente desvalido, una máquina de escribir incapaz en el fondo de hablar de sí mismo, que, como muchos, no sabe por qué hace lo que hace, tan problemático que creo que el libro le va a ser muy útil. Anna nos descubre a Umbral y empezamos a quererlo; no tiene los anclajes que tiene todo ser humano, sufre permanentemente, nadie luchó por él y él luchó por sí mismo. Utiliza la espada fálica de la literatura para horadar a la mujer, y en general al mundo. Pero es sobrecogedor ver que sólo ha escrito sobre sí mismo, incluso cuando habla de su propio hijo muerto"

domingo, 11 de diciembre de 2016

LA PRINCESA PACA de Rosa Villacastín



El argumento parece calcado de las novelas románticas del siglo XIX. La relación sentimental entre Francisca Sánchez, hija del jardinero del Palacio Real, y el poeta Rubén Darío (1867-1916) fue un folletín decimonónico. La princesa Paca,  recrea un idilio que duró 16 años (se conocieron en 1899 y se despidieron en el puerto de Barcelona en 1914) y del que nacieron cuatro vástagos. La novela desvela la vida de una mujer valiente que se enfrentó a los convencionalismos de la época para vivir con el hombre que amaba. Hasta ahora, los biógrafos del poeta la habían tachado de analfabeta y mantenida pero bajo su inspiración escribió Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros poemas. La compleja relación sentimental (él estaba casado con una nicaragüense apodada la Garza morena) se aliña en el libro con pinceladas del sustrato político y literario de la época. Junto a personajes como Emilia Pardo Bazán, Valle-Inclán, Azorín, Ramiro de Maeztu y los hermanos Machado, que lo reverenciaban como el gran maestro del simbolismo moderno, la novela recrea también la figura del poeta como pionero y defensor de lo que denominó como la patria del idioma. La lengua, decía entonces, era el único puente capaz de sortear todos los océanos. Una idea que Carlos Fuentes redefinió un siglo más tarde como el territorio de la Mancha.

La peculiar pareja se conoció en los jardines del Palacio Real, la mañana en que el poeta presentó sus credenciales a la reina María Cristina que ejercía como regente de Alfonso XIII. El poeta, que en ese momento iba acompañado de Valle-Inclán, uno de sus grandes amigos españoles, ya había publicado Azul y ejercía en Madrid como corresponsal de La Nación de Buenos Aires. En el caso de la pareja se puede hablar de un flechazo. Él estaba casado con Rosario Murillo, de la que se dice que coqueteaba con la magia negra, la santería y la Macumba. El autor de Prosas profanas nunca consiguió divorciarse de ella pese a que el poeta influyó notablemente para que en Nicaragua se aprobara una ley del divorcio, que se conoció como la Ley Darío.

sábado, 3 de diciembre de 2016

COSAS DE ESPAÑA de Richard Ford


Aún contando con evidentes desfases o exageraciones y ese desdén intelectual propio de elegantes caballeros frente a la realidad local, no resultará difícil encontrar acertadas muchas de las impresiones del escritor inglés sobre los males endémicos y acerca de nuestra particular idiosincrasia. Son cosas que siguen en parte vigentes.
Su inteligencia, energía e industria se debaten bajo la permanente llamada a los dioses y los hombres para que les hagan lo que debieran hacer ellos. Su Iglesia les ha dado un patrón tutelar y vigilante para todas las circunstancias de la vida, por triviales que sean.
Nunca han tenido una oportunidad, porque un desgobierno inicuo y largo, tanto de la Iglesia como del Estado, ha tendido a diluir sus cualidades y a estimular sus vicios.
Con estilo vivo y mordaz Ford va repasando todo lo español. Es conocedor y amante del arte pero también un cronista meticuloso e incisivo a la hora de destapar carencias; por ejemplo sistemáticamente crítico con las estancadas instituciones y el tradicional mal gobierno de las clases dirigentes de España.
Abogado, periodista y dibujante en varios periódicos londinenses, Richard Ford se había trasladado a España en 1830 con la esperanza de que el clima cálido favoreciese la delicada salud de su esposa. Fija su residencia en Sevilla y en Granada y desde allí, acompañado de sus cuadernos de notas y dibujo, viaja durante 3 años por gran parte de la península a caballo, burro o diligencia en compañía de arrieros y otros viajantes, vestido como un paisano más y tomando cumplida nota de todo lo que ve, ya fueran las costumbres “bárbaras” de tan pintorescos pueblos, ya fueran monumentos u otras creaciones artísticas por las que sentía especial predilección.
A su vuelta a Inglaterra construyó una residencia de estilo neomudéjar que recordaba el Generalife y sus jardines e instaló una gran biblioteca de libros sobre historia y costumbres de nuestro país.
El entusiasmo que transmitió Richard Ford en su obra por los paisajes y el arte español, especialmente Andalucía, convirtieron a nuestras tierras en una especie de reino exótico y legendario para las clases altas europeas, quienes pensaban en ellas como una visita obligada para que sus jóvenes cachorros ilustrados vivieran su viaje “iniciático”.En España se consiguen la mayor parte de las cosas por medio del buen humor, una sonrisa, una broma, un refrán, un puro o un soborno, el cual, aunque último recurso, no es nunca, ni mucho menos, el menor de estos y en seguida se podrá comprobar que ablanda el corazón más duro y suaviza las dificultades después de que los más cívicos discursos hayan sido usados en vano, porque “más ablanda dinero que palabra de caballero”.