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domingo, 28 de enero de 2018

AMOR EN VIVO de Pere Gimferrer

Sorprende el título de este nuevo poemario, que ya fue usado por Pedro Salinas en 1933 para agrupar poemas que pasarían a La voz a ti debida y, luego, por Rafael Alberti para un extenso libro amoroso aún no publicado íntegro. Apropiándoselo, el poeta catalán homenajea a ambos y no cabe duda de que lo que designa el título se ajusta perfectamente al sentido de su libro. Con nada menos que 151 poemas fechados, tantos como los publicados por el autor en catalán desde 1970, Amor en vilo se configura como dietario o cancionero amoroso que abarca desde el 12 de abril de 2004 hasta el 15 de enero de 2006. Algo más de año y medio de dedicación, by love possessed, a una escritura frenética cuya exuberancia ha dado lugar a un intenso ejercicio formal e imaginativo de resultados unos buenos y otros más discutibles
Algo más de año y medio de dedicación, by love possessed, a una escritura frenética cuya exuberancia ha dado lugar a un intenso ejercicio formal e imaginativo de resultados unos buenos y otros más discutibles. Si el poeta hubiese pretendido entregar un libro quintaesenciado, habría bastado una treintena de poemas para cuajar la nueva luz que Gimferrer ha logrado, no siempre en los textos de mayor alarde técnico

Del esplendor al juego disparatado, Gimferrer eleva en este libro un intenso homenaje a la literatura y las artes, desde el dolce stil nuovo al modernismo y las vanguardias históricas, en rica amalgama, visitando de nuevo infinidad de referentes “Cerrar podrá mis ojos, pero -no mi sentir/ la careta antigás de la noche postrera”-. Pero lo que construye, sobre todo, es su muy propia celebración de la precaria victoria de la pasión sobre el tiempo, es decir, de la poesía, gracias a una amada que se nombra y se transforma sin cesar pero que se reviste, siempre y ante todo, de esa cualidad lumínica esencial en toda la poesía amorosa de Gimferrer y que genera el dinamismo esencial del conjunto: “Viviremos de amor enajenados/ y arderá en mi pasión tu poderío”. 

sábado, 20 de enero de 2018

CIUDADES DESIERTAS de José Agustín

Es la historia de Susana, una escritora mexicana que huye de su casa para asistir a un taller internacional en Estados Unidos, dejando atrás a su esposo Eligio y completamente inconsciente de su paradero. Un intelectual de mal humor, con un sentido de humor algo cínico y misantrópico, trabaja para ponerse al día con su esposa, argumentando que sólo lo ha hecho para averiguar por qué exactamente Susana se fue.
El título del libro parece derivarse de las observaciones separadas de la pareja con respecto a la aparente falta de movimiento alrededor de Arcadia, donde tiene lugar el taller. Casi de inmediato sufren un choque cultural a su llegada, aunque ya están bien familiarizados con el típico estilo de vida estadounidense . Los residentes americanos, con una mentalidad pequeña de la ciudad, se representan como mayormente más ignorantes de la cultura y de la sociedad de los visitantes; Mientras que los últimos, especialmente los latinoamericanos , muestran una renuencia despectiva de intentar encajar, tal vez Susana sea la excepción más notable. A lo largo de su viaje, ambos tratan de identificar los reveses de su relación, así como sus propios defectos.
Los dos intentan mostrar una sensación de individualidad y desapego emocional de su cónyuge, cada uno según su punto de vista respectivo. Mientras Eligio trata de darle sentido a las cosas, reconociendo a medias el alcance de sus sentimientos por su esposa, todavía paradójicamente cede ante los arrebatos de rabia en ocasiones; Susana se esfuerza por transmitir un ideal de completa independencia, ya que siente que la rutina de su matrimonio la retiene. Motivada al principio por probar su propia autoestima, la cual encuentra, eventualmente experimenta la certeza de su amor por Eligio, a pesar de todos sus esfuerzos por mantenerse alejado de él.

Susana y Eligio se critican mutuamente a lo largo de la novela por las características que tienen en común. Eligio, por ejemplo, está molesto por los rasgos feministas de Susana, mientras Susana constantemente señala el macho de EligioActitud - un término cuya connotación es más fuerte que la palabra "chauvinista". Implícitamente, una de sus mayores quejas es que la otra persona está más interesada en su yo. Un ejemplo de esto son las opiniones que tienen hacia los respectivos tiempos que pasan con los amigos incompetentes del otro. Además, ambos se acusan mutuamente de buscar autonomía aunque estén casados; Sin embargo, aunque quieren independencia, buscan uno al otro en diferentes países, y ambos parecen aceptar a su cónyuge después de ser abandonados. Eligio condena a su esposa por tener una relación con Slawomir y luego tiene una relación con uno de los autores. La última representación paradójica es presentada en el último capítulo cuando él clava a su esposa después de que ella vuelva a México

domingo, 14 de enero de 2018

FUERA DEL JUEGO de Heberto Padilla

El mismo año de su regreso, se convirtió en centro de una polémica cultural en las páginas de Juventud Rebelde. Sus críticas afloraron en Fuera del juego, que, pese a todo, obtuvo en 1968 el Premio Julián del Casal, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), dado por un jurado compuesto por los cubanos Manuel Díaz Martínez, José Lezama Lima y José Z. Tallet, el peruano César Calvo y el inglés J. M. Cohen.1 El comité director de esta institución, sin embargo, no estuvo de acuerdo con el galardón otorgado a Padilla en poesía y a Antón Arrufat en teatro, por lo que el 28 de octubre de ese año se reunió con los miembros del jurado para discutir las obras premiadas de los citados escritores. "Luego de un amplísimo debate, que duró varias horas", se acordó publicar ambas obras, pero acompañadas de una nota en la que el comité director de la UNEAC expresaba su desacuerdo por considerar que "son ideológicamente contrarios" a la revolución cubana.2 El comité director señalaba, entre otras cosas, que Padilla, amaparándose en "una ambigüedad mediante la cual pretende situar, en ocasiones, su discurso en otra la­titud", se lanza "a atacar la revolución cubana". El poeta "man­tiene dos actitudes básicas: una criticista y otra antihistórica. Su criticismo se ejerce desde un distanciamiento que no es el compromiso activo que caracteriza a los revolucionarios. Este criticismo se ejerce además prescindiendo de todo juicio de valor sobre los objetivos finales de la Revolución y efec­tuando transposiciones de problemas que no encajan dentro de nuestra realidad. Su antihistoricismo se expresa por me­dio de la exaltación del individualismo frente a las demandas colectivas del pueblo en desarrollo histórico y manifestando su idea del tiempo como un círculo que se repite y no como una línea ascendente. Ambas actitudes han sido siempre tí­picas del pensamiento de derecha, y han servido tradicional­mente de instrumento de la contrarrevolución", dice la declaración de la UNEAC, que también recrimina a Padilla "la de­fensa pública que el autor hizo del tránsfuga Guillermo Cabrera Infante, quien se declaró públicamente traidor a la Re­volución".

domingo, 7 de enero de 2018

LA VÍSPERA DE CASI TODO de Víctor del Árbol

Cinco de los personajes de La víspera de casi todo son asesinos y, de los cinco, tres son asesinos múltiples. Los criminales de la nueva novela de Víctor del Árbol (Barcelona, 1968), ganadora del Premio Nadal 2016, tienen impacto periodístico: pederastas infanticidas y torturadores en serie. La repugnancia que provocan alivia o exime de culpa al justiciero que les revienta la cabeza a culatazos de pistola o les pega dos tiros. En Málaga, en el verano de 2007, un asesino de niñas secuestra, viola y mata a la que será su última víctima. Tres años después, antes de terminar de destruirse a sí misma, la rica heredera Eva Mahler, estrella de las revistas del corazón y madre de la muerta, huye de su casa. El azar la llevará a la Costa da Morte, a un lugar perdido entre acantilados, donde, como avisa la voz que cuenta la historia, también “existían monstruos ocultos que vivían en la ciénaga”.

Las criaturas de Víctor del Árbol tienen mucho pasado encima. Se mueven en atmósferas que alguien podría llamar líricas: una sonrisa es “la pértiga con la que saltaba cualquier dificultad” uno de los protagonistas, por ejemplo. El paso de la narración es pausado (incluso en los momentos de violencia hay tiempo para prestar oído al ambiente: “El zumbido de las moscas era una canción macabra”), y lo brutal y lo sentimental se concilian en el espanto. Otra niña desaparece y una familia arde viva en su casa, pero las atrocidades se rodean de cosas bellas: poemas de Juan Gelman, imágenes de Gauguin y Vermeer, evocaciones de Proust y Cortázar, un Mercedes descapotable de 1963, un piano Bösendorfer. La dueña del hostal hitchcockiano al que llega Eva quema en la chimenea un novelón de Thomas Mann, quizá un homenaje al detective Carvalho de Vázquez Montalbán. Cuando Eva aparece por primera vez, suena música: Hurt, la canción de Nine Inch Nails que cantó Johnny Cash (“Me hago daño a mí mismo para ver si todavía siento. Me concentro en el dolor, lo único real”)