Sorprende el título de
este nuevo poemario, que ya fue usado por Pedro Salinas en 1933 para agrupar
poemas que pasarían a La
voz a ti debida y, luego, por Rafael Alberti para un extenso
libro amoroso aún no publicado íntegro. Apropiándoselo, el poeta catalán
homenajea a ambos y no cabe duda de que lo que designa el título se ajusta
perfectamente al sentido de su libro. Con nada menos que 151 poemas fechados,
tantos como los publicados por el autor en catalán desde 1970, Amor en vilo se
configura como dietario o cancionero amoroso que abarca desde el 12 de abril de
2004 hasta el 15 de enero de 2006. Algo más de año y medio de dedicación,
by love possessed, a
una escritura frenética cuya exuberancia ha dado lugar a un intenso ejercicio
formal e imaginativo de resultados unos buenos y otros más discutibles
Algo más de año y medio de
dedicación, by love
possessed, a una escritura frenética cuya exuberancia ha dado
lugar a un intenso ejercicio formal e imaginativo de resultados unos buenos y
otros más discutibles. Si el poeta hubiese pretendido entregar un libro
quintaesenciado, habría bastado una treintena de poemas para cuajar la nueva
luz que Gimferrer ha logrado, no siempre en los textos de mayor alarde técnico
Del esplendor al juego
disparatado, Gimferrer eleva en este libro un intenso homenaje a la literatura
y las artes, desde el dolce
stil nuovo al modernismo y las vanguardias históricas, en rica
amalgama, visitando de nuevo infinidad de referentes “Cerrar podrá mis ojos,
pero -no mi sentir/ la careta antigás de la noche postrera”-. Pero lo que
construye, sobre todo, es su muy propia celebración de la precaria victoria de
la pasión sobre el tiempo, es decir, de la poesía, gracias a una amada que se
nombra y se transforma sin cesar pero que se reviste, siempre y ante todo, de
esa cualidad lumínica esencial en toda la poesía amorosa de Gimferrer y que
genera el dinamismo esencial del conjunto: “Viviremos de amor enajenados/ y
arderá en mi pasión tu poderío”.
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