Seguidores

sábado, 26 de junio de 2021

A MI AMIGO ESCOCÉS de María Barbal



 

Es muy difícil encontrar una novela capaz de parar el tiempo, y más en medio del fenómeno best-seller. A mi amigo escocés parece un libro escrito entre el 1936 y el 1939, con tanto detalle, tanta precisión. La trayectoria de Maria Barbal se refleja en cada página y logra transportarnos años atrás y hacer olvidarnos que estamos en 2019. Desde el vocabulario más cuidado hasta las tradiciones y destinos de cada uno de los personajes son propios de hace 80 años, pero uno no tiene la sensación que la escritora está hablando de esta época, sino que la ha vivido de primera mano. A mi amigo escocés me ha recordado positivamente a Incerta Glòria de Joan Sales, un clásico de la literatura catalana, y no solo por su puntual formato epistolar, sino por la habilidad de ambos escritores de reflejar tan bien la época de la Guerra pero sobre todo, las historias de las personas que la vivieron.

Ya con solo hacer sentir esto al lector es suficiente para colocar la novela en un pedestal, aunque hay muchos otros aspectos que la dotan de todavía más calidad: su rico vocabulario, la heterogeneidad de la escritora para representar diferentes personajes pero sobre todo, su habilidad para contar la historia de Benet, así sin más. Una historia, de principio a fin, y aferrarse a esta sin distracciones innecesarias: estas son las más difíciles, y a la vez, las más bonitas de contar.

Viviremos todos los conflictos de Benet: escoger entre su sueño de ser artista o seguir el legado de su padre, los problemas en la familia con quien no logra entenderse, su desconexión del mundo durante la Guerra Civil Española y su amor con Elvira, una relación no del todo recíproca que se verá afectada por el pasado de ella. Unos problemas que suenan a comunes si nos transportamos a la época en cuestión pero que Maria Barbal es capaz de plasmar con una profundidad exquisita. El lector simpatiza muchísimo con Benet y lo acompañará a todas partes.

Sin embargo, no conoceremos la historia de Benet solo desde su propio punto de vista, sino que la escritora mezcla diferentes formatos para dejar que el lector construya él propio la personalidad del protagonista y de su amante Elvira. El libro empieza y termina con George, el amigo escocés, mientras que el resto de la novela combina las cartas que Benet envió a Elvira y los diferentes testimonios secundarios que opinan sobre Benet y Elvira, así como la propia voz narrativa de Benet.



sábado, 19 de junio de 2021

NADIE ME VERÁ LLORAR de Cristina Rivera Garza



 

¿Cómo se convierte uno en fotógrafo de locos? Es 1920 y Joaquín Buitrago está a cargo de tomar retratos de los internos del Manicomio General La Castañeda, con fines de identificación. Cuando en su lente aparece el rostro de Matilda Burgos, una mujer a quien cree haber conocido años atrás en el burdel La Modernidad, su obsesión por la historia de la enferma lo obliga a buscar toda clase de información para llegar a ella. Con cuarenta y nueve años, Joaquín aún se enamora como si tuviera todo el tiempo por delante y nada más por hacer. La marea de recuerdos, en la que va tomando forma la turbulenta existencia de Matilda y la vida en los márgenes de la ciudad de México, los une bajo el cielo más oscuro del nuevo siglo. Saben que han perdido la batalla. Pero, tal vez, como aseguraba Borges, la derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce.

Publicada por Tusquets Editores México en 1999, y merecedora de galardones como el Premio Nacional de Novela, el Premio IMPAC-CONARTE-ITESM 2000 y el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2001, damos a conocer en España la novela más premiada de la literatura mexicana.   Corre el año 1920 y Joaquín Buitrago, que por azares de su atormentada vida acaba dedicándose a fotografiar a los internos del manicomio mexicano La Castañeda, se topa de pronto, entre las mujeres a las que retrata, con Matilda Burgos. Obsesionado por la identidad de esta enferma, pues cree haberla conocido años atrás en el célebre burdel La Modernidad, trata de recabar información sobre ella. Como Joaquín descubre poco a poco, Matilda, nacida en los campos donde se cultiva la olorosa vainilla, llegó de niña a la capital para caer en manos de un pariente que la utilizó para poner en práctica una singular teoría médicosocial. La marea de recuerdos, de la que va surgiendo la turbulenta existencia de Matilda, provoca también en el fotógrafo una reflexión sobre su propia vida y sobre los motivos de su dependencia de los narcóticos. Y tal vez atisben los dos un porvenir que los redima de la derrota moral y psíquica en la que ambos se encuentran. Sea como sea, el viaje al pasado habrá valido la pena.



sábado, 12 de junio de 2021

UNA MUJER NO MUERE JAMÁS de Elisa Beni

 


Desconfíen del autor que sepa relatar exactamente cómo escribió su obra. Puede que haya producido algo, y que tenga forma de libro pero si de verdad ha escrito una novela lo más probable es que se enrede en extrañas explicaciones: la historia que crece sola y la de los personajes que cobran vida propia imponiéndose al autor o la de ese insoslayable avance de la ficción que parece superior a la persona que la desarrolla y que acaba con ella extenuada y pocas veces feliz.

Esas confesiones que suenan estrambóticas suelen contener la verdad. Una novela es un parto de algo cuya génesis el propio autor desconoce. Una de las protagonistas de Una mujer no muere jamás, la joven Lara, lo intenta expresar así: “Es angustioso, como si una historia hubiera germinado en mi hígado o en mi bazo y estuviera creciendo libremente entre mis órganos hasta el punto de que estos se tienen que apartar y no podrán volver a su lugar hasta que yo la extirpe escribiéndola. No estoy loca ¿no?”. Posiblemente lo esté, como todo el que seriamente se entrega a la escritura.

No sé cuando comenzó a gestarse en mí esta historia sobre los destinos comunes de las mujeres, puede que lo hiciera en mi infancia o en tantos años vividos como mujer o puede que se instalara definitivamente cuando murió mi madre hace ya varios años. Tal vez a la par que fui notando como su ausencia la hacía estar cada vez más viva en mi interior, me fui dando cuenta de que había un río de experiencia común entre su mundo de mujer marcada por la falta de libertad del franquismo y el de todas las generaciones que hemos venido después

Sí sé con precisión en qué momento toda esa maceración de sentimientos, de certezas y hasta de injusticias se puso en marcha. Sí sé cuándo encontré el detonante de esta historia. Fue desayunando, mientras leía la prensa, como hago cada día. Encontré un titular local sobre una mujer, “la amante del arquitecto” rezaba, que había aparecido momificada en su casa muchos años después de su muerte. Dos cosas eran inquietantes, una provenía del pasado ¿cómo es posible que una persona desaparezca y esté tan sola que nadie, ni su banco, ni sus proveedores, ni sus vecinos, la echen en falta?




sábado, 5 de junio de 2021

DONDE CANTAN LAS BALLENAS de Sara Jaramillo Klinkert


 

Candelaria tiene doce años y vive con su excéntrica familia en Parruca, un mítico lugar perdido entre montañas. Su madre habla con las piedras, su hermanastro cultiva hongos alucinógenos y su padre, un artista que esculpe ballenas, los ha abandonado. Mientras la vegetación devora la casa, reciben a extraños personajes: una mujer experta en plantas venenosas con más de un muerto a cuestas, un hombre que teme a los rayos, un desahuciado que persigue su propia muerte y deja tras de sí un enigmático manuscrito… Candelaria intentará que la acompañen en la búsqueda de su padre, y ese proceso le revelará la verdadera complejidad de la vida y la naturaleza vulnerable de los seres humanos.

Con ecos de Gabriel García Márquez, Juan Rulfo y Gioconda Belli, Donde cantan las ballenas pertenece a ese nuevo realismo, presente en las obras de Dolores Reyes, Karina Sainz Borgo o Mariana Enriquez, que nos revela una Latinoamérica que parece de otro tiempo y otro mundo… pero está en este.

«[Esta novela] nos regala flores de asombro porque cumple a la perfección una de las mejores funciones de la literatura, la de hacerte viajar sin moverte del salón. Sara Jaramillo recorta tu silueta de lectora de la superficie de las cuatro paredes de una habitación y la pega entre maracuyás en el espesor de la manigua, te transporta a un territorio que no conoces, poblado de personajes estrambóticos y geniales, un nuevo mundo exuberante y frondoso, simbólico y rico en sonidos y olores, lleno de animales, plantas y frutas jugosas, tropical y asombroso como el canto de un guacamayo multicolor que se llamase Don Perpetuo.»