En la primera escena del libro, una de las protagonistas es detenida en un barrio bien. Al parecer, acaba de romper el
escaparate de una tienda. «El sol se ha puesto ya, las farolas se han
encendido, no son horas para que un juez vea a nadie. Eso Aura lo sabe, el
policía también. Y eso es lo que provocaba el miedo de Aura. Certificado por la realidad de las esposas, del arma en
la cintura del policía. De las luces estroboscópicas que le rebotan en los ojos
y con cada vuelta anclan su pensamiento en una única idea. Pase lo que pase,
esa noche no puede dormir en el calabozo. (...) Hay más flases de curiosos, más
risas. Por fin tienen su espectáculo, su foto para el grupo de whatsapp de la
oficina, su story en Instagram. Hashtag #Serrano; hashtag #pijatarada.»
Las tres mujeres se dan cuenta de que solo podrán salir
de su situación pasando a la acción y haciendo algo extremo. Óscar López pregunta al escritor sobre la importancia del
tiempo en la novela. «Es un personaje más. Todo va a contrarreloj. Es algo
característico de mis libros.» También aparece el tema del poder y las clases
sociales. «Hay un engaño permanente en nuestra
sociedad, y es que en cuanto tú tienes dos mendrugos de pan te crees igual que
el dueño de la panadería, y luego la vida te enseña que no. Estas tres mujeres
no tienen nada que perder, por eso se lanzan. Lo insensato para ellas sería no
lanzarse.»
Un thriller siempre necesita un gran malvado y en 'Todo arde' no
falta. «Me encanta escribir villanos. En este caso
es una comisaria; una mujer recta, circunspecta, no tiene ningún sentido del
humor. Es muy inteligente y tiene muchos recursos, así que no se lo va a poner
fácil a las tres protagonistas.»
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