“Amar pasionalmente a partir
de determinada edad no solo es posible sino que es muy común. Lo que pasa es
que la sociedad se empeña en ocultarlo, no sé muy bien por qué razón. Parece
que ya no interesamos. Y debo decir una cosa, las pasiones más placenteras se
tienen a esta edad ya que es en esta etapa cuando se agudiza el ingenio. Las
señoras tenemos a veces lo que yo llamo problemas hidráulicos, de fluidos, y
los señores de ingeniería mecánica. Nosotras somos más sensatas y si tenemos
este problema buscamos ayuda. Ellos, en cambio, se ponen de mal humor. Pero los
que superan esto y entienden que ha llegado el momento de explorar, de hacer el
amor pausado y de dedicarse de pleno al placer por diferentes vías, se
convierten en los mejores amantes. Es una simple cuestión de actitud y de
asumir los cambios del cuerpo con normalidad, adaptarse y disfrutar de la
vida”.
En esta novela de amor también hay
espacio para hablar de la reciente separación de Reino Unido con Europa.
“Inglaterra es un país absolutamente ensimismado en sí mismo, para lo bueno y
para lo malo. Y el Brexit no ha hecho más que acentuar esto. Es cierto que este
enfrascamiento ha dado grandes corrientes artísticas pero no resulta demasiado
inteligente que no se mire más allá de las fronteras. Y no lo hacen. Prueba de
ello es que, por norma general, no hablan más idioma que el suyo”.
La autora aprovecha además para
hacer algunas denuncias sociales, como que los extranjeros,
"particularmente los españoles y los italianos", son vistos por los
ingleses como "unos buenos amantes pero no como alguien con quien tener
una relación estable". Una realidad que Payás se esmera en desmentir sin
perderla sonrisa: "es evidente que se equivocan pero ellos se lo pierden.
Los prejuicios desaparecerían si nos conocieran mejor. Pero eso es más fácil
hacerlo en persona que por Internet".
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