La información que tenemos
de Amanda Solano la recibimos a través de tres mujeres que conocieron muy de
cerca a la escritora. Esas tres voces, distintas en su concepción del mundo y
por su extracción social, las arma Ramírez para que sacien la curiosidad de un
interlocutor que bien pudiera ser el mismo Sergio Ramírez. Tenemos por tanto
una repetición de la fórmula que ya había empleado en Margarita, está linda la mar. La
ya harto utilizada simbiosis entre realidad y ficción. Por tanto tenemos una
especie de palimpsesto narrativo. Accedemos a la tortuosa existencia de Amanda
Solano. A sus discrepancias con el sistema moral de la Costa Rica de la primera
mitad del XX. A sus fracasos sentimentales y a su consagración a la escritura
novelística y ensayística, a su admiración por Marcel Proust y los modernistas
anglosajones. Y de esta manera accedemos a su vez a la realidad vital e
intelectual de la verdadera Yolanda Oreamuno. La segunda lectura tiene que ver
con la realidad política y social de Costa Rica, de la que se nos da abundante
información, tal vez excesiva teniendo en cuenta que quien nos interesa es la
escritora. La fugitiva se
queda a medio camino entre la biografía y la novela. Esa buscada
indeterminación comienza a ponerse de moda en muchos novelistas. Y tengo la
impresión de que a la postre ello no beneficia ni a la biografía ni a la
novela. Y, sobre todo, al lector. Ya no sabemos qué es verdad ni qué es
invención. Yo me quedé con ganas de leer la biografía de la autora de La ruta de su evasión, antes
que la novela de Amanda Solano.
La lectura es un acto de soledad, una forma de vivir con uno mismo, de conocerse y de relacionarse con las otras personas y con el mundo.
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sábado, 24 de febrero de 2018
domingo, 18 de febrero de 2018
FOE de J.M. Goetzee
Foe es una novela de
1986 del ganador
del Premio Nobel sudafricano JM Coetzee . Tejido
alrededor de la trama existente deRobinson Crusoe , Foe está
escrito desde la perspectiva de Susan Barton, una náufraga que aterrizó en la
misma isla habitada por "Cruso" y el viernes ya
que sus aventuras ya estaban en marcha. Al igual que Robinson
Crusoe , es una historia marco ,
desplegada como la narrativa de Barton mientras en Inglaterra intentaba
convencer al escritor Daniel Foepara
ayudar a transformar su cuento en ficción popular. Centrada principalmente
en temas de lenguaje y poder, la novela fue objeto de críticas en Sudáfrica,
donde fue considerada políticamente irrelevante en su lanzamiento. Coetzee
revisitó la composición de Robinson Crusoe en 2003 en
su discurso de aceptación del Premio Nobel
Los analistas del libro se han centrado principalmente en
temas de uso de poder y lenguaje, particularmente en lo que se refiere a
personas marginadas. En 1994, Patrick McGrath de The New York Times afirmó que uno de
los temas centrales de Coetzee en todo su cuerpo de trabajo es el "vínculo
del lenguaje y el poder, la idea de que los que no tienen voz dejan de
significar, figurativa y literalmente"; McGrath señaló a Foe como
la "expresión más explícita" de ese tema. [1]Barton
anhela contar su propia historia, pero le falta el lenguaje para hacerlo de una
manera que el público acepte. El agente que ella elige para ayudarla a
darle las palabras necesarias para comunicarse persiste en borrar su historia,
minimizando lo que percibe como importante y suplantando los hechos que
recuerda con la ficción aventurera. Cuando Foe toma el control de su
historia, McGrath dice, Barton "pierde su voz en la historia y, por lo tanto,
su identidad".
", Foe encontró "acrimonia,
incluso consternación" en el momento de su publicación, como uno de los
"autores más destacados" de Sudáfrica. pareció desviar su atención de
los eventos convincentes en Sudáfrica a "escribir sobre la escritura de un
novelista algo pedestre del siglo XVIII". [8] Al
detallar ese recibo, Marais cita a Michael Chapman en "Writing of
Politics" como típico con su comentario desdeñoso: "En nuestro
conocimiento del sufrimiento humano en nuestra propia puerta de miles de
detenidos a los que se les niega el recurso al estado de derecho ,no habla
tanto a África como proporciona una especie de liberación masturbatoria, en
este país, para los sueños europeizantes de una camarilla intelectual
" [9] Attwell,
sin embargo, señaló en 2003 que la novela está contextualizada en África por la
transformación del viernes de un carib que
parecía casi europeo a un africano.
sábado, 10 de febrero de 2018
MEMORIAS DE UN VAGÓN DE FERROCARRIL de Eduardo Zamacois
Memorias de
un vagón de ferrocarril es una novela deliciosa pero ingenua, y que tiene un
inconveniente: el lector no sólo debe aceptar la convención de que la voz
narradora la encarne un vagón de ferrocarril sino que, en nombre de la amenidad
y por aquello de facilitar la inclusión de diálogos y la diversidad de puntos
de vista, el lector también debe aceptar que tengan voz propia los restantes
vagones del convoy y sus máquinas tractoras, así como los vagones y las
máquinas tractoras de los trenes que van y vienen de unas ciudades a otras.
No
obstante, y si bien es cierto que la voz narradora puede resultar algo
peculiar, en cambio su experiencia y su sabiduría acerca de las cosas de la
vida son inmensas. Debido a su continua movilidad -primero fue destinado a las
líneas que cubren el norte peninsular, luego a las zonas del sur y por último
al Levante -ese vagón al que sus compañeros de viaje apodan El Cabal demuestra
haber adquirido un conocimiento muy notable de la geografía española y sus
peculiaridades.
Pero su
fuerte, claro está, son los pasajeros, entre los cuales hay de todo:
matrimonios desgarrados por la infidelidad, ladrones salteadores de trenes, la
fugaz aparición del torero famoso que viaja rodeado de su séquito habitual, el
señorito calavera que se viste de esmoquin y se regala a sí mismo una fiesta
pantagruélica (su última fiesta) o la misteriosa dama que se sube al tren en
Calatayud y resulta ser una fría asesina.
Al cabo de
una vida de servicio, por los compartimentos de El Cabal habrá desfilado una
nada desdeñable muestra de la sociedad española de los años 20 que el vigilante
vagón dibuja con trazo amable pero certero. Y dando muestras de una capacidad
crítica muy notable, por ejemplo cuando resalta (y conste que la novela es de
1923) esa manía tan española de mantener a las mujeres en una ignorancia total
("No lleve a su señora a ver ese espectáculo", "No es un libro
para señoras", etc) y al mismo erigirlas en árbitros de "lo que debe
ser", por lo que la mentalidad y la moral nacional quedan a cargo de unos
cuantos millones de seres prácticamente analfabetos. Claro que como dicen a
alimón Zamacois y El Cabal, "lo absurdo es tan cotidiano que lo de sentido
común es lo que sorprende".
domingo, 4 de febrero de 2018
LA MUJER QUE LLORABA de Zoé Valdés
Dora Maar (1907-1997) no
solo fue amante de Picasso, aunque sea esta la faceta en la que se centra la
novela de Valdés. Era fotógrafa, pintora y poeta antes de conocer al genio
malagueño. Maar había nacido en Croacia pero vivía en París, en contacto
directo con los círculos artísticos vinculados al surrealismo. La artista
gozaba de la admiración de significativos creadores del momento como James
Lord, Paul Éluard o Bernard Bataille. Zoé Valdés retrata en la novela el
intenso sufrimiento de la mujer rechazada, incomprendida, abandonada, cuyo
talento hubo de madurar siempre a la sombra del genial pintor. Uno de los
personajes de la novela llega a señalar que “Picasso no habría pintado el Guernica sin
ella”. La afirmación resulta quizá aventurada pero ilustra el estrecho vínculo
que unió a Maar con el genio malagueño, a pesar de la gran diferencia de edad
que existía entre ambos: cuando se conocieron, ella tenía menos de treinta años
y Picasso pasaba ya de los cincuenta.
Una escritora está interesada en la figura de Dora Maar y trata de recabar información sobre la artista a través de aquellos que la conocieron y la trataron: ese es el hilo conductor de la novela de Valdés. Conocemos así las experiencias por las que pasó Maar, como el enigmático viaje que realizó junto a los escritores homosexuales James Lord y Bernard Minoret por Venecia o el reiterado desdén al que la sometía su idolatrado Picasso. Desdén que únicamente se mitigaba cuando el llanto transformaba las facciones de Dora. Solo entonces la fotógrafa se convertía en un motivo artístico para Picasso, digno de sus lienzos.
La mujer que llora ha sido reconocida con el Premio Azorín 2013
Una escritora está interesada en la figura de Dora Maar y trata de recabar información sobre la artista a través de aquellos que la conocieron y la trataron: ese es el hilo conductor de la novela de Valdés. Conocemos así las experiencias por las que pasó Maar, como el enigmático viaje que realizó junto a los escritores homosexuales James Lord y Bernard Minoret por Venecia o el reiterado desdén al que la sometía su idolatrado Picasso. Desdén que únicamente se mitigaba cuando el llanto transformaba las facciones de Dora. Solo entonces la fotógrafa se convertía en un motivo artístico para Picasso, digno de sus lienzos.
La mujer que llora ha sido reconocida con el Premio Azorín 2013
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