López Mondéjar reconoce haberse inspirado en testimonios de sus pacientes.
También se ha ido a las estadísticas: "El 33% de las mujeres en
edad reproductiva de Europa decide no tener hijos. Cuanto mayor es el
desarrollo de un país, el desvalimiento del patriarcado también es mayor".
Para ella, esta no es
una novela feminista, aunque sí comprometida. "Hasta ahora los
hombres han escrito los discursos y son ellos los que han impuesto una forma de
amor. Hay que dar voz a la mujer para que imponga otro distinto",
apostilla. Esta novela es, de momento, su aportación.
Hélène es la protagonista que representa la entrega erótica, una mujer a la que la maternidad supone "una carga insoportable", en opinión de la escritora, "porque la distrae de su único objetivo, que es amar, y la entrega amorosa a un hombre".
En el otro extremo se encuentra una mujer española que ha decidido alejarse de su marido y de su hija para iniciar una búsqueda interior, "porque entiende que en el ejercicio de una maternidad convencional ella ha sido un ama de casa entregada que se ha perdido a sí misma", explica López Mondéjar.
Sin embargo, "Mi amor desgraciado" no pretende ser una tragedia, sino, un canto a la esperanza. "Porque la única posibilidad de vivir cómodamente en la vida es integrando los distintos aspectos de la vida que nos constituyen como sujeto".
Y añade: "me gustaría que se leyese así, que estos corsés sociales, que estos imperativos sobre como amar o como ser madre, puedan ser transformados internamente por nosotros".
La novela intenta responder, en palabras de López Mondéjar, a ese "terror" que se tiene a adentrarse en el interior de la madre, en el mito del amor maternal. "
Hélène es la protagonista que representa la entrega erótica, una mujer a la que la maternidad supone "una carga insoportable", en opinión de la escritora, "porque la distrae de su único objetivo, que es amar, y la entrega amorosa a un hombre".
En el otro extremo se encuentra una mujer española que ha decidido alejarse de su marido y de su hija para iniciar una búsqueda interior, "porque entiende que en el ejercicio de una maternidad convencional ella ha sido un ama de casa entregada que se ha perdido a sí misma", explica López Mondéjar.
Sin embargo, "Mi amor desgraciado" no pretende ser una tragedia, sino, un canto a la esperanza. "Porque la única posibilidad de vivir cómodamente en la vida es integrando los distintos aspectos de la vida que nos constituyen como sujeto".
Y añade: "me gustaría que se leyese así, que estos corsés sociales, que estos imperativos sobre como amar o como ser madre, puedan ser transformados internamente por nosotros".
La novela intenta responder, en palabras de López Mondéjar, a ese "terror" que se tiene a adentrarse en el interior de la madre, en el mito del amor maternal. "
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