Así nos
introduce en el relato la autora de la novela “la canción de Dorotea”. Esta
cita de Sandor Marai es el eje temático de la narración, nos está indicando que
es la historia de un fracaso vital y de una frustración humana puesto que las
protagonistas femeninas quieren cambiar porque no se aceptan como son, quieren
ser la otra, quieren cantar la canción de Dorotea no la suya propia. Para ello,
la autora emplea un recurso de la estilística feminista que consiste en la
utilización par de dos personajes protagonistas femeninos, las cuales toman
conciencia, se autodescubren a sí mismas a través de la otra. Se produce un
espejamiento mutuo como individualidades similares que comparten un universo
femenino común.
Aparece el
elemento catalizador, la razón por la cual desean ser otra persona y no ellas
mismas, de convertirse y transformarse en Dorotea. El amor oscuro es la causa
activadora de las pasiones en su estado primario, que son corriente sin mar,
ciudad sin muro, hiel y herida para las dos protagonistas y será también para
ambas el origen de su tragedia, puesto que, como dice el personaje de Aurelia:
Los celos,
un sentimiento que no tiene género masculino o femenino y que no es exclusivo
de un solo sexo, que llega a desencadenar las reacciones más imprevisibles e
inesperadas, de resentimiento, venganza o tragedia.
Así pues,
se nos muestran en la novela unos amores oscuros, bajos, pasionales que
arrastran y dejan sin voluntad a sus dos protagonistas, las cuales acaban
transfigurándose en otro ser desconocido ante ellas mismas y que las inducirá a
cantar la canción de Dorotea.
Dorotea va
a ser ese personaje inventado y paralelo a la vida de las dos protagonistas que
les sirve para esconder las acciones más sórdidas, los pensamientos y sueños
más obscenos de los bajos instintos sexuales. Únicamente el destino propio de
cada una de ellas se encargará de dar su veredicto y condenar en un justo
castigo tanta mentira de obra y de pensamiento, tanta desvergüenza y
negligencia por parte de sus autoras.
La
escritora es partidaria de la libertad femenina, una liberación sexual,
económica, social, una liberación íntegra, y así es como van a actuar, o por lo
menos lo van a intentar ambas protagonistas cantando otra canción que no es la
suya, la que les va a permitir dar rienda suelta a sus anhelos y deseos más
íntimos y secretos, liberar esos caballos blancos y alados que las
transportarán por caminos y vidas forjadas en el jardín prohibido de sus
misterios y fantasías y que únicamente Dorotea les puede ofrecer, por tanto,
esa es la única canción para ellas y es la que deciden cantar.
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