Cristina Peri Rossi nos transfiere a una obra fotográfica. Es una novedad vincular su propuesta narrativa con el mundo de los chimpancés, bonobos, gorilas, orangutanes, que tan excepcionalmente ha retratado la madrileña Isabel Muñoz. De ellos la fotógrafa ha extraído una fuerza emocional que parece haber encontrado eco en la escritora hispano-uruguaya, quien a la par que teje una historia donde primates y hombres se relacionan entre sí, también da cuenta de la relación de estos animales con el lente e incluso con la conciencia de ser fotografiados. La historia de Elisa y Bubú, un par de chimpancés escapados del zoológico, es una historia de amor con todos los componentes posibles, incluyendo, claro, la inevitable oposición del mundo exterior a la consumación de esa elección. Los monos, luego de ver un documental sobre un parque urbano, una suerte de bosque, no anhelan otra cosa que llegar allí. Algo en lo proyectado les ha hablado de un estadio anterior de vida que no está dentro de los barrotes. El macho alfa y la fiel Elisa aspiran en el aire el Paraíso. “El Paraíso no existe para los monos”, se le escapa esta frase a Fonseca, el oficial a cargo de atraparlos y que no puede evitar un desenlace trágico y conmovedor. El Paraíso no existe para los monos, pero, ¿para quién y por qué aún se preserva, pareciera que hasta en los genes, esta antigua noción de la felicidad?
Las variantes que se van sucediendo en cada capítulo, lo que pudiéramos llamar las combinaciones de la pasión, son múltiples y no voy a enumerarlas todas, que para eso está la novela. Suárez, un hombre joven, cuidador del zoo, tiene una novia, Claudia, quien lo refina en las artes amatorias a semejanza de la película No mires para abajo, lo que al parecer no le impide dejarse seducir por Lucila, una mona inquieta, llena de ardides y apetencias sexuales tentadoras. Está la combinación de Fonseca con Silvia, una prostituta uruguaya que renuncia a sus encuentros con él por haber encontrado el amor de su vida; amor lésbico que la transforma y renueva. Su pasado está sellado por tragedias oscuras que su amante Laura codiciará tanto como su cuerpo. Novela en torno a la pasión y a todo lo que le concierne: pasivo, sufriente, paciente, compasivo, todos derivan de una misma raíz. La pasión amorosa y su papel en la evolución humana, lo que puede incluir a nuestros antepasados homínidos. “¿Acaso en el cerebro de los humanos y los primates las neuronas del placer y del dolor no son concomitantes?”. Así tradujo la escritora las impresiones de Suárez al penetrar a la mona.
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