Hace
seis meses que la abuela Carmen se abrió las venas en la bañera, y nadie ha
sabido aún por qué. Ahora, sus cuatro nietas vuelven a la casa del pueblo en la
que murió y que han heredado.
Lis
se está recuperando de una crisis que sufrió allí mismo y solo quiere vender la
casa y pasar página. Su hermana Erica sueña con organizar retiros espirituales
y paseos botánicos. Olivia, prima de Erica y Lis y la mayor de las nietas, es
cardióloga y busca en cada cajón alguna pista que ayude a explicar el final de
la abuela. Por su parte, Nora, la hermana desastre, se plantea dejar que su
camello utilice la casa como almacén para su mercancía.
Cuatro
mujeres jóvenes y un legado común por descifrar: ¿una casa o una maldición que
corre en los genes?
«Una novela intensa,
dramática, con pocas concesiones, que bucea en el sentido de culpa y en la
inadaptación, en la diferencia entre los sueños y la realidad. Y en la
complejidad de las relaciones humanas. Relaciones que, sin embargo -ya lo decía
la voz en off al final de Annie Hall-,
necesitamos para seguir vivos. Más allá de la magnífica escritura, de la que ya
había dado pruebas sobradas antes, algo llama la atención en esta novela: la
madurez de Aixa de la Cruz para enfrentarse a un relato así».