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domingo, 26 de febrero de 2017

TIEMPO DE ARENA de Inma Chacón



Tiempo de arena es una novela protagonizada por mujeres, desde las primeras líneas —en las que ya se intenta atrapar al lector con el aparente delirio de una de ellas en el lecho de muerte— hasta el desenlace —un tanto previsible teniendo en cuenta el desarrollo de la trama—. Para conseguir crear ese entorno femenino, basado en el contraste de caracteres dentro de un contexto político convulso, Inma Chacón introduce un vínculo fraternal con el que tener asegurado un enriquecedor planteamiento narrativo, tres hermanas cuyas desavenencias —y algún que otro acercamiento interesado— se sitúan como el motor que da movimiento a los hilos argumentales. Mariana representa la autoridad y la tradición, continuamente preocupada por las apariencias y las habladurías, una mezcla que no pocas veces se convertirá en la chispa que avive el fuego en los conflictos familiares, desde una perspectiva inflexible y despótica. En el lado opuesto se sitúa Munda, defensora de los derechos de los trabajadores y de las mujeres, entregada plenamente a todos los que forman parte de su entorno, apasionada por la cultura y por los libros, y con una concepción idealizada del amor. La tríada de hermanas se completa con Alejandra, la pequeña, a veces involucrada en situaciones difíciles por los enfrentamientos de Munda y Mariana, pero con la capacidad suficiente para ir decidiendo su propio camino, a pesar de las consecuencias que pueden acarrearle determinadas situaciones, especialmente en aquellas protagonizadas por sus sentimientos.
La apariencia sencilla de la trama resulta no ser tal, desde el momento en que se van proporcionando pequeños detalles que acaban desembocando en una intensa investigación repleta de secretos, mentiras y ambiciones. Todo ello precisa de un amplio plantel de personajes que completen el núcleo familiar de las Camp de la Cruz. Entre ellos, el cura Don Ramón, confidente de Mariana y encargado de manejar algunas de las despiadadas iniciativas engendradas por esta; Shishipao, criada de la familia durante años y verdadero apoyo de Xisca en su desesperanza; Manuel, enamorado apasionadamente de Munda —y correspondido en la misma medida—, una relación basada en la confianza mutua para combatir la ausencia impuesta por la distancia y los conflictos políticos; Jaime Sánchez Mas, hermano del prometido de Alejandra, deseoso de acaparar la atención de Xisca; o Zhuang Shangsheng, un falso emperador de China que luchará por el amor de una de las hermanas a pesar de las circunstancias que complican constantemente su situación.



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