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sábado, 24 de noviembre de 2018

LA MUJER QUE BUCEÓ DENTRO DEL CORAZÓN DEL MUNDO de Sabina Berman


Novela poética sobre la historia de una joven con Síndrome de Asperger, brillante, que aporta sugerentes ideas para transformar la industria atunera de la que son propietarias su tía y ella. De cómo Karen evoluciona de una niña salvaje, afectada de mutismo a convertirse en toda una magnate del sector de la pesca del atún.
Lo más interesante es el retrato interior de la protagonista, Karen, inocente, salvaje, rebelde, fascinada con el mundo que la rodea; nadie sabe de dónde viene y, lo que es peor, dónde va. Es torpe para desempeñar ciertas tareas, pero un sorprendente genio para otras. Y es que Karen tiene “tres incapacidades que son sus mayores virtudes”: no sabe mentir, no se preocupa por lo que no existe y sabe lo que sabe y lo que no. “Nos lleva una buena ventaja”, dice la autora.
Esta novela es un estudio psicológico del ser humano que invita a una constante reflexión. Así, a través de Karen, la autora refleja la aplastante tendencia del hombre a fantasear. “Buena parte de nuestras preocupaciones son fantasías. Y nuestra ideología, también.”
Karen vive en el sótano de la casona que ha heredado Isabelle. Su hermana ha fallecido y por eso ella se traslada de los EEUU a Mazatlán para hacerse cargo de Atunes Consuelo. En la herencia no se hablaba nada de Karen. Isabelle cree que su sobrina tiene autismo aunque nadie puede asegurárselo. Adoptándola como una hija propia empezará a enseñarle a hablar, a leer y a hacerse su sitio en el mundo.
Sorprendida Isabelle averiguará las capacidades especiales que Karen tiene, como una memoria superior al 98% de la población y una comprensión espacial al 99,99%. El embargo de los EEUU a los atunes mexicanos marcará el despegue de Karen, quien inesperadamente y siendo una niña todavía, tomará la palabra en el congreso de empresarios dándoles una arenga que deja a todos impresionados. A partir de ahí los sucesos se aceleran y su visión empresarial la convertirá en la reina mundial del atún.


sábado, 17 de noviembre de 2018

EL LIBRO DE MI MADRE de Albert Cohen


Se dice en El libro de mi madre, de Albert Cohen que son “los recuerdos, esa terrible vida que no es vida y que hace daño”, aunque ya sobra decir que la escritura calma el sufrimiento, y nos permite hacer memoria de lo que un día nos acompañaron.
El libro de mi madre es una “pequeña joya”, en palabras del bibliotecario que me lo recomendó, y nos propone un sincero recuerdo de la madre del autor, que solo se da cuenta de cuanto la quiere cuando esta se va. Es un réquiem por la madre, que nos invita en todo momento a suspirar porque esa madre simboliza todas las madres del mundo. El amor incondicional, el no dormir por atender a los hijos, el simple hecho de hacer una comida y preguntar todo el tiempo si te gusta, el vender hasta el alma por ayudarnos… en definitiva, todas esas acciones cotidianas en las que la madre siempre está ahí, aunque aparentemente no valoremos su presencia.

El libro de mi madre llora a la madre, pero también a esa infancia y juventud del autor, el cual se busca en los recuerdos, sabiendo que nada volverá. Le da vueltas a la pluma y se pregunta continuamente si el ejercicio de la escritura servirá para algo. Al final saca la conclusión de que estas palabras servirán para que los que las leamos comencemos a darnos cuenta de que el amor de la madre es inigualable, ya que ninguno será tan incondicional.
“No valoraba lo suficiente el que estuviera viva. No deseé lo suficiente sus estancias en Ginebra. ¿Es posible? Existió, pues, una época maravillosa en la que no tenía más que mandar un telegrama de diez palabras para que, dos días más tarde, apareciese en el andén de la estación, con su sonrisa convencional de tímida, sus maletas siempre deterioradas y un sombrero demasiado estrecho”.
Es esta una de las mejores historias de amor jamás escritas, porque se reconoce la imposibilidad de recuperar a la madre y aun así se sigue escribiendo al correr de la pluma. Por eso os la recomiendo, ya que pensaréis en lo que a menudo no pensáis.


sábado, 10 de noviembre de 2018

EL PALACIO AZUL DE LOS INGENIEROS BELGAS de Fulgencio Argüelles


Nuestros ingenieros llegaron de Bélgica y pertenecían a esa clase acomodada que poseía el poder porque era dueña del trabajo, de la salud, de la educación y hasta del agua y del aire que se respiraba, que promovían mejoras sociales con la única finalidad de aumentar la productividad, y por lo tanto sus ganancias.
La historia nos la va contando un niño al que el autor hace evolucionar poco a poco ante nuestros ojos, y en palabras del propio autor, “es un aprendiz de jardinero empeñado en buscar y alcanzar la sabiduría”. Nalo es un personaje creíble, que inicia el relato siendo aun niño y  nos llevará de su mano por la historia, mostrándonos la convivencia entre dos mundos: ricos y pobres, en una visión personal carente de rencor. La novela refleja la búsqueda constante del conocimiento y la perfección. Y a través de la vida de los personajes nos introduce en importantes momentos históricos que anuncian grandes cambios. Nalo entenderá el amor como la manifestación más humana del conocimiento compartido.
Pero el libro es mucho más, no hay personaje de la novela que no sea especial, su hermana, la dulce y poética Lucía, una mujer muy adelantada a su tiempo, con la que sufrimos y a la que llegamos a perdonarle… todo; su madre, amargada y carente de compasión; su padre, un minero al que conocemos en su propio entierro pero al que tan bien llegamos a conocer a través del libro; su abuelo, fundamental para el futuro de Nalo; la abuela, que curiosamente siempre se expresa a través de refranes; Eneka, un hombre cabal, sensato y sensible, un personaje extraordinario que había leído toda la Enciclopedia Universal; Elena, su primer amor; Julia, la niñera, con quien descubre el sexo; Jacob y su hermano Hendrik, los Ingenieros belgas, y  Geertghe esposa de Hendrik que junto con el abuelo de Nalo dan un sentido a la novela pues a través de lo que Nalo nos cuenta podemos intuir lo que hubo o hay entre ellos. Encontramos otros personajes secundarios, pero no por ello menos importantes para la historia.
El estilo literario es muy elaborado. Frases largas pero muy redondas, perfectamente cuidada la selección del vocabulario, muy culto (para algunos es aquí donde creo que radica el problema a la hora de leer a Argüelles pero estoy segura que para el público latinoamericano, acostumbrado a sus grandes y cultos autores, será un a delicia). Sus comparaciones y metáforas, están siempre llenas de poesía y sonoridad.


domingo, 4 de noviembre de 2018

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER de Milan Kundera



El libro comienza con una reflexión vinculada directamente al título de la obra. Se nos presenta la teoría del eterno retorno de Nietzsche para que podamos diferenciar mejor entre los términos levedad y peso.
El narrador se plantea si realmente la levedad es lo más deseable, teniendo en cuenta que cuando una persona sufre y soporta una pesada carga sobre sus hombros es cuando vive intensamente su propia existencia. Además, el hecho de que los acontecimientos sólo ocurran una vez en la historia, sin posibilidad de repetición o de que las decisiones tomadas puedan ser comparadas con otras, les aporta ese tinte de levedad.
Por ejemplo, de tener que repetirse infinitamente un acontecimiento terrible, perdería parte de su esencia efímera y caería así en el peso, haciendo más imperdonables y pesadas las acciones cometidas. El hecho de que una decisión no puede ser de antemano comparada con otra hace que todo esté, al menos en parte, permitido y hasta perdonado.
Esta dualidad entre levedad y peso se mantiene a lo largo de toda la novela. Los personajes y sus actos son, a menudo, clasificados en uno de ambos bandos por el narrador.
Los capítulos del libro están divididos de forma que en cada uno de ellos cambia el protagonista. Los sucesos son los mismos, pero vamos cambiando la perspectiva desde la que los apreciamos de los ojos de uno a otro de los personajes.
El narrador es omnisciente y es el que nos va guiando, como un director de orquesta, por toda la novela. En un punto, casi al final de la obra, este narrador se quita la máscara (que ya adivinábamos) y se nos descubre como el propio Kundera. En ese momento cambia radicalmente el estilo de la obra y nos confiesa el motivo por el que la ha escrito, los rasgos que hay de él en cada uno de sus personajes y a partir de qué están construidos.
Los personajes son mis propias posibilidades que no se realizaron. Por eso les quiero por igual a todos y todos me producen el mismo pánico: cada uno de ellos ha atravesado una frontera por cuyas proximidades no hice más que pasar. Es precisamente esa frontera (la frontera tras la cual termina mi yo), la que me atrae.
Todos los personajes, a su manera, están incompletos y son infelices por uno u otro motivo. A pesar de su debilidad, muchos se muestran pesados y terminan condicionando a los que los rodean con sus decisiones. Todos sienten el peso de la existencia en algún punto de sus vidas y en vez de evitarlo lo que hacen es insistir en su conducta y atarse más al peso que los somete (bien sea el amor por la pareja, las señales del destino o la tendencia a la traición)