Este libro es para
celebrar su paso por la tierra y para decirle que, claro que sí, lo vamos a
tirar. Al patriarcado lo vamos a tirar. El 16 de julio de 1990, Liliana Rivera
Garza, mi hermana, fue víctima de un feminicidio. Era una muchacha de 20 años, estudiante
de arquitectura. Tenía años tratando de terminar su relación con un novio de la
preparatoria que insistía en no dejarla ir. Unas cuantas semanas antes de la
tragedia, Liliana por fin tomó una decisión definitiva: en lo más crudo del
invierto había descubierto que en ella, como bien lo había dicho Albert Camus,
había un invencible verano. Lo dejaría atrás. Empezaría una nueva vida. Haría
una maestría y después un doctorado; viajaría a Londres. La decisión de él fue
que ella no tendría una vida sin él. Hace apenas un año decidí abrir las cajas
donde depositamos las pertenencias de mi hermana. Su voz atravesó el tiempo y,
como la de tantas mujeres desaparecidas y ultrajadas en México, demandó
justicia. El invencible verano de Liliana es una excavación en la vida de una
mujer brillante y audaz que careció, como nosotros mismos, como todos los
demás, del lenguaje necesario para identificar el acoso que estaba viviendo y
el peligro que se cernía sobre ella.
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