La comisaria Ruiz vuelve a Madrid para
preparar su defensa. El viejo Jefe Superior de la policía ha logrado su
suspensión en venganza por una antigua investigación y María está temporalmente
fuera del cuerpo.
Pero eso no la va a frenar. Es el mes de mayo, tiempo de fiestas en torno al
río Manzanares, y la aparición de unos animales muertos es el primer indicio de
una anomalía que pronto dejará más huellas letales: la ejecución de una joven
becaria de Historia del Arte en uno de los puentes del río. Y no será la única.
La policía investiga magia negra, acoso sexual o sadismo, pero los distintos
sucesos empiezan a conformar una serie de escenificaciones que llevarán a la
comisaria Ruiz hasta el legado de Goya.
Sin equipo, sin uniforme y sin pistola, María se enfrenta esta vez a un ser de
extrema inteligencia, marcado por una obsesión y con gran capacidad de
manipulación. En su lucha contra el tiempo recorrerá casas okupas, túneles
subterráneos y un Madrid oculto y ajeno al Estado.
En el caso de El sueño de la razón he
podido disfrutar de las píldoras
sobre Goya y su obra, que Berna González Harbour ha diseminando
en esta magnífica novela negra, dosificadas
con maestría para evitar el empacho. Me gusta la pintura,
pero tengo que confesar que no destino nada del tiempo de ocio a ella. Así que
esta manera de consumirla me ha parecido divertida. ¿Cómo no dedicarle algún
tiempo a investigar las obras que se mencionan en la novela? Pensé que
descubriría algún detalle en ellas que me podría llevar a una clave de la investigación.
¿Fue así? Tendrás que descubrirlo por ti mismo.
El sueño de la razón es una novela dividida en
cinco partes, cada una de las cuales comienza con una entrada del Álbum Y. Se trata de una
referencia a los álbumes de dibujos de Goya, algunos de los cuales fueron
catalogados con letras de la «A» a la «H». El libro termina con una sexta
entrada. Te recomiendo que las leas con atención, en especial, la última.
Y ahora, de cabeza al argumento. La comisaria Ruiz se encuentra
en Madrid preparando su defensa tras haber sido suspendida. Son las fiestas de
San Isidro en la capital y aparecen unos animales muertos. De este asunto opina
un camarero alemán que atiende a la comisaria Ruiz en una terraza cercana
al río Manzanares.
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