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sábado, 26 de agosto de 2023

LA REBEL,IÓN DE LOS BUENOS de Roberto Santiago

 


PARA EL QUE EL MAL TRIUNFE SOLO ES NECESARIO QUE LOS BUENOS NO HAGAN NADA.

Roberto Santiago reinventa la novela negra con una trama absorbente que desafía el poder de los amos del mundo.

La rebelión de los buenos, Premio de Novela Fernando Lara 2023

Fátima Montero, propietaria de uno de los imperios farmacéuticos más poderosos del mundo, contrata al irreverente abogado Jeremías Abi para que se encargue de su multimillonario divorcio. Herida en su orgullo después de saber que su marido y socio tiene una relación amorosa con una menor, solo desea destruirle, pero algo muy turbio se esconde bajo ese encargo.

Abi, que también ha sido engañado por su exmujer y vive entre amenazas, descubre terribles ilegalidades en los métodos de la farmacéutica: ensayos con cobayas humanas, extorsiones, chantajes y estafas.

Él y su bufete rozan la quiebra, pero su afán de justicia sobrepasa cualquier límite: se disponen a enfrentarse a una multinacional con largos tentáculos, aunque eso exija mirar directamente a los ojos del mal.

Comencemos por el principio, que no es otro que deciros que La rebelión de los buenos es un thriller legal que me recuerda a los de John Grisham, con un abogado luchando contra una gran y poderosa industria, en este caso la farmacéutica. Aunque hay una gran diferencia, pues los protagonistas de esas novelas eran jóvenes e idealistas abogados prácticamente en el comienzo de sus carreras.

No es ese el caso de Jeremías Abi que además de joven ya no tiene mucho, pues supera los cuarenta años, ni de su compañera Trinidad, conocida por todos en el despacho como la “sucesora”. Dos personajes con claroscuros, y si me apuráis, con más oscuros que claros.

Una novela que además de golpear a la industria farmacéutica (también es cierto que hay un par de páginas en la que nos habla de algunos hechos muy loables de la misma, a lo que yo añadiría que gracias a su investigación la vida y la esperanza de vida del ser humano no es la misma hoy día y no hablo solo de los antibióticos), no deja tampoco en demasiado buen lugar a los abogados, ni siquiera a los “buenos”.




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