Gellida, también creador del festival literario Blacklladolid, nos lleva en
esta ocasión a 1917, a una Extremadura pobre "donde unas
pocas familias concentran la escasa riqueza que obtienen de la tierra y el
caciquismo domina la miserable cotidianidad de quienes no tienen más remedio
que trabajarla".
En este contexto se produce un incendio en una de las
mayores haciendas de la región. La dueña ha desaparecido y el capataz de la
finca, Jacinto Padilla, es detenido cuando intentaba huir con una bolsa llena de
dinero y joyas. El teniente Martín Gallardo (un tipo que
está constantemente cagándose en sí mismo, en su vida, en su alma, en su
estampa...), junto al sargento Darío Pacheco, serán los encargados
de investigar lo sucedido.
No es casualidad que Gellida presentara el manuscrito bajo el nombre de
Keyser Soze, el personaje de 'Sospechosos habituales', ese hombre sobre el que
gira toda la trama, que lo maneja todo desde las sombras y que resulta ser
quien menos podías esperar. Aquí Keyser Soze
tiene nombre de mujer: Antonia Monterroso, más conocida como la Viuda. Ella es la
propietaria de la hacienda. Ella es la desaparecida.
Extremadura, principios del siglo xx. Antonia
Monterroso, más conocida como la Viuda, es la propietaria de una de las mayores
haciendas de la región; intenta mantenerla a flote en un momento en el que la
hambruna que afecta las zonas rurales no parece terminar jamás. Pero un
incendio destruye todo lo que con tanto empeño ha logrado construir y, tras él,
ella desaparece sin dejar rastro.
La enigmática Antonia Monterroso encabeza un potente elenco de personajes cosidos a desgracias que se ven
arrastrados por la necesidad. Por el hambre, la pobreza, el dinero, la
venganza. Arrastrados por todas las caras de la oscuridad.
Es complicado adelantar algo más de la trama, ya que Pérez Gellida hace y
deshace en pocas páginas con la facilidad y la seguridad de quien posee varios
ases en la manga, de quien domina por completo un
truco de magia que lleva años perfeccionando y que acabará por explotar en la
cara del público cuando menos se lo espere.
Los capítulos, como espejos reventados a
martillazos, están fragmentados, salpicados de saltos temporales e historias
entrelazadas que pueden llegar a aturdir, pero que el autor acaba uniendo hasta
reconstruir un cristal perfectamente liso, sin rastro de grietas.
Bajo tierra seca es un thriller rural redondo. Una novela oscura, sucia y violenta
con la que adentrarse en el 'Gellidismo', ese movimiento que suma ya más
de 300.000 lectores
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