En muchos momentos de la historia de la Humanidad los
libros han sufrido la persecución y han pagado los platos rotos de las
ideologías más extremistas, de todos los tipos, y han sido quemados en
hogueras. Al igual que ocurre con la Historia, lo mejor que puede suceder para
no volver a caer en los mismos errores es no olvidar nuestro pasado y, en
muchas ocasiones, el contenido de algunos libros que se podrían considerar
malditos merece estar en los anaqueles de las bibliotecas para qué viendo lo
que algunas mentes perversas plasmaron en ellos, evitemos que vuelvan a ocurrir
graves errores del pasado.
La protagonista de esta novela es Tina una auténtica
apasionada por los libros y cuyo sueño profesional es convertirse en
bibliotecaria, nada le podría hacer más feliz en este mundo. Rebelde y
contestataria junto con su amiga Veva entrará en el mundo del feminismo. Y
también en el de los cabarets, para acabar descubriendo una sociedad secreta
que se dedicaba a velar por la preservación de libros considerados prohibidos.
Esa sociedad se conocía como la Biblioteca Invisible.
Pero al hallarnos en la década de los años treinta del
pasado siglo en la ciudad de Madrid todo se ve truncado con la llegada de la
guerra, especialmente con el sitio de la capital de España y numerosas
ofensivas por tratar unos de conquistarla y otros de conservarla. Como siempre
la guerra es mala amiga tanto del patrimonio artístico y cultural que se
encuentra en los museos como también de los libros y es por ello que Tina
intentará proteger los libros para que no sean destruidos. Paralelamente,
vivirá una historia de amor clandestina que incluso la llevará a ponerse en la
disyuntiva de tener que elegir entre esa historia o esa defensa de los libros.
Otro elemento destacable, es el protagonismo de la
propia ciudad de Madrid, plasmada con maestría, dándole la importancia que
merece dentro de esta historia.
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