Natalia, muy afectada por
la muerte de su hermana, es enviada al campo a pasar el verano en compañía de
sus primos. Allí vivirá envuelta en flores secas, vestidos antiguos, conjuros
mágicos, sueños y pesadillas. En su mundo imaginario y frágil, que resurge cada
noche con la oscuridad y en el que nada es como parece ser, se pone de
manifiesto la insalvable distancia que separa a Natalia de sus primos,
especialmente de la encantadora Irlanda.Una novela en la que la belleza, la
crueldad y los presentimientos recrean una atmósfera inquietante e irresistible
y con la que Espido Freire debutó como escritora en 1998. La maldad se esconde
en todas partes. Incluso enla propia familia
Desde
que Sagrario ha muerto, las cosas son distintas para Natalia, su hermana, y para
sus padres, que en un intento por protegerla de la tristeza la envían al campo
a pasar el verano. Allí, en la vieja casona familiar, se reúne con sus primos,
Irlanda y Roberto, que con la ayuda de unos amigos se han propuesto adecentar
la casa para venderla. Así comienza ese verano en que Natalia, una joven tímida
que apenas ha salido de su entorno familiar, vivirá envuelta en flores secas,
vestidos antiguos, conjuros mágicos, sueños y pesadillas. Y en ese mundo
frágil, que resurge con la oscuridad y en el que nada es como parece ser, se
pone de manifiesto la insalvable distancia que separa a Natalia de sus primos,
especialmente de la encantadora y dulcísima Irlanda.
Haciendo gala de una maestría
narrativa que mezcla con prodigioso equilibrio tradiciones del mundo celta con
el descaro provocativo de una Françoise Sagan, Espido Freire nos ofrece una primera novela en la que
la belleza, la crueldad y los presentimientos recrean una atmósfera inquietante
e irresistible.
Espido Freire (Bilbao, 1974) debutó como escritora con Irlanda (1998), novela que
recibió una espléndida acogida por la crítica y fue galardonada con el Premio
Millepage, otorgado por los libreros franceses a la novela revelación
extranjera. En 1999 apareció Donde siempre es octubre y seis meses más tarde se
convertía en la ganadora más joven del Premio Planeta con su obra Melocotones
helados (1999). Sus otras novelas son Diabulus in musica (2001), Nos espera la
noche (2003) y Soria Moria (ganadora del Premio Ateneo de Sevilla 2007), La
diosa del pubis azul (2005) y su última novela, La Flor del Norte (2011). Es
autora, además, de colecciones de cuentos, una novela juvenil y un libro de
poemas. La crítica la ha reconocido como una de las voces más interesantes de
la narrativa española. En Ariel ha publicado los ensayos Mileuristas, La
generación de las mil emociones, Primer amor, Los malos del cuento y Quería
Volar.