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sábado, 30 de abril de 2022

TEMPORADA DE HURACANES de Fernanda Melchor

 


La novela: el cuerpo de La Bruja es encontrado flotando en el río cerca de La Matosa. Una mujer misteriosa desde su propio apelativo y una rápida sospecha del entorno de jóvenes que tenían diferentes relaciones con ella. El libro se despliega a partir de las relaciones entre esos jóvenes y la maraña oscura propia de las pequeñas poblaciones. La Bruja les fascinaba tanto como les repugnaba y sus relaciones van aflorando en ambientes cada vez más sórdidos e incómodos. No es tanto la resolución de un misterio sino comprobar toda la podredumbre que se esconde ahí.

Temporada de huracanes es una novela orgullosamente mexicana y eso en el uso del idioma es palpable a cada frase. Lo cual me parece absolutamente fantástico aunque uno pueda desorientarse en algún momento. Ese narrador de ritmo imparable (los capítulos son extensos párrafos parcos en puntuación donde los diálogos en off tienen una poderosa fuerza narrativa) no escatima en expresiones propias del español hablado en México, a las que el lector mínimamente interesado ha de adaptarse con rapidez, y que a mí me han fascinado. Qué florido y qué rico en expresiones que, sin necesidad de usar diccionario o referencias externas, son comprensibles y a la vez fascinantemente misteriosas. Una cuestión que no es superficial. El lenguaje forma parte de esta historia como lo hacen sus personajes, y no le vería el sentido a adaptarse a un standard que despojaría a la novela de parte de su encanto.

 

Fuerte apuesta de Fernanda Melchor, esta novela. Arriesgada y audaz como pocas cosas que he leído últimamente, y en algunos momentos me he acordado de otras promesas como la ecuatoriana Mónica Ojeda, sobre todo por la curiosa encarnación en los dos libros del deseo sexual masculino desde la perspectiva femenina, que no deja de ser un recurso absolutamente legítimo, y no se me malinterprete, pero que es una figura como mínimo chocante, ya que en ambos casos esta apuesta es visceral y acaba funcionando.




sábado, 23 de abril de 2022

LA INVENCIÓN DEL AMOR de José Ovejero


 

El vértigo de asomarse a una novela es tanto más inconmensurable cuando más nos involucramos los lectores en la obra, ya sea con el protagonista o con la historia que nos cuenta el escritor. Es por ello que aunque algunas novelas pasan ante nuestra vida como repentinas tormentas de verano, otras nos dejan un poso indeleble, una marca en nuestra piel, la cual nos puede durar toda nuestra existencia. José Ovejero, con “La invención del amor”, nos ofrece la oportunidad de conocernos algo más a través de las inquietudes, aventuras y deseos de un personaje tan normal como cualquiera de nosotros en el Madrid de hoy en día.

Samuel es copropietario de un almacén de material de construcción que no atraviesa buenos momentos. Una madrugada, después de una fiesta que acaba al amanecer, recibe una llamada desconocida a través del teléfono fijo, el cual no suele utilizar, y en la que un anónimo le comunica que Clara, una especial amiga de él, acaba de morir en un accidente de carretera. Y le comunica que podrá visitarla en el tanatorio de la capital, en donde está el cuerpo de ella. Samuel se sorprende de la llamada ya que nunca ha conocido a ninguna Clara, pero a pesar de ello decide acudir al tanatorio. Allí, después de un desgraciado accidente, conoce a Clara a través de una foto que reposa sobre el ataúd. Y cae enamorado de la difunta.

José Ovejero ha construido una muy original novela con los mimbres con los que se tejen las obras clásicas de la literatura. Y del cine. Porque “La invención del amor” no solamente atrapa en su lectura sino que nos permite casi tocar, ver y oler a los personajes de ella. Y lo más importante, nos tiende una mano para que, al igual que Samuel, nos quedemos absolutamente prendados ante la figura de Clara, ese bello cadáver presente en toda la obra pero que, desgraciadamente, el protagonista no pudo conocer en vida. Y es que a las pocas páginas del texto planea sobre nosotros una historia de las que se quedan pegadas a nuestra piel y grabadas en la memoria.




 


sábado, 16 de abril de 2022

LAS FORMAS DEL QUERER de Inés Martín Rodrigo

 


La crónica resultante no se presenta desnuda sino enmarcada, puesto que la leemos al mismo tiempo que lo hace Ismael, la expareja de Noray, recién casado, que ha acudido al hospital para atenderla tras un intento de suicidio. Mientras ella está inconsciente, él extrae de su bolso el grueso original en el que, durante horas, va a acceder al fin a las razones del comportamiento atrabiliario de ella, lo que, de manera previsible, refuerza su amor y abre una línea de desarrollo argumental que bordea lo folletinesco y queda en suspenso. Este relato marco, el de Ismael; su esposa, Estrella, y su examante Noray, está solo esbozado, porque funciona como contenedor narrativo de lo que importa: la novela familiar de Noray. Una historia que es un tributo de amor a la abuela y de admiración hacia la fortaleza femenina (encarnada en la vecina Mari Miura, en la valiente pareja lésbica de Trini y Blanca, en la epifánica Filomena, en cuya biblioteca ha nacido su vocación de escritora) y que encierra una confesión terapéutica de los propios miedos e inseguridades, de una inestabilidad psíquica somatizada a través de una grave anorexia. Que en la rememoración de Noray hay una dosis alta de recuerdos y experiencias de Inés Martín Rodrigo lo demuestran la vivacidad e intensidad de algunos episodios (por ejemplo, el ingreso en una clínica de trastornos alimentarios), pero ese ingrediente autobiográfico ni pone ni quita quilates literarios. Como tampoco lo hacen los modelos expresos que pueden haber inspirado la novela: la saga familiar de Thomas Mann Los Buddenbrook o la obra de Joan Didion (tratamiento del duelo en El año del pensamiento mágico, aunque se citan sus ensayos).




sábado, 9 de abril de 2022

CAUTERIO de Lucía Lijtmaer

 


Una novela redonda sobre la huida del dolor como forma de supervivencia y la rebelión ante los roles de género contemporáneos.

Es el verano de 2014. Una mujer joven que acaba de ser abandonada por su pareja huye de Barcelona a Madrid con un secreto y la convicción de que el apocalipsis se acerca. Cuatro siglos antes, otra mujer, Deborah Moody –quien pasó a la historia como «la mujer más peligrosa del mundo»–, se ve obligada a emigrar a las colonias de América del Norte cargando a su vez con otro secreto, muy distinto. ¿Qué tienen en común estas dos mujeres? ¿Por qué han decidido alejarse de aquello que conocen y empezar de nuevo?

Sus voces desgranan dos historias cruzadas sobre violencia e hipocresía, brujas y curanderas. Sobre Salem como posibilidad de un mundo nuevo en el que algo pueda fructificar, lejos de quien juzga y condena. Sobre Barcelona como un espacio hackeado, desalmado y roto por la gentrificación, al borde del colapso, en el que el enamoramiento es una enfermedad y nada puede salvarse. ¿O sí?

Con una prosa deudora de Bret Easton Ellis y Mercè Rodoreda, no exenta de ironía, sarcasmo y misterio, Lucía Lijtmaer ha escrito una novela redonda sobre la huida del dolor como forma de supervivencia y la rebelión ante los roles de género contemporáneos. Asimismo, retrata la ciudad como un personaje más, orgulloso y abandonado, que mira a sus habitantes por encima del hombro y parece decir: sigo aquí, pese a todo, húndete conmigo. Frente a la autodestrucción, la autora propone una solución radical: quemarlo todo. Solo así todo cauterizará.

«Dos mujeres, dos sociedades separadas por siglos y dos sensibilidades que se identifican. Relato de un instante que, larvado, atraviesa épocas y espacios en los que política y religión ejecutan el mismo infame chantaje sobre la debilidad de los cuerpos. Lucía Lijtmaer construye una historia no solo conmovedora e imaginativa sino insustituible: anatomiza una selva de sentimientos y poderes atemporales» (Agustín Fernández Mallo).

«Érase una vez una mujer que se enamoró y desapareció. Érase una vez el amor como venenosa arma de autodestrucción masiva. Érase una vez una nueva y poderosa voz, la de Lucía Lijtmaer, capaz de desdoblarse, huir y afilarse como lo hacía en los noventa la voz de un Bret Easton Ellis que había leído más de la cuenta a Joan Didion, y que aquí parece poseída por la fiereza desalmada de una Ottessa Moshfegh decidida a reescribir La mujer comestible de Margaret Atwood en una versión dolorosamente paranoica y post casi cualquier cosa. Un punzante y retorcido festín» (Laura Fernández).





sábado, 2 de abril de 2022

LUGAR SEGURO de Isaac Rosa

 


 Segismundo García sabe como sacarle partido al miedo a un colapso. En una sociedad plagada de malos augurios, desinformación y precariedad, plantea lo que puede ser el negocio del siglo: la venta de búnkeres low-cost a las clases más humildes. Segismundo, sin embargo, conoce bien esto de sacar tajada, le viene de familia, y él, se lo ha inculcado a su hijo también. Tres generaciones de maleantes obsesionados con el dinero y el ascenso social y marcados a fuego por el fracaso constante.

Por qué lo recomendamos: 'Lugar seguro', novela ganadora del Premio Biblioteca Breve 2022, supone una reflexión del mundo en el que vivimos, plagado de informaciones contrapuestas, alertas globales, precariedad y sobre todo, incertidumbre. Ante esto, Issac Rosa propone una divertida historia que critica la filosofía new age y la autoayuda, el autoengaño de los ciudadanos para encontrar explicación y consuelo a sus propias circunstancias. Una novela que abarca las 24 horas de un día en el que su protagonista se cruzará con diferentes colectivos, cada uno, con uno con una plan de acción diferente en la idea de cómo cambiar el mundo.

Segismundo García es un comercial venido a menos que cree haber encontrado el negocio de su vida: la venta de búnkeres low-cost para las clases más humildes, una promesa de salvación para todos los bolsillos ante el temido colapso global. Pero Segismundo no está en su mejor momento personal ni económico y mantiene una relación problemática con su hijo y con su padre. Son tres generaciones de granujas obsesionados con el ascenso social, destinados a estrellarse una y otra vez.

Lugar seguro se desarrolla durante veinticuatro horas en las que acompañamos a Segismundo en sus visitas comerciales y en su particular búsqueda de un tesoro que podría resolver los problemas familiares. En su recorrido, confronta su visión pesimista y sarcástica con la de algunos colectivos que con sus acciones de-fienden que un mundo mejor es posible.