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sábado, 28 de diciembre de 2019

DONDE SE ALZAN LOS TRONOS de Ángeles Caso



Como tantas y tantas obras de la copiosísima moda actual de la novela histórica, Donde se alzan los tronos lleva a cabo una aleación de elementos históricos ciertos e invención. Ángeles Caso se atiene a un planteamiento rutinario: una mezcla de divulgación y de pintoresquismo del pasado. Bajo este doble principio, se recrea la etapa de cambio dinástico de nuestro país que va del fallecimiento del último Austria, el desdichado Carlos II, en 1700, al fortalecimiento del primer Borbón, Felipe V, en 1714 tras su matrimonio con Isabel de Farnesio. En el medio se hallan las tensiones continentales por la hegemonía política y militar y su efecto colateral español, la guerra de Sucesión. La novela enlaza noticias dispersas de todo ello, más vistazos a las cortes europeas, en especial al Versalles de Luis XIV, y a centros influyentes como el Vaticano. También se cotillea en el Alcázar madrileño y se muestran su fúnebre ambiente, la rigidez de una nobleza anquilosada y la inmoralidad de una clase privilegiada inútil.
Esta atractiva materia histórica tiene una expresión literaria ágil de la que resulta un relato ameno. Ello se logra mediante el recurso de convencionalismos narrativos y temáticos. Unas veces son anécdotas de amoríos, sexo y lujuria, adobadas con su poco de intriga y apostilladas sin evitar el tópico. Otras veces son recursos efectistas para causar impresión de exactitud documental: así, poner uno tras otro el medio centenar de títulos de Carlos II u ocupar casi una página con los del aspirante Habsburgo. Con mayor frecuencia se encuentran variopintos anecdotarios o el costumbrismo de hábitos peregrinos, tal la larga descripción de usos palatinos como el rito de levantarse y acostarse del monarca, o el de comer, ilustrado con un menú. Y, además, se hace una descripción estereotipada de un largo censo de personajes, aristócratas y eclesiásticos esquemáticos (al rey Sol se le reduce casi a caricatura) o marcados por un único rasgo, la ostentación, la intriga, la venalidad, la falsedad, la ira, la traición, la prepotencia…
Esta recreación histórico exótica sirve de marco a “la historia de una mujer que quiso ser rey”, como anuncia la frase publicitaria que acompaña al título en la cubierta del libro. En dicho medio va cobrando relieve la persona que termina por convertirse en protagonista de la novela, la princesa de los Ursinos. La ambición de poder aparece como un motivo repetido a lo largo de la anécdota que se ilustra por medio de diversas figuras episódicas; con la princesa alcanza la importancia de tema principal. Por eso se recrea a la de Ursinos en un retrato menos plano que el de los restantes figurantes y se la adorna con hondura. Se trata de una figura histórica, seguida en el libro con sustancial fidelidad, de gran fuerza novelesca. Mujer aventurera, libre, osada, jugó papeles decisorios en bastantes intrigas europeas y fue un auténtico privado del débil Felipe V hasta que, caída en desgracia, éste la abandonó sin miramientos. La aristócrata francesa encarna una pasión enajenante y destructiva.


sábado, 21 de diciembre de 2019

BELOVED de Toni Morrison



Una madre: Sethe, la esclava que mata a su propia hija para salvarla del horror, para que la indignidad del presente no tenga futuro posible. Una hija: Beloved, la niña que desde su nacimiento se alimentó de leche mezclada con sangre, y poco a poco fue perdiendo contacto con la realidad por la voluntad de un cariño demasiado denso. Una experiencia: el crimen como única arma contra el dolor ajeno, el amor como única justificación ante el delito, y la muerte como paradójica salvación ante una vida destinada a la esclavitud. Premio Nobel de Literatura 1993.
Excelente novela. El estilo de Morrison me ha gustado mucho, es como una mezcla de Faulkner y García Márquez, de este último autor porque hay algo de realismo mágico. Una novela sobre el horror la esclavitud, representada simbolicamente como un fantasma del pasado que vuelve y cobra vida, un fantasma en carne y hueso que está enfadado y envenena el presente. Quizá sea mejor dejar que el fantasma muera, nunca olvidarlo pero seguir viviendo el día a día.

«Beloved es la gran novela americana no escrita del siglo XIX, trata de cosas sobre las que jamás se escribió y que laten sin embargo en el fondo de novelas sí escritas, por Melville, por Poe.»
Cuando le hacen dormir afuera, en una cabaña, Paul D es arrinconado por Beloved. Mientras tienen sexo, su mente se llena de horrendas memorias de su pasado. Dominado por la culpa, Paul D intenta hablarle a Sethe de ello, y en lugar de ello dice que la quiere embarazada. Sethe se muestra entusiasmada, y Paul D resiste a Beloved y su influencia sobre él. Pero cuando le dice a sus amigos en el trabajo sus planes de comenzar una nueva familia, reaccionan con miedo. Stamp Paid revela la razón por la que la comunidad rechaza a Sethe.
Cuando Paul D le pregunta a Sethe por ello, le dice lo ocurrido: después de escapar de Sweet Home y alcanzar a sus niños en la casa de su suegra, a Sethe la encontró su amo, quien intentó reclamarla, a ella y a sus hijos. Sethe cogió a sus hijos, fue al cobertizo de herramientas, e intentó matarlos a todos. Sólo consiguió matar a su hija mayor cortándole el cuello con una sierra. Sethe alega que estaba "intentando poner a sus hijos donde estarían a salvo". La revelación es demasiado para Paul D y se marcha. Sin él el sentido de la realidad y del tiempo avanzando hacia delante desaparecen.
Sethe cree que Beloved es su hija de dos años a la que asesinó, en cuya tumba se lee sólo "Beloved". Sethe empieza a gastar descuidadamente y a mimar a Beloved por la culpa que siente. Beloved se enoja cada vez más y se hace exigente, con pataletas cuando no se sale con la suya. La presencia de Beloved consume la vida de Sethe hasta el punto en que se encuentra vacía y sacrifica su propia necesidad por la comida, mientras que Beloved se hace cada vez más grande.


sábado, 14 de diciembre de 2019

NIEBLA EN TÁNGER de Cristina López Barrios


El 24 de diciembre de 1951 Paul Dingle desapareció en el puerto de Tánger sin que se llegara a saber qué fue de él. Sesenta y cuatro años después, Flora Gascón sospecha que es el mismo hombre con el que ha tenido una aventura en Madrid y del que se ha enamorado. El nexo entre ellos: Niebla en Tánger, la novela que Paul tenía sobre su mesilla de noche. Flora viajará hasta esta ciudad mágica y llena de secretos en busca de la autora de la novela, la única que puede decirle quién es en verdad su amante y cómo encontrarlo. Pronto se da cuenta de que es ella misma quien debe escribir el final de la historia, pues en esa aventura también está en juego su identidad; es un viaje al fondo de sí misma. Niebla en Tánger es una bella historia de amor y misterio en una ciudad cosmopolita y mágica, con un pasado fascinante que envolverá al lector.
 Niebla en Tánger, finalista del Premio Planeta 2017, en una historia de pasiones imposibles, con toques de novela negra y quizá incluso de fantasmas. La trama es atractiva: Flora, una mujer atrapada en un matrimonio desdichado, pasa una noche con un misterioso amante, Paul Dingle, que desaparece al día siguiente. Lo único que Flora tiene para encontrarle es un amuleto bereber y el título de la novela que su amante estaba leyendo, Niebla de Tánger, en la que se narra la desaparición en 1951 de… Paul Dingle. Para encontrarlo, Flora viaja a la ciudad marroquí y conoce a Bella Nur, la autora de la ¿novela?, que se incluye en el libro con otra tipografía y su ristra de aventuras y amores desdichados. Un final previsible y algo precipitado no empaña el buen pulso narrativo de un relato sin pretensiones, a pesar de algunos guiños metaliterarios no muy sutiles (abundan las alusiones a cómo la vida debería imitar al arte siguiendo a Wilde; a la magdalena de Proust; a Penélope, a Bowles…)
Niebla en Tánger es una novela en la que se intercalan dos historias y dos tiempos: Por un lado la historia de Flora y por el otro la de Marina Ivannova. Las dos historias se presentan con diferente tipografía para facilitar al lector el cambio de historia. Ambas historias a lo largo de la narración se entrecruzarán y nos conducirán a la identificación de Paul Dingle.
El estilo de la autora es muy cuidado, con una pluma ágil y fluida nos mete de lleno en la historia. Con unas descripciones muy detalladas sobre la ciudad de Tánger que consigue transportarnos y pasear por sus estrechas calles. Una novela que mezcla el misterio, el amor, los mitos y la fantasía todo ello muy bien hilado por la autora.


sábado, 7 de diciembre de 2019

SEÑORA DE ROJO SOBRE FONDO GRIS de Miguel Delibes



Es una obra que es en realidad la historia del escritor, un cuadro que presidía su despacho y una declaración de amor con mayúsculas hacia su mujer, Ángeles, que falleció en 1974 con solo 51 años.
Sacristán, que conoció y ya trabajó con el escritor en 1989, recuerda cómo Delibes siempre se negó a dar los derechos de este texto ni para el cine ni para el teatro: "Él me decía que esto era un vómito... de hecho me decía, no quiero que nadie le ponga cara a este personaje porque ni siquiera le he puesto yo la mía". Poco antes de morir, aceptó. Entonces ya se pudo hacer una lectura dramatizada y ahora José Sacristán se pone en la piel del que probablemente es el personaje más autobiográfico de Miguel Delibes.
Porque aunque en el libro (y en el teatro) se llora a Ana, todos saben que en realidad de quien hablan es de Ángeles. Miguel Delibes decía que Ángeles era su equilibrio y sin ella, probablemente no existiría el escritor, porque, recuerda su nieta: “ella fue la que le animó a escribir”.
Se profesaban tanto amor que, ante su inesperada muerte, Delibes, de carácter huraño y depresivo, se sumió en una tristeza absoluta. Y por eso tardó 17 años en poder poner negro sobre blanco todo lo que sentía... casi en secreto. Sólo su secretaria sabía que estaba escribiendo este libro que, una vez terminado, envió a una de sus hijas para pedir permiso para publicarlo. Porque es una historia íntima y visceral que retrata a toda la familia Delibes, incluyendo a su nieta, la niña que un día recibió cartas con dibujos de su abuelo, la que vivió una muerte que se quedó en todos para siempre.
Porque Miguel Delibes siempre dijo que con Ángeles se fue su mejor mitad... y que con su muerte, como en las películas, todo se fundió en negro.
Estamos en el verano y otoño de 1975. La hija mayor de ambos está en la cárcel por sus actividades políticas, y es en esas fechas cuando surgen los primeros síntomas de la enfermedad de su madre que la hija vivirá desde dentro de la prisión. Es otro recuerdo permanente en la vida de su padre, que también ahora revive.
Esta obra teatrales el relato de una historia de amor en camino desenfrenado hacia la muerte, que nos sitúa en aquella España con rasgos inequívocos, que nos habla de la felicidad y de su pérdida, y que llega a la intimidad de cada ser humano, y a su emoción, por el camino recto y simple de la verdad. Un amor que se llena de dramatismo, y quizá de mayor plenitud, cuando aparece, primero sin hacer ruido y después como una brutal ruptura, la enfermedad. Un sobrecogedor retrato de “una señora de rojo”, tan luminosa, “sobre el fondo gris” de todas las circunstancias que rodean su final.


sábado, 30 de noviembre de 2019

EL BOSQUE DE LA NOCHE de Djuna Barnes


El bosque de la noche, de Djuna Barnes, es uno de esos libros que siempre aparecen en las clasificaciones de los libros más complicados que nadie se leería (y en la de abandonos); y esto no ocurre precisamente por su longitud (apenas doscientas páginas) sino más bien por la oscuridad y ambigüedad del texto que hace difícil discernir un sentido final en una primera lectura. Estaba pensando en escribir algo sobre él pero, sinceramente, me voy a centrar en dos enfoques  principales que me van a ayudar a, por lo menos, recomendarla encarecidamente.
En primer lugar, parto del fantástico prólogo de T.S. Eliot, realizado en 1937 a raíz de la salida de la novela de Barnes y me sirve como recomendación gracias a los tres siguientes párrafos:
“Si el término de “novela” no está ya muy desvirtuado y si se refiere a un libro en el que se presentan unos personajes vivos, con una interrelación significativa, este libro es una novela. Yo no quiero decir que el estilo de Miss Barnes sea “prosa poética”. Pero lo que sí quiero decir es que, en realidad, la mayoría de las novelas contemporáneas no están “escritas’’. Adquieren su parte de realidad por la minuciosa reproducción de los sonidos que hacen los seres humanos en sus simples necesidades diarias de comunicación; y la parte de la novela que no está compuesta por estos sonidos consiste en una prosa que no tiene más vida que el trabajo de un redactor periodístico o de un funcionario competente. Una prosa viva exige al lector algo que el lector de novelas corriente no está dispuesto a dar. Decir que El bosque de la noche gustará especialmente a los lectores de poesía no significa que no sea novela, sino que es una novela tan buena que sólo una sensibilidad aguzada por la poesía podrá apreciarla plenamente. La prosa de Miss Barnes tiene el ritmo propio de la prosa y un fraseo musical que no es el del verso. Este ritmo de prosa puede ser más o menos complejo o preciosista, según los fines del autor; pero simple o complejo es lo que imprime intensidad suprema al relato.”
Eliot intenta ahondar sobre las particularidades  de la prosa de Barnes, encuadrada en el modernismo, pero con unas características que la hacen inusual, términos como “prosa viva” o “prosa poética” son aproximaciones que cumplen el objetivo de demostrar que no nos vamos a encontrar la típica prosa de la época (incluso para el propio escritor) y alude a la característica exigencia que imprime el texto al lector, un lector que, además, debería estar sensibilizado por la lectura de poesía. Me encanta está distinción pero para bastante gente se puede convertir en una limitación importante, todos sabemos que se lee poca poesía. Voy al segundo párrafo:
“El libro no es, simplemente una colección de retratos individuales: los personajes están enlazados entre sí, como las personas de la vida real, por lo que podríamos llamar el azar o el destino más que por la elección deliberada de la compañía del otro: el foco de interés es el dibujo que forman, más que cualquier componente individual. Llegamos a conocerlos a través del efecto que surten unos en otros. Y, por último, huelga decir –aunque quizá no para el que lo lea por primera vez- que este libro no es un estudio de psicopatías. Las penas que sufren las personas por sus particulares anormalidades de temperamento son visibles en la superficie: el significado más profundo es que la desgracia y la esclavitud humanas son universales”             
El manejo de los personajes en conjunto, con ese doctor Mathew O’Connor como elemento aglutinador, componen un dibujo muy difícil de individualizar debido a lo que está subyacente y que comentaré más adelante. Importa más el dibujo general y cómo cada personaje contribuye a configurarlo, sin quitar importancia a dicha individualidad.


sábado, 16 de noviembre de 2019

MI AMOR DESGRACIADO de Lola López Mondéjar



  López Mondéjar reconoce haberse inspirado en testimonios de sus pacientes. También se ha ido a las estadísticas: "El 33% de las mujeres en edad reproductiva de Europa decide no tener hijos. Cuanto mayor es el desarrollo de un país, el desvalimiento del patriarcado también es mayor".  

   Para ella, esta no es una novela feminista, aunque sí comprometida. "Hasta ahora los hombres han escrito los discursos y son ellos los que han impuesto una forma de amor. Hay que dar voz a la mujer para que imponga otro distinto", apostilla. Esta novela es, de momento, su aportación.   
    Hélène es la protagonista que representa la entrega erótica, una mujer a la que la maternidad supone "una carga insoportable", en opinión de la escritora, "porque la distrae de su único objetivo, que es amar, y la entrega amorosa a un hombre".
    En el otro extremo se encuentra una mujer española que ha decidido alejarse de su marido y de su hija para iniciar una búsqueda interior, "porque entiende que en el ejercicio de una maternidad convencional ella ha sido un ama de casa entregada que se ha perdido a sí misma", explica López Mondéjar.
    Sin embargo, "Mi amor desgraciado" no pretende ser una tragedia, sino, un canto a la esperanza. "Porque la única posibilidad de vivir cómodamente en la vida es integrando los distintos aspectos de la vida que nos constituyen como sujeto".
Y añade: "me gustaría que se leyese así, que estos corsés sociales, que estos imperativos sobre como amar o como ser madre, puedan ser transformados internamente por nosotros".
    La novela intenta responder, en palabras de López Mondéjar, a ese "terror" que se tiene a adentrarse en el interior de la madre, en el mito del amor maternal. "


sábado, 9 de noviembre de 2019

LAS LIBRES DEL SUR de María Rosa Lojo




Hacia 1924, cuando era difícil pronosticar la mujer que finalmente sería, Victoria Ocampo contrata a Carmen Brey, joven universitaria gallega, discípula de la filósofa María de Maeztu, recién llegada de Madrid. Debe ocuparse de acompañar a Rabindranath Tagore, Premio Nobel de literatura (y primer visitante ilustre de Victoria), y lo hace mientras aparta las verdaderas razones de su viaje a la Argentina: conjurar el fantasma del padre muerto y buscar a un hermano que la ha precedido en estas tierras y del cual no tiene noticias.

Buenos Aires la absorbe y el medio intelectual la intriga.

Victoria Ocampo no es para ella un objeto de fascinación menor. Es una mujer avasallante que no acierta a descubrir qué será de su vida. Tagore la deslumbra, y tras él frecuentará, en Buenos Aires y en Europa, a José Ortega y Gasset, Keyserling, Drieu La Rochelle, Waldo Frank, Walter Gropius.

Unos años más tarde, en 1931, todo entrará en su cauce y fundará la revista Sur. Carmen registra -con admiración, afecto e ironía- sus paulatinas metamorfosis, el camino que la lleva a convertirse en una figura sin par en el ámbito literario hispanoamericano del siglo XX
A partir de la figura de Victoria Ocampo, Las libres del Sur retrata de manera espléndida un momento cultural determinante, la década del veinte, y la gesta de un grupo de mujeres independientes (entre ellas, María Rosa Oliver) que no sólo deben propiciarse un destino, sino batallar diariamente para que aquello que acaban de conquistar no les sea quitado por su condición femenina. Desde la mirada extranjera de Carmen Brey, María Rosa Lojo abandona los caminos trillados para retratar a unos personajes y una época que el lugar común ha cristalizado sin cuestionar ni valorar en su justa medida. Y para construir una ficción histórica ejemplar, donde la investigación y la imaginación confluyen en una escritura impecable y luminosa.


sábado, 2 de noviembre de 2019

EL SONIDO DE UN CARACOL SALVAJE AL COMER de Elisabeth Tova Bailey



Mientras una enfermedad la mantiene postrada en la cama, Elisabeth Tova Bailey observa un caracol salvaje que se ha instalado en su mesita de noche. Como resultado, descubre el consuelo y la sensación de asombro que despierta esta misteriosa y magnífica criatura y llega a una mayor comprensión de su propio lugar en el mundo. Intrigada por la anatomía de molusco del caracol, las defensas crípticas, la clara toma de decisiones, la locomoción hidráulica y las actividades de cortejo, Bailey se convierte en una observadora astuta y divertida que ofrece una mirada sincera y cautivadora a la curiosa vida de este pequeño y subestimado animal.El sonido de un caracol salvaje al comer es un ensayo ligero y de una belleza honesta sobre la enfermedad, la recuperación y cómo a veces son las pequeñas cosas que ocurren en nuestras vidas las que nos hacen darnos cuenta de lo que realmente importa y de quiénes somos. Un extraordinario y profundamente conmovedor viaje de supervivencia y capacidad de recuperación, destinado a convertirse en un clásico, que nos muestra cómo una pequeña parte del mundo natural puede iluminar nuestra propia existencia humana, a la vez que proporciona una apreciación de lo que significa estar plenamente vivo
Todas nos aferramos a pequeñas cosas que nos salvan. Las circunstancias dan igual, porque ese té que mamá nos regaló, regar la única maceta del balcón, tu diario, la llamada de tu amiga, tu gata… Por muy pequeño que sea el objeto o el gesto, encierra un poder enorme: conseguir que sobrevivamos un día más. Sobre todo cuando una vive con una enfermedad crónica, como es el caso de la autora de El sonido de un caracol salvaje al comer . Elisabeth Tova Bailey, una reputada ensayista y escritora de cuentos a la que su enfermedad limita y restringe su contacto con el mundo.
La publicación de esta obra es tan arriesgada como comenzar a narrar el dolor y supone toda una constatación de valentía. Por eso la editorial Capitán Swing, siempre tan combativa y comprometida, merece una mención especial. Por romper el silencio, por poner sobre la mesa lo invisible, por hacer que solo cuente la necesidad de rescatar una historia al editar un libro. Y es que esta obra marcada por la quietud, que podría considerarse un ensayo en el que se entrelaza la propia biografía con altas dosis de biología, no es una exaltación de la superación personal más, sino una prueba de resistencia en la que el cuerpo persiste porque no queda otro remedio mientras el yo de antes mira incesantemente el paso del tiempo.


sábado, 26 de octubre de 2019

DORA de Iris M. Zabala



Dora está inspirada en el famoso caso de Sigmund Freud que inició el psicoanálisis. Zavala parte de esa estructura para crear un personaje de nuestra modernidad, cuyo mayor deseo son el saber y la escritura. Esta Dora nos atrapa con una histeria que ha de provocar al lector interés y curiosidad. Todo transcurre en Puerto Rico, en los años 1960-1970, y de modo abierto, el personaje avanza desde la niñez en su círculo familiar –conformado por una madre posesiva, abandonada por el padre, y un hermano mayor– con su afonía y ataques de tos, su amiga de la infancia, y su deseo por el saber. Los lectores se enfrentan con la histérica, eléctrica y enloquecedora Dora, sus amores literarios, junto a la poderosa atracción que siente por otra mujer, Gaby, conocida pintora, que la va seduciendo sutilmente. Su noviazgo y breve matrimonio para huir del deseo que ésta le inspira, indican su miedo a enfrentar sus fantasmas. Dora invita al lector a construir narraciones alternativas. El relato abre un mundo de hipótesis y saberes de la vida sexual y de la histeria.Dora es una novela intimista que explora sin descanso el interrogante femenino histérico por naturaleza: ¿qué es el amor?, ¿vale la pena amar?, ¿existe el amor cuando se institucionaliza, o en cambio fluye con la pasión del goce compulsivo, nunca suficientemente retribuido? La Dora de Iris M. Zavala es una Dora contemporánea, abrumada por los vericuetos de una sociedad del mero espectáculo, que tendría mucho que decirle a Freud.
No hubiera podido decirse en qué dirección iba el crepúsculo. Como si fuera un relámpago surgió el odio inconfesado que duerme en el fondo del amor, aquella furia mineral sólo tiene de humano los cabellos y la voz. Dora se percató de que entraba en un mundo donde no había ni leyes ni verdades. Siempre ambivalente, Gaby la conduce por derroteros ignotos; alude a algo desconocido que se posee o se niega. Dora adivina que su poder de seducción emanaba de un erotismo caribeño bañado en un aceite perfumado y espeso; la ambivalencia misteriosa de ese ser de sexo incierto o disimulado era muy intensa. Se horrorizó de lo que pensaba. Internamente sintió la potencia de su seducción. Es poderosa, debo ir con cuidado



sábado, 19 de octubre de 2019

LA MUJER ZURDA de Peter Handke



El narrador de la La mujer zurda del autor teatral, narrador, dietarista, periodista y cineasta Peter Handke, reciente premio Nobel 2019,  nos cuenta la historia de una mujer de treinta años, Marianne, con un hijo de ocho años, Stefan, y casada con Bruno, jefe de ventas de una sucursal que vendía una marca de porcelana conocida en toda Europa. Al iniciar la historia, una noche de invierno, regresaba de Escandinavia después de un viaje de negocios, así que va a buscarlo al aeropuerto y él la invita a cenar a un hotel cercano, después alquilan una habitación ahí mismo para pasar la noche. La mujer (Marianne es nombrada así generalmente, con este sustantivo genérico) se despierta al alba y le expresa a Bruno que quiere regresar a casa. En el camino, de pronto, le dice:
¿Por qué ella toma esta decisión? Lo sabemos casi al final de la novela, una narración adonde la soledad es el destinador (el que hace hacer) y los personajes sus destinatarios (los que llevan a cabo la acción, el hacer ser): el editor, el chofer del editor, la vendedora, Fransiska (la amiga de la mujer), el actor, el padre de Marianne, y la pareja. El narrador no interviene para explicarnos nada referente a los personajes que pueblan su historia, los deja ser y hacer y sólo nos refiere lo que ve, no lo que piensa o siente de sus actos.

La mujer es semejante a la protagonista de una canción (que da título a la novela) que Marianne escucha una noche estando sola en su cuarto de estar:
A partir de la ruptura con su esposo así es su vida: sin comunicación con nadie, a pesar de estar con otras personas (hasta con el mismo Bruno), pero los otros personajes también viven esa gran soledad. Desconocemos como era su vida antes de esta separación, sólo se connota un poco a través de una frase que emite mientras se mira al espejo: "-No te has traicionado. ¡Y ya nadie te va a humillar!".

El relato retrata esa individualidad en la que vivimos los seres humanos, el no entendimiento entre personas, el no escucharnos ni comprendernos, la ira que muchas veces provoca el no poder realizar una vida en común con la pareja elegida en determinado momento, las dificultades de sobrevivir en un mundo en el que cada quien piensa en sí mismo y para sí mismo provocando que cada vez se esté más solo, como una isla en medio de la inmensidad del océano.


sábado, 12 de octubre de 2019

SOBRE LOS hUESOS DE LOS MUERTOS de Olga Tokarczuk



Janina Duszejko es una ingeniera de caminos retirada que enseña inglés en la escuela rural de Kotlina Kłodzka, una región montañosa del suroeste de Polonia. Cuando la rutina del pueblo se ve sacudida por una serie de asesinatos que tienen como víctimas a varios cazadores furtivos, Janina, apasionada de la astrología, defensora a ultranza de los animales y obsesionada por la obra del poeta William Blake, intentará resolver por su cuenta los misteriosos crímenes.

Bajo la forma de una novela policiaca y con un original subtexto ecologista, Tokarczuk retrata soberbiamente la sociedad local, cuestionando sin ambages tanto la falta de respeto por la naturaleza como el radicalismo ambientalista, en una de las obras más poderosas y originales de la literatura europea actual.
Olga Tokarczuk, reciente Premio Nobel de literatura, una de las voces más vigorosas de la narrativa polaca contemporánea, despliega en este arrebatador thriller metafísico todas las contradicciones del alma humana. Janina Duszejko es una ingeniera de caminos retirada que enseña inglés en la escuela rural de Kotlina K;odzka, una región montañosa del suroeste de Polonia. Cuando la rutina del pueblo se ve sacudida por una serie de asesinatos que tienen como víctimas a varios cazadores furtivos, Janina, apasionada de la astrología, defensora a ultranza de los animales y obsesionada por la obra del poeta William Blake, intentará resolver por su cuenta los misteriosos crímenes. Bajo la forma de una novela policiaca y con un original subtexto ecologista, Tokarczuk retrata soberbiamente la sociedad local, cuestionando sin ambages tanto la falta de respeto por la naturaleza como el radicalismo ambientalista, en una de las obras más poderosas y originales de la literatura europea actual.


sábado, 5 de octubre de 2019

LA HIJA DEL ESTE de Clara Usón




En su dimensión colectiva se imponen las personalidades históricas que han promovido los conflictos bélicos entre serbios, croatas y bosnios en las repúblicas independientes que sucedieron a la desmembración de Yugoslavia tras la muerte de Tito. Los personajes históricos que dominan el plano colectivo son tres: Slobodan Milosevic, presidente de la República de Serbia, Radovan Karadzic, presidente de la República Srpaska, y Ratko Mladic, coronel destacado en la guerra de Serbia con Croacia y ascendido a general del ejército serbio en la guerra contra Bosnia, donde su fanatismo y locura lo convirtieron en el sanguinario carnicero de Srebrenica, lugar de horror y muerte de miles de soldados y civiles indefensos, entre los cuales había hombres, mujeres, ancianos y niños bosnios, musulmanes y también serbios.
En el plano individual sobresale la figura de Ana Mladic, amada hija del citado criminal de guerra, en su cuidada evolución psicológica desde el amor y admiración hacia un padre cariñoso hasta el gradual descubrimiento del psicópata que llevó hasta el paroxismo su fanatismo destructor en Bosnia. Acorde con el desarrollo de estos dos planos, la construcción de la novela sigue la alternancia de capítulos en los que se va distribuyendo la información en ambas vertientes, con una convergencia final muy lograda. En los capítulos impares, tras un comienzo que anuncia la tragedia final, se desarrolla la evolución de Ana desde su ingenuidad juvenil hasta su gradual descubrimiento de las atrocidades de su padre, sobre todo a partir de un viaje con otros amigos a Moscú.
En rigurosa alternancia los capítulos pares ofrecen la narración biográfica de las fulgurantes carreras políticas de los nuevos dirigentes en las repúblicas balcánicas. Todos llevan títulos que comienzan siempre con “Galería de héroes” y después el nombre del protagonista del capítulo. Es un acierto que la serie comience con el Príncipe Lazar porque con la presencia relevante de aquel rey medieval que libró y perdió la batalla de Kosovo contra los turcos la novela se inflama con un aliento épico (y bárbaro) que luego descubre sus tonos más sombríos en sus herederos de finales del siglo XX, que son los tres criminales de guerra citados.
Y a partir del capítulo 12, pasada la mitad de la novela, se inicia la convergencia de ambos planos, con progresivos hallazgos de Ana sobre los horrores de su padre y la revelación, igualmente bien graduada, de Danilo Papo, hijo de judío muerto en Sarajevo y exiliado en Londres, como narrador de la novela en su plano colectivo e incluso de los capítulos centrados en Ana y su entorno, contados por un narrador omnisciente en tercera persona, pero que bien puede ser el mismo Danilo, pues, como dice al final, “ quien esto escribe un día se tropezó con la noticia de la trágica muerte de Ana Mladic

sábado, 28 de septiembre de 2019

LA PEOR PARTE. MEMORIAS DE AMOR de Fernando Savater



"Solo el amor y la muerte modifican nuestra existencia". Tan seguro estaba de esta afirmación Alberto Migré, célebre guionista argentino de telenovelas, que al menos uno de sus personajes la pronunciaba en cada culebrón que escribió.
De amor y de muerte —aunque no solo— versa el último libro de Fernando Savater (San Sebastián, 1947). Último por reciente y porque el pensador anuncia que no escribirá más. Y en las 243 páginas de 'La peor parte' (Ariel), el filósofo donostiarra parece dar la razón al creador de teleseries.
En ellas, rememora el deseo sentido hacia la que fue su compañera de vida durante 35 años y las adereza con el dolor y el vacío que padece ahora, cuando su lectora predilecta —“escribía para que ella me leyera”— ya no revisa sus borradores ni ve películas de terror en su sofá.
Portada de 'La peor parte' (Ariel).
A esta profesora de Estética dedicó el escritor su autobiografía —"mira, Sara, mi vida"— y, de paso, su existencia entera. Ya saben: a donde el corazón se inclina, el pie —y la pluma— camina.
Pero si el padre (intelectual y carnal) de ese tal Amador —ojo al nombre, 'el que ama'— rebosaba optimismo cuando Sara estaba junto a él, el Fernando Savater de hoy aprende a “vivir sin alegría en un mar de amargura sin orillas en el que chapotear con espanto hasta el anegamiento final”. Y mientras, lucha para que las lágrimas —“no hay día en que no las derrame por ella”— no ahoguen la lucidez

Vivir sin alegría ha sido una experiencia nueva para mí, una ruptura con mi yo anterior. Estaba acostumbrado a despertar siempre como cuando era niño, con un latente “¡vaya, otra vez!” gorjeando dentro. Y con el litúrgico “¿qué pasará?” con el que acababa cada episodio de cualquiera de los tebeos que tanto me gustaban y que leía puntualmente cada sábado por la noche. Yo sabía que cabía esperar mil peripecias divertidas, pero que nada irreparable le ocurriría al protagonista, o sea, a mí. Aunque me quejaba, lloraba y maldecía como todo el mundo, jamás me lo creí; la vida me parecía estupenda, a veces algo horrible, sin duda, pero no menos estupenda, como una buena película de terror tipo Alien o La semilla del diablo. Incluso en mis peores momentos, en la tortura del cólico nefrítico, en el hastío de un cóctel formal o una conferencia académica (son las peores experiencias que a bote pronto puedo recordar), sonaba como fondo de mi ánimo el basso ostinato de la alegría, aunque ni siquiera yo pudiese darme cuenta. Ha sido al dejar de oír ese íntimo hilo musical cuando, tras la inicial extrañeza, me he dado cuenta de lo que había perdido. “Reconocí a la alegría por el ruido que hizo al marcharse”, dijo Jacques Prévert (el poeta preferido de Pelo Cohete cuando la conocí), y podría hacer mía esa constatación.



sábado, 21 de septiembre de 2019

SIDI, UN RELATO DE FRONTERA de Arturo Pérez Reverte



No es ningún secreto que a Arturo Pérez-Reverte le chiflan las películas del Oeste y en particular la épica sosegada e intensa de John Ford. Así que en medio de uno de los tropecientos visionados de la 'Trilogía de la Caballería' firmada por el director -ese medirse con la violencia como una forma de sobrevivir, la fraternidad masculina a prueba de bomba y unos valores añejos pero que en fondo, queramos o no, nos interpelan a todos y a todas- se le encendió la bombilla. Si Ford había sido capaz de construir una épica con las historias de frontera, él no iba a ser menos rescatando a un personaje que la adoctrinadora escuela franquista hizo que todavía hoy miremos con suspicacia y resentimiento. El Cid Campeador. Pionero con Don Pelayo de la supuesta ‘cruzada nacional’, sin comerlo ni beberlo. De hecho, la terrible estepa castellana como territorio de frontera y Rodrigo Díaz de Vivar parecen desde un principio la localización y el personaje perfectos para el escritor, tan amante de las pendencias dialécticas como de las históricas. El resultado es 'Sidi' (Alfaguara), su nueva novela, en la que recupera las andanzas más oscuras del personaje, las del destierro tras la jura de Santa Gadea, donde la leyenda quiere que el guerrero obligara al rey de León a jurar que no había asesinado a su hermano. Y es que las suspicacias frente a la monarquía vienen de lejos.
Asegura el escritor que hay muchos cides, el histórico, el de la leyenda, el manipulado y que él ha construido el suyo, el que le interesa. “Del Cid histórico, el de verdad, conocemos un 20% como mucho, el resto es leyenda. Eso me permitía a mí, siendo fiel a esas tradiciones, crear mi propia leyenda, con documentación, claro, imaginación y mi propia experiencia en conflictos de frontera”, asegura en referencia a sus antiguas andanzas como corresponsal de guerra que suele sacar a colación en casi todas las entrevistas. “He visto a hombres en fronteras difíciles levantarse en combate y echar a correr mientras le seguían 40 tíos. Eso no se improvisa, ese hombre ha hecho un trabajo previo”. De ahí que el tema de fondo de su novela sea para él el del liderazgo, concebido a la vieja manera, tan masculina ella –“pero es que estoy hablando de la guerra en el siglo XI y no he quitado a ninguna mujer de ese retrato, sencillamente no estaba en el campo de batalla y si lo estaba se convertía o en botín o en presa para los depredadores. Tampoco he puesto a un amigo del Cid que sea negro”, dice reivindicativo intentando no aplicar, dice, los criterios morales del siglo XXI donde no toca.


sábado, 14 de septiembre de 2019

LAS SILLITAS ROJAS de Edna O ´Brien



Las sillitas rojas, la sobrecogedora y audazmente imaginada nueva novela de Edna O'Brien (Tuamgraney, Irlanda, 1930) es tanto una exploración de los temas de la vida provinciana irlandesa desde la perspectiva de las chicas y las mujeres como un cambio de rumbo radical, una obra de historia alternativa en la que la devastación de un país desgarrado por la guerra irrumpe en la “inocencia primaria, perdida en la mayor parte del mundo” de la Irlanda rural.
Además del alabado talento de la autora para el lirismo y la precisión mimética, la obra contiene una inquietante clarividencia fabuladora que evoca a Kafka más que a Joyce, mientras que su retrato del psicópata Vladimir Dragan recuerda al Nabokov más oscuro, menos lúdico. Por si acaso no reconocemos de inmediato al siniestro “doctor Vladimir Dragan de Montenegro”, la escritora incluye como epígrafe este conmovedor pasaje: “El 6 de abril de 2012, para conmemorar el 20° aniversario del comienzo del sitio de Sarajevo por parte de las fuerzas serbobosnias, se dispusieron 11.541 sillas rojas en fila a lo largo de los 800 metros de la calle principal de Sarajevo. Una silla vacía por cada sarajevés muerto durante los 1.425 días de asedio. Seiscientas cuarenta y tres sillitas representaban a los niños muertos por los francotiradores y la artillería pesada disparada desde las montañas de los alrededores”.
Como un personaje de un malévolo cuento de hadas irlandés, un misterioso desconocido se presenta un día, aparentemente de la nada, en la orilla de un turbulento río del oeste de Irlanda, en un “gélido brazo que pasa por un pueblo al que llaman Cloonoila”. El forastero se queda “hipnotizado” por el “júbilo frenético” de las ensordecedoras aguas. Los crédulos habitantes de Cloonoila no tardan en sucumbir uno por uno al hechizo de Dragan, un supuesto poeta, exiliado, visionario, “sanador y terapeuta sexual”.
A uno de ellos le parece un “hombre santo con barba y pelo blancos que lleva un largo abrigo negro”, con un aire tan sacerdotal que invita a “hacer una genuflexión”. Para otro es una figura que invita a la esperanza: “A lo mejor traerá u poco de romanticismo a nuestras vidas”. El maestro del pueblo sospecha de él, e insinúa que el desconocido podría ser una especie de “Rasputín”, otro infame “sanador y visionario”, pero nadie quiere escucharlo. Al principio, el padre Damián, el joven cura católico, recela del doctor Vlad solo porque el forastero representa una amenaza para la autoridad de la Iglesia y porque se ha anunciado a sí mismo como un terapeuta sexual: “Este es un país católico, la castidad es nuestro mandamiento número uno”. Los retratos que hace la autora de los curas irlandeses rara vez son halagadores, y el padre Damián es una fuente de tópicos y retórica vacía: “Ya sabéis”, dice a los lugareños, “que mucha gente siente un vacío en sus vidas”, “Los matrimonios pierden la chispa”, “Las citas por Internet, la desnudez… las cosas que he oído en confesión”. Pero el supuesto líder espiritual de la comunidad cae en las redes del doctor Vlad como los demás.


sábado, 7 de septiembre de 2019

CARA DE PAN de Sara Mesa



Si tuviéramos que calificar con un solo adjetivo Cara de pan, el más adecuado sería “inquietante” porque, sin duda, inquietud es la sensación que permanece después de haber leído esta breve novela. La narrativa de su autora, Sara Mesa(Madrid, 1976), cuenta con ciertas marcas que la identifican: una escritura desnuda exenta de artificiosidad; una base cuentística -sus obras largas tienen la intensidad de los textos cortos por su concentración y porque cada elemento supura sentido-; y la ya citada inquietud, entendida también como desasosiego, conmoción, sorpresa desazonante, miedo ante lo que la realidad esconde y puede llegar a significar. 
Cara de pan cuenta una historia aparentemente simple. Una niña de rasgos ya preadolescentes, atraviesa una crisis de identidad y un buen día decide no volver a clase. Sufre acoso en el instituto porque ni su aspecto ni su actitud coinciden con el estándar establecido: es gorda, unos granos impertinentes salpican sus brazos, es introvertida y no tiene novio. Todo su aspecto se resume en el humillante mote que le ha puesto Marga, la listilla del grupo, cara de pan, donde la cara funciona como “símbolo de todo un cuerpo, de toda una entidad”. Durante las horas que debería estar en clase, la niña se refugia en un parque, dentro de un espacio recogido al que se accede atravesando un seto. 
Un día se encuentra con un hombre con el que poco a poco entabla conversación hasta que se hacen amigos. Los dos son unos desclasados, están fuera de lo que se considera normativo; ella es una niña rara y él es un viejo de elegancia trasnochada que va siempre con la misma ropa, ya sucia, y con “la misma expresión de asombro y pudor”, un hombre al que le cuesta articular las palabras y cuya actitud resulta chocante. Los dos crean un mundo que no sobrepasa el cercado tras el que se ocultan mientras se van conociendo y hablan de pájaros y de Nina Simone, las dos pasiones del viejo. En ese espacio propio y ajeno a todo lo demás, él decide llamarla Casi (de casi catorce, porque ella todavía no ha alcanzado esa edad) y ella a él Viejo, un término que en su relación carece de connotaciones negativas. Desde el principio, Casi nota que el viejo es un tipo raro, aunque no sabe calibrar el alcance de su singularidad, pero le parece que puede fiarse de él aunque sabe, porque lo tiene instalado en su imaginario, que la amistad entre un viejo y una niña no es normal
Con 
Cara de pan, Sara Mesa ha escrito un pequeño libro importante que invita a pararse y reflexionar sobre la realidad que nos atrapa, una historia llena de metáforas que bordea el abismo de lo establecido y nos obliga a pensar sobre la lógica interna -aparentemente loca- de las cosas y sobre lo que socialmente se considera correcto. También sobre el acoso adolescente, la maduración personal y lo distinto que es el mundo cuando se mira sin el conocimiento y los prejuicios adultos, con los ojos del niño que fuimos y algunos todavía son.


sábado, 31 de agosto de 2019

LA NUEVE de Evelyn Mesquida



El primer blindado que llegó a la plaza del ayuntamiento de París fue el «Guadalajara», con tripulación exclusivamente extremeña. Los primeros disparos que las fuerzas aliadas efectuaron se hicieron desde el blindado «Ebro», mandado por el capitán canario Campos y conducido por el catalán Bullosa. En las cercanías del Arco del Triunfo patrullaban Alfredo Piñero y Francisco Izquierdo, que se quedó mudo cuando una muchacha, tras los besos y abrazos de rigor exclamó: «¡Eres el primer soldado francés al que beso», a lo que este contestó «Somos rojos españoles». Anécdota parecida le ocurrió al locutor que entrevistó a los recién llegados y recibió un castizo «Pardon mesier mais ye suis español». Por lo demás la dotación que llegó al ayuntamiento de París el 22 de agosto fue la de los half-track: Madrid, Jarama, Ebro, Teruel, Guernica, Belchite, Guadalajara, Brunete y Don Quijote, junto con un tanque tripulado por 4 franceses: el «Romilly». Este era el destacamento, que, con toda justicia, llamaron «los liberadores de París».
A las 21:22 horas de la noche del 24 de agosto de 1944, la 9.ª Compañía irrumpió en el centro de París por la Porte d'Italie. Al entrar en la plaza del Ayuntamiento, el semiorugaespañol «Ebro» efectuó los primeros disparos contra un nutrido conjunto de fusileros y ametralladoras alemanas. Después los civiles que salieron a la calle cantando La Marsellesa, para su sorpresa constataban que los primeros soldados liberadores eran todos españoles. El jefe francés de la 9.ª Compañía, Raymond Dronne, se dirigió hacia la comandancia del general alemán Dietrich von Choltitz para requerir la rendición.
Mientras se esperaba la capitulación final, los españoles tomaron al asalto la Cámara de los Diputados, el Hôtel Majestic y la Plaza de la Concordia tras sufrir un muerto. A las 3:30 horas de la tarde del 25 de agosto, la guarnición alemana de París se rindió y fueron los soldados españoles quienes recibieron como prisionero a Von Choltilz, mientras otras unidades francesas también entraban en la capital. El general estadounidense Eisenhower remitió entonces parte de sus tropas para colaborar con los franceses.
Al día siguiente, el 26 de agosto, las tropas aliadas entraron triunfantes en París. Los españoles desfilaron frente a la Catedral de Notre Dame y posteriormente escoltaron al general Charles de Gaulle por los Campos Elíseos. Los soldados españoles de la División Leclerc desfilaron llevando en sus estandartes los colores de la Segunda República Española; las posteriores protestas del régimen franquista fueron ignoradas por el gobierno francés.


sábado, 24 de agosto de 2019

EL VERANO EN QUE MI MADRE TUVO LOS OJOS VERDES de Tatiana Tibuleac



El buenismo está de más. Este protagonista odia a su madre y la quiere muerta, sería capaz de asesinarla con sus propias manos movido por un rencor exacerbado. Es un personaje destructivo, violento, despiadado y manipulador que despierta en el lector tan solo instinto de compadecer. La escritora y periodista Tatiana Tibuleac (1978, Moldavia) afincada en Francia, ha creado una novela tan desgarradora como atractiva, llena de matices y reflexiones, por la que los libreros la han aupado a la primera fila de las nuevas voces de la literatura europea.
El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes (Impedimenta) es una novela con una intensa fuerza narrativa que trata temas universales como el resentimiento, la impotencia, la redención, la rabia y la falta de entendimiento entre padres e hijos. En este caso en particular, entre madre e hijo. Aleksy, ya adulto, rememora el verano que pasó con su madre en un pueblo francés tras salir de una institución psiquiátrica.
A modo de flashback, recuerda un pasado convulso hasta convertir al lector en un privilegiado espectador del día a día de esa familia disfuncional. Destaca su crudeza, con un estilo descarnado que destila lirismo. Comienza así:
Las frases hirientes se suceden sin anestesia, son enunciados que supuran verdad
Y otras, llenas de inocencia:
La autora ha configurado una construcción psicológica de gran originalidad en la que se aborda la fragilidad de la vida, los muros que se alzan en torno al perdón o las dificultades para gestionar el dolor. El lector necesita, a cada página, conocer un poco más de la raíz de tanto resentimiento. Tibuleac apuesta, de forma acertadísima, por evidenciar la evolución del personaje principal a través del cambio en la percepción del color de los ojos de su madre.


sábado, 17 de agosto de 2019

APEGOS FEROCES de Vivian Gornick



 Cuenta básicamente su accidentado camino hacia la madurez como mujer, su recorrido hasta encarnar, con dudas y quebrantos, el tipo de mujer que desea e intenta ser. En ese itinerario, hecho de esfuerzos y sobresaltos, juega un papel determinante el amor, el cómo vivir y manejar el amor, el amor en sus múltiples caras, el amor que trata de eludir el mandato imperativo -para tantas mujeres de su generación- de casarse y tener hijos.

En el presente del relato, Gornick, ya madura, pasea reiteradas veces con su madre, abocada a la ancianidad, por Manhattan. Generalmente, discuten y se enfadan, como han discutido y se han enfadado desde la niñez de la autora. Esa niñez y la adolescencia de Gornick, permanentemente evocadas al detalle, constituyen el grueso del libro, su primera y mejor parte.
Gornick hace un realista y fabuloso retrato de su infancia y juventud en el Bronx, en un edificio habitado por familias trabajadoras y sin muchos recursos, donde destacan -en el conjunto de vecinos, familiares y amigos- las mujeres. Tanto el padre como el hermano de Gornick, desdibujados en la penumbra, apenas aparecen.
Por el contrario, emerge con vigor inusitado la figura de la madre, una mujer que se entregó en cuerpo y alma a un marido chapado a la antigua y que, al enviudar, decidió abismarse en un dolor absoluto y paralizante del que nunca quiso salir. No es ésta la clase de vida ni de amor que quería vivir la adolescente Gornick, ni tampoco -aunque se sentía interpelada por su comportamiento- deseaba imitar a su vecina Nettie -tercera gran protagonista del libro-, una atractiva y joven madre -muy poco cuidadosa con su hijo- que, al enviudar, se entregará compulsivamente al sexo y a los hombres.
Al filo de su experiencia universitaria, Gornick no tiene ni en su madre ni en Nettie un modelo de mujer que le sirva de referencia fiable y, en la segunda parte del libro -a un ritmo más rápido, con saltos temporales más acusados-, la autora contará tres experiencias -un marido y dos amantes, el segundo de ellos casado, de un nivel cultural inferior y de larga duración- que jalonaron, de forma siempre insatisfactoria a la postre, la búsqueda y encarnación -con los estudios, la escritura y el compromiso- de la clase de mujer que deseaba ser.