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sábado, 29 de agosto de 2015

HISTORIA DE MI VIDA de George Sand



George Sand (1804 - 1876), escritora francesa cuyo nombre real era Aurore Dupin, fue tan famosa por sus novelas como por sus numerosos amantes.
En Historia de mi vida nos habla de las ventajas de no ser ni guapa ni fea, de su maravillosa infancia, de sus juegos de acción, de sus raras historias inventadas a los cuatro años acerca de príncipes buenos y princesas encantadas. Relata el viaje a España en plena guerra napoleónica envuelto en un halo romántico que conservan otros episodios de su autobiografía: pueblos incendiados, naufragios, ahorcados balanceándose en el bosque, visitas nocturnas a la Iglesia en momentos de arrebato místico. Tuvo fe en su valor y en su suerte, se mudó a París, se instaló en una buhardilla con poco dinero y emprendió la aventura de la literatura, de la cual la autobiografía de esta mujer indómita es una muestra no exenta de perspicacia y humor.
La obra de George Sand es muy discutible, quizás lo más interesante sea Historia de mi vida, la Correspondencia y los Diarios íntimos donde su estilo que Stendhal calificaba de «abominable amaneramiento», es menos afectado, y menos pretencioso, y a nivel del contenido es menos moralista, más directa y sincera. Esta escritora, que como ella intuía («creo que dentro de cincuenta años seré olvidada y quizás completamente desconocida») no cuenta demasiado en el panorama literario. causó sensación en su época, y si bien Nietzsche se refería a ella definiéndola como «esta terrible vaca a escribir que tenía algo de alemana en el mal sentido del término», muchos de sus contemporáneos no le escatimaron los elogios.Trabajadora incansable, sus primeros escritos datan de 1829 Viaje a España, Viaje a la Auvergne, pero empieza realmente a escrbir cuando se encuentra a Jules Sandeau, juntos publican Rosa y Blanco, firmado J. Sand y solo en 1832 nace para la literatura George Sand, con Indiana (la lucha del amor absoluto contra las contradicciones e imposiciones de la civilización), más tarde Leila.


domingo, 23 de agosto de 2015

LA BUENA LETRA de Rafael Chirbes



Hay estupor y tristeza al enterarse en una tarde de sábado silencioso de agosto que acaba de morir Rafael Chirbes. A uno le cuesta todavía pensar que la muerte pueda llevarse así a personas que conoce y que son más o menos de su edad, a las que ha visto hacerse al mismo tiempo que se hacía uno, dedicarse al mismo oficio, ir escribiendo libros a lo largo de los años. De todos los que empezábamos a publicar novelas hacia finales de los ochenta, Rafael Chirbes era el que tuvo desde el principio una vocación más recta, una presencia literaria y personal más invariable. Otros tanteábamos posibilidades narrativas diversas, incluso a veces impostábamos la voz, llevados por un impulso de búsqueda que podía estar contaminado por la moda, por los aires de época. Rafael Chirbes, desde que irrumpió conMimoun, adoptó una manera de escribir y de estar en el mundo que resaltaba doblemente por su integridad y su discreción. La memoria literaria es tan corta en España como la política, de modo que no hay nada más fácil que inventarse pasados a la medida de las conveniencias del presente. Por eso habrá que recordar que el Rafael Chirbes que tuvo tanto y tan merecido éxito con las novelas testimoniales de los últimos años venía ejercitando las mismas convicciones estétivas desde unos tiempos, no tan lejanos, en los que podían provocar indiferencia y hasta desdén.

Antonio Muños Molina

Ana le cuenta a su hijo fragmentos de una vida de pequeñas miserias con las que se han tejido las relaciones personales y familiares. El autor renuncia a narrar los grandes acontecimientos históricos para poner su foco de atención en lo íntimo y cotidiano, en las vidas de unos personajes heridos por la traición y la deslealtad. La buena letra se convierte en deudora de la concepción balzaquiana según la cual la novela es la historia privada de las naciones y descubre los mecanismos que funcionan como silencioso motor de la historia, en cuyo devenir toda generación se levanta sobre las cenizas de otra y cada vez que el poder cambia de manos lo hace bajo el signo de la traición y de un sufrimiento que, siendo inútil, es también una forma descarnada de lucidez.

Acaba de morir un grande de las letras, de las buenas letras.


domingo, 16 de agosto de 2015

CAMPOS DE FRESAS de Jordi Serra i Fabra



Todo comienzo cuando Luciana, una adolescente normal, se queda en coma un Sábado, debido a una pastilla de éxtasis, que tomó en una discoteca llamada “Pandora's” con los amigos para poder aguantar más durante todo el fin de semana.
Esa misma noche en que Luciana se queda en coma, sus amigos la llevan a un hospital donde le ingresan y le conectan a mil y un aparatos, para mantenerla el máximo tiempo posible sin que abandone el coma.
Los amigos de Luciana avisan a los padres de esta; a Eloy, el novio, que no sabía nada de lo sucedido porque esa noche no había ido a la discoteca, porque había estado estudiando toda la noche para el examen del lunes; y al resto de los amigos.
Los padres de Luciana, la hermana y Eloy, acuden lo más pronto posible al hospital donde hablan con Máximo, Santi y Cinta (los amigos que llevaron a Luciana al hospital). Eloy se enfada con ellos y les pregunta porque le dejaron tomarse esa porquería de pastilla, y que el no le hubiera dejado. Ellos tristes y con impotencia porque se sentían culpables, le responden que el si que hubiera hecho lo mismo.
Loreto, la mejor amiga de Luciana es bulímica, y lucha por no serlo, pero sin la ayuda de su amiga le es más difícil. Pero termina consiguiéndolo.
El médico les explica a todos que para intentar salvar a Luciana deben conseguir una pastilla igual a la que se tomó.
Eloy, los amigos de Luciana y unos cuantos policías, buscan a Poli, el que les vendió las pastillas. Poli y el Mosca se dan cuenta y huyen para que no les cojan. Pero al final les pillan, y corren tras ellos. Poli se resbala en un aparcamiento, se muere, y todas las pastillas, terminan en el agujero del alcantarillado. Pero encuentran una pastilla. Y... Luciana... ¡¡¡¡Vuelve a nacer!!!!!


domingo, 9 de agosto de 2015

LAS LECCIONES PELIGROSAS de Alissa Nutting



Es de noche y, ansiosa ante su primer día como profesora de instituto, Celeste Price se masturba con furia. Así arranca Las lecciones peligrosas, que pronto pulverizará cualquier atisbo de normalidad que pudiera haberse concebido en el exiguo espacio de dos contundentes párrafos. Y es que Celeste es joven, y es hermosa, y tiene un marido, Ford, que es policía y tan hermoso como ella. Ambos forman una pareja perfecta, pero sólo sobre el papel; pues, mientras se satisface en silencio, Celeste adopta precauciones para que Ford no la toque. La explicación que nos da de este hecho desconcertante es muy clara, y más perturbadora aún: «Me lleva muy pocos años, puesto que yo tengo veintiséis y él treinta y uno. Pero supera en más o menos diecisiete años la edad que acapara todo mi interés sexual.» He aquí la granada que estalla en la primera página de una novela tan inquietante como directa; una novela que se complica cuando en la escuela, en medio de un ecosistema repleto de hombres lascivos y grotescos y mujeres neuróticas y desequilibradas, la profesora escoge al joven destinado a aplacar sus deseos. Jack Patrick, delgado, aniñado, cohibido: el prototipo exacto de la lujuria para Celeste. La lujuria que tomará pronto la forma de encuentros apasionados en coches, en hostales y hasta en la casa de Jack; y que, con la irrupción de Buck, el patán grosero de mirada rijosa que el muchacho tiene por padre, cuyo interés por Celeste resulta más que obvio, empieza a enfrentarse a riesgos cada vez mayores que precipitarán una trama de tensión creciente y probada capacidad adictiva. Y es que Las lecciones peligrosas no puede soltarse pese a su agresividad frontal: la de enfrentarnos con una voz en primera persona tan explícita como amoral, que obliga a recalibrar nuestra empatía y presunciones genéricas a medida que rechaza las coartadas, las explicaciones, la culpabilidad. Una voz que sazona su capacidad de escándalo con un tono repleto de agudeza y sarcasmo, de un humor satírico, incómodo y rabioso: la de Alissa Nutting, que le ha servido para desencadenar una polémica en su país de origen avalada por una solvencia literaria a prueba de bomba.


domingo, 2 de agosto de 2015

TRATADO DE CULINARIA PARA MUJERES TRISTES de Héctor Abad Faciolince



Héctor Abad Faciolince nació en Medellín, Colombia. Entre sus novelas están Asuntos de un hidalgo disoluto (1994), Fragmentos de amor furtivo (1998), Basuraz (2000, Premio Casa de América de Narrativa Innovadora) y Angosta (2004, mejor novela extranjera publicada en China en 2005). Ha publicado también los libros de ensayos breves, Palabras sueltas (2002) y Las formas de la pereza (2007), el volumen de relatos El amanecer de un marido (2008), y otros tres de género incierto, Tratado de culinaria para mujeres tristes (1997), Oriente empieza en El Cairo (2002) y El olvido que seremos (2006).
Si los escritores son unos mentirosos que dicen la verdad, el título de este libro cumple con su cometido: no es un tratado, no es de culinaria y, más que para mujeres tristes, parece escrito para mujeres alegres, demasiado alegres.Sin embargo, tiene recetas de cocina, así que en cierto sentido es un manual de culinaria. Y como a veces da risa, es posible que consuele, por lo que puede ser útil para las mujeres tristes, o al menos para las mujeres que han conocido la tristeza.¿Y los hombres? Bueno, los hombres son unos pobres desterrados de la cocina, así que también a ellos les conviene saber lo que se cuece ahí adentro. «La lacónica sabiduría de la vida que se deja ver en sus caprichosas recomendaciones es ambrosía para el alma, aun para las masculinas.»Frankfurter Allgemeine Zeitung, Alemania