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domingo, 28 de agosto de 2016

PUÑAL DE CLAVELES de Carmen de Burgos



Carmen de Burgos y Seguí, también conocida por el seudónimo de"Colombine", escribió la novela corta "Puñal de claveles", publicada en La Novela de Hoy; el 13 de noviembre de 1931, dos años antes del estreno de la pieza teatral "Bodas de sangre" de Federico García Lorca, ambos se inspiraron en el mismo cruento crimen que marco la vida de Francisca Cañada Morales, el argumento trazado por la escritora es un anticipo del drama lorquiano "Bodas de sangre".

Lorca también tuvo conocimiento de la novela "Puñal de claveles"; al respecto la Colombine señaló:
"Federico leyó con gran curiosidad mi Puñal de Claveles para conocer el origen de los romanianos desvelos"

Diferentes estilos literarios y desenlaces para una historia marcada por turbios intereses económicos y familiares, en un ambiente similar ambos recrean la huida de la novia como respuesta a un destino impuesto, una más tardía pues la "novia" de Lorca se casa y abandona la fiesta para escapar con Leonardo, bajo la sombra de un presagio donde un fatídico final los alcanza.

Carmen Burgos a diferencia de Federico García Lorca deja abierta la puerta de la esperanza; desterrando la muerte del destino de la protagonista. Reafirma los principios feministas con los que comulgaba; la capacidad y el derecho de poder elegir por encima de los convencionalismos. Su protagonista reivindica la libertad frente a los prejuicios morales de la época.
"Pura", la "novia" de "Colombine", toma las riendas de su vida, a un paso de contraer matrimonio con "Antonio", quizá recordando a Francisca Cañada:el personaje de "Pura" en esta oportunidad entendió, que aquello que agitaba su alma en vísperas de su matrimonio, era la razón sacudiéndola del sopor de la conformidad.


Era indudable que dentro de poco se habrían de dar cuenta en el cortijo de la falta de Pura, y cuando no encontrasen tampoco a José ni a su caballo tendrían la revelación de lo sucedido aunque en el fondo todos sentirían ese fresquillo interior que suele causar a los envidiosos el mal ajeno, se dejarían llevar de la indignación contra los que quebrantan las costumbres establecidas. Disipadas las borracheras de Frasco Cruz y Antonio, correrían en su busca, secundados por amigachos, servidores y parientes. Si los encontraban en aquel país vengativo, la muerte del muchacho era cosa segura. No se podían detener; pero era preciso tratar con consideración al caballo para poder hacer aquella jornada. José se apeó. Puso sobre la silla a Pura trotando al lado de la cabalgadura.


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