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domingo, 6 de enero de 2019

TÚ NO ERES COMO OTRAS MADRES de Angelika Schrobsdorff


La autora de este libro no pudo titularlo mejor: Tú no eres como otras madres. Y uno añadiría: y tú, lector, lectora, no has leído nunca un libro como este. Yo, al menos, no lo había hecho. Es un libro fascinante, abrumador, único. Casi no parece ni un libro (a tanto desprestigio puede llegar la literatura cuando se mide con la vida).
Veamos: trata de unas gentes que se creyeron alemanas antes que judías, lo que les resultó aún más doloroso cuando comprobaron que las iban a tratar sólo como judíos, desposeyéndolos de su dignidad para poder destruirlos. La Shoah. Su autora, Angelika Schrobsdorff, estuvo casada con Claude Lanzmann, autor precisamente de Shoah, la mítica película del Holocausto. Y lo que se cuenta aquí forma parte de ese relato universal e ­inabarcable que parece ir completándose con tanto dolor desde hace 80 años, cada día más extenso y cada día más vivo: como un universo en permanente expansión.
Sucede aquí lo mismo que con otras grandes obras: aunque pueda leerse como una novela (difícil encontrar un momento propicio para interrumpir su lectura), sabemos que se trata de las memorias de una persona, y por tanto, un relato veraz de un tiempo (el de antes, durante y después del III Reich) y unas ciudades (Berlín primero, Sofía después) dominados por millones de fanáticos (“el pueblo alemán” tal y como lo presentaron los jerarcas del partido nazi, y los Gobiernos europeos controlados por las SS) que terminaron reduciendo a millones de personas, entre ellas los principales personajes de estas páginas, a su condición racial, con el único propósito de acabar con ellas.
No hay una vida igual a otra, ni ninguna resulta insignificante cuando se la mide con ese implacable metro iridiado que es el sufrimiento. Y basta que alguien cuente sin retórica su vida para que se produzca algo tanto o más fascinante que el principio que rige la ficción, o sea, algo tan seductor como el argumento y el sentido narrativo con el que se presentan las novelas: la verdad. Ese es el punto de la indecidibilidad: nadie podría decidir si eso que lee es una novela o un relato verídico, como advertimos en la famosa “novela” del cautivo que aparece en el Quijote: ¿es una ficción o la confesión autobiográfica de Miguel de Cervantes?


1 comentario:

  1. Lo he leído, muy bueno y recomendable. Gracias por la crítica.

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