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sábado, 18 de diciembre de 2021

LA REPUBLICA DE LOS SUEÑOS de Nélida Piñón

 


Esta es la historia de un pobre gallego soñador de principios de siglo. Futuro emigrante, soñaba con América y, particularmente, con Brasil. Inmenso territorio en el que cualquiera, el menos elegido por la suerte, se vuelve conquistador, en el que las fortunas parecen caer como frutas de los árboles. Madruga, el personaje central de La república de los sueños, es el arquetipo de cierto ascenso social. Un self-made man, un patriarca. Pero también el guardián de una tradición oral anclada en los cuentos y las leyendas de Galicia. De ambos lados del Atlántico se desarrolla esta saga familiar, con voces que se contestan unas a otras a pesar del mar y del paso del tiempo. Generaciones pasadas y presentes dialogan entre sí en una novela enorme, en la que no pasa nada, o casi nada.

La cronología parece completamente aleatoria. Está hecha de constantes vaivenes entre antes y después, entre la adolescencia y la vejez, entre los recuerdos de infancia y el relato parcelizado de la suave agonía de Eulalia, la mujer a la que Madruga se fue a buscar a su pueblo natal para intentar criar en su tierra de elección a unos niños cuyo papel consistirá en cultivar la memoria como si fuera una religión. Entre el abuelo Xan, cuyos relatos provienen de su pueblo perdido de Galicia, y Breta, la más pequeña de la familia, llamada a ser una carioca de pura cepa, la relación es ínfima, casi invisible pero imprescindible. Breta acabará siendo la depositaria de la memoria oral, la que compondrá el libro infinito de esa familia sin apellidos.

Extrañamente, este gigantesco relato es sólo un esbozo, una obra que sugiere más de lo que afirma. En el silencio surgen los odios y los rencores que hacen estallar la familia en mil pedazos y que la recomponen en seguida por una cuestión de necesidad, de supervivencia del clan perdido en un ambiente hostil. Madruga es un déspota ilustrado. Él no acepta ningún cuestionamiento de su propio poder. Pero su objetivo no es solamente hacer fortuna. La fortuna adquirida debe servir para colocar la historia ordinaria de esa familia en el centro de las leyendas ancestrales.

La república de los sueños es la combinación de varios relatos a cargo de distintos narradores, que se acaban fundiendo en uno solo. La aventura banal del emigrante se transforma en epopeya colectiva, la de una de las comunidades que conforman ese amasijo pluricultural que es Brasil. La epopeya se desarrolla en un ambiente de sorda violencia. Cada guerra en el interior del clan, incluso cuando concluye con una muerte, da lugar a un nuevo nacimiento.



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