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sábado, 12 de noviembre de 2022

LA TIERRA DE LA GRAN PROMESA de Juan Villoro

 


El documentalista Diego González se muda a Barcelona. Desea una vida tranquila, pero su pasado lo atrapa por haber sido el causante del encarcelamiento de un capo del narco mexicano.

Diego González es un documentalista que habla dormido. Está casado con una sonidista que trata de descifrar lo que dice en sueños. Se muda a Barcelona, pero el pasado lo alcanza como una pesadilla. La visita de un viejo conocido, el periodista Adalberto Anaya, trastoca su reciente tranquilidad. Anaya #quien ha vigilado a Diego durante años con la atención casi desmedida de un admirador# lo culpa de haber hecho un documental para entregar a un narco. Diego se ve obligado a lidiar con este enemigo que es, al mismo tiempo, su único aliado. La tierra de la gran promesa es una metáfora del México contemporáneo. Una lectura amplia sobre las entretelas de la corrupción y la vida íntima donde las verdades se pronuncian al dormir. Una reflexión sobre la forma en que el arte influye en la realidad y en que la realidad distorsiona al arte. Una novela tan política como personal que mantiene a Juan Villoro como un testigo excepcional de nuestro tiempo.

La película de Wajda es el punto de partida de esta narración: ardió en la Cineteca de Ciudad de México en 1982, cuando los protagonistas de la novela de Villoro viven aún sus sueños de juventud. Digamos que es precisamente este incendio, probablemente provocado, el que desencadena el motor narrativo de esta novela, y también el comienzo de la desilusión de sus protagonistas.

Ahora demos un salto temporal hasta el año 2014. El protagonista de esta novela, el documentalista mexicano Diego González, viaja a Barcelona para filmar una película sobre matemáticos. Lo ha contratado un “mefistofélico” productor, Jaume Bonet, procaz vestigio de la gauche divine catalana. Éste es quizá el proyecto menos ambicioso de González, un documentalista serio, arriesgado y solemne, conocido por su entrevista a un capo de la droga, El Vainillo, que condujo (voluntaria o involuntariamente) a su detención.





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