Seguidores

sábado, 5 de agosto de 2023

SI YO ME PIERDO de Víctor Amela

 


La novela sobre los 98 días más felices y desconocidos de la vida de Federico García Lorca en la Cuba dorada de 1930.

Federico García Lorca desembarcó en Cuba procedente de Nueva York en marzo de 1930, invitado por una semana. Pero discurrieron más de tres meses hasta que el poeta andaluz decidió volver a España, embriagado de música y belleza caribeñas, soneros y santeros, terrazas y palmeras, ron blanco, sensualidad negra y noches de Malecón.

¿Qué hizo el poeta en «los días más felices de mi vida», como definió sus días cubanos? ¿Cómo Cuba tiñó la obra, la persona y el destino de Federico? «Si yo me pierdo —advirtió por carta a sus padres— que me busquen en Cuba.» Y se perdió. ¿Para encontrarse? Esta novela lo cuenta.

Si yo me pierdo es una novela que, aunque trata sobre Federico García Lorca y novela su viaje a Cuba, comienza durante la pandemia del Covid-19, con el autor aislado en un hotel, esperando la ocasión de salir y ponerse a seguir las huellas del autor de tan inmortales poemas y obras teatrales. Y aunque este puente que tiende Víctor Amela entre pasado y presente, el afán de protagonismo del autor eclipsa en la novela lo que debería ser la trama principal: la visita de Lorca a La Habana. Se nos narra un viaje en busca de las pistas que Lorca dejó tras de sí, anticipando de esta manera muchas de las situaciones que, más adelante, se narrarán en forma de ficción. Utiliza, además, el presente como tiempo narrativo, lo que resta elegancia a la narración. Dos decisiones estas que me han costado una extraña relación con el libro. Como amante de Lorca tras haber vivido en la misma Residencia de Estudiantes en que conoció durante una década a Buñuel y Dalí, leer sobre Lorca es algo que me obsesiona y fascina. Si yo me pierdo recoge una obra muy personal del autor, un puente, como he dicho antes, entre pasado y presente, lo que ayuda a dar una visión del poeta viva, y no como un simple hito que estudiar. Comprendo esto y entiendo que es totalmente intencionado por parte del autor (a estas alturas no voy a caer en la falacia de que cuando algo es intención del autor, automáticamente resulta acertado, pues los autores tienen la virtud de tomar decisiones que no agraden a sus lectores), pero a mí me falla.





No hay comentarios:

Publicar un comentario