Espejo roto narra la
historia de tres generaciones de una misma familia, los Valldaura. Se trata de
una novela coral donde un conjunto de personajes explican una ciudad, Barcelona, y una época, la
anterior a la guerra civil española.
La mayoría de las novelas de Rodoreda,
como La plaza del diamante, tienen un único
protagonista, una mujer, que se encarga de narrar en primera persona los hechos
que van sucediendo de forma casi autobiográfica. En Espejo roto la
variedad de protagonistas hizo que la autora cambiara su estilo. Esta voz con
una función narrativa va variando a lo largo de la obra, presentando así los
puntos de vista de los diversos personajes. En Espejo roto no
hay un único protagonista sino que son varios y todos ellos muy diferentes.
Cada uno de estos personajes tiene su
propia visión de la vida. Y cada una de estas visiones, igual que un espejo
roto, no son más que fragmentos de la realidad. La unión de todos estos
fragmentos es los que permite comprender la totalidad de la obra.
Al igual que otras novelas de la
autora, Espejo roto está cargada de simbolismos. La muerte, el
paso del tiempo o la decadencia familiar aparecen representados en diversos
pasajes de la obra. La autora se sirve de un espejo para representar el paso
del tiempo. Una rata simbolizará el fin de la familia y una perla caída la muerte.
La novela narra la
historia de la familia Valldaura, miembros de la burguesía de la Cataluña
de principios del siglo XX.
La historia está elaborada en torno al personaje de Teresa, la matriarca de la
familia. Hija de una vendedora de pescado, Teresa termina siendo una de las
mujeres más ricas de la ciudad gracias a su matrimonio con Salvador Valldaura.
Los personajes femeninos son, como en la
mayor parte de las novelas de Rodoreda, los encargados de ir narrando la obra.
Cada uno de estos personajes tiene una personalidad diferente. Teresa es una
mujer que ama la vida pero a la que la vejez le gana la batalla. Es una mujer
fuerte, capaz de sortear los prejuicios sociales de la época en la que vive.
Sofia, su hija, es una mujer dura, capaz
de enfrentarse a los problemas. De gustos refinados, representa el antagonismo
al papel de Teresa. Maria es el personaje que emana más poesía de los tres y la
que tiene que vivir un papel más dramático. Alrededor de estas tres mujeres
aparecen diversos personajes masculinos. A pesar de que su papel no es
principal, sí que resultan vitales para el desarrollo de la trama.
La novela narra el paso de los años y la
transformación del mundo de los Valldaura, pasando del lujo más esplendoroso a
la total decadencia. Otra mujer, Armanda, la criada, será la única que
intentará salvar los restos de este mundo que, con la muerte de Teresa y la
llegada de la guerra civil, se desmorona por completo.