Seguidores

domingo, 31 de enero de 2016

LA HIJA DEL ESTE de Clara Usón



“Una chica enamorada de su padre descubre que es un monstruo; si tu referencia moral es un fraude, ¿qué haces?; por ejemplo, ¿me mato para que no mates tú más? Ana es víctima de la peor traición posible, ¿cómo poder seguir viviendo con esto?”, balacea como una ametralladora Usón al definir a su personaje, infestado de esa culpa heredada que tan a menudo arrastran sus criaturas. Un relato de Tolstoi, Después del baile, que un personaje cuenta a otro, funciona como metáfora del libro: un hombre se enamora en una noche de baile perdidamente de una joven que le corresponde: el amor perfecto; al día siguiente, el joven ve cómo el padre de la chica, alto militar, aplica un durísimo castigo a un soldado; por ello, decide no volver a verla nunca más. La hija paga por el padre. ¿Justo? “Los hijos no son los culpables de lo que hacen sus padres pero a menudo se lo reprochamos; en cualquier caso es aquello de los versos de Philip Larkin: ‘Te joden la vida papá y mamá/ tal vez sin intención/ pero lo hacen’. Sí, es uno de mis temas: de la familia sale todo, incluida la culpa, propia o ajena…”.
Siente un punto de debilidad Usón por su protagonista, que tras oír de amigos los horrores que protagoniza su padre empieza a turbarse: “Hace falta valor para dejar entrar la duda en la vida de uno, para desmontar las certezas que te sostienen; eso es siempre sano, a pesar del peligro de que sea paralizante”. Ana Mladic, víctima de ese refrán de su país que reza: “Cuanto más sepas, más sufres”, iba a ser presentada de manera más inocente por la escritora, pero cuando esta averiguó que en un picnic familiar acabó con su padre compartiendo disparos con fuego de mortero contra los bosnios, “me hizo reconsiderar bastante al personaje”. El episodio es una pequeña perla de la miríada de informaciones que aporta el libro sobre la tragedia balcánica, en el que invirtió tres años de investigación, hasta el extremo de hacerse traducir dos biografías del serbio y entrevistar a un buen número de croatas, bosnios y serbios. Buena parte de esa documentación vertida en la novela la tiñe también con una pátina de crónica, con fotos y reproducción de informes, así como una galería de monstruos (Milosevic, Karadzic…) perfilados por una de las voces ficticias más críticas y distantes de la obra; una mezcolanza, en definitiva, que evoca a Soldados de Salamina. “Hay menos ficción en la obra de Javier Cercas que en la mía”, apunta Usón, consciente de que estrena formato en su trayectoria. “Es quizá una de las guerras más filmadas de los últimos años; por eso una estructura de novela decimonónica no servía; el narrador omnisciente no tiene ya la verdad; esa inocencia está perdida”, ejemplifica. Y más al hablar del conflicto de la antigua Yugoslavia…


1 comentario:

  1. Clara Usón, estilo impecable, majestuoso sentido del tempo, nos va presentando a los grandes protagonistas del último conflicto europeo. Me gusta la música tan apropiada que nos regalas. Un beso

    ResponderEliminar