Seguidores

domingo, 16 de julio de 2017

LA VIDA NEGOCIABLE de Luis Landero



Título tan acertado como todos los de Landero— habla de la infinita capacidad de caer y sobrevivir en la miseria y el ridículo. Quizá ahora se nota mucho más que otras veces porque la vida de Hugo Bayo está narrada en primera persona, como si fuera el relato de un pícaro moderno: un baqueteado Guzmán, o un cínico don Pablos, más que un ponderado Lázaro…
Hugo Bayo, peluquero de profesión y genio
incomprendido, les cuenta a sus clientes la historia de sus
muchas andanzas, desde su adolescencia en un barrio de
Madrid hasta el momento actual, ya al filo de los cuarenta,
en que sigue buscándole un sentido a la vida.
Y así, recordará la relación tormentosa y amoral con su
madre, el descubrimiento ambiguo de la amistad y del
amor, sus varios oficios y proyectos, sus éxitos y sus
fracasos, y su inagotable capacidad para reinventarse y
para negociar ventajosamente con su pasado, con su
conciencia, con su porvenir, en un intento de encontrar un
lugar en el mundo que lo reconcilie finalmente consigo
mismo y con los demás.
Empieza convocando a que “señores, amigos, cierren los periódicos y sus revistas ilustradas, apaguen sus móviles, pónganse cómodos”, y pronto sospechamos que nuestro charlatán es muy consciente de su condición de género literario cambiante: “Mi vida que venía de un drama se convertía en comedia, entra en un tramo festivo, casi de títeres”; “no habíamos comenzado apenas con el folletín, cuando nuestras vidas dieron un giro inesperado hacia el género policiaco”. Nunca se cansa de enfatizar méritos o miserias, o de hacer filosofía barata de sus pasos: “En mi afán de purificarme me hundí todavía más en el oprobio”, pero unas líneas después, “me sentí lleno de fe y rebosante de mí mismo”, quizá porque “aprendí que, por muy bajo que uno caiga, mal que bien acaba por amoldarse a su situación”. A punto de terminar, concluye, otra vez en forma de queja metaliteraria: “¿En qué proporción se mezclan el ridículo y lo sublime, lo trascendente y lo banal, la comedia, la épica, el drama y el folletín?”.



No hay comentarios:

Publicar un comentario