Seguidores

domingo, 16 de diciembre de 2018

EL AMOR NO ES UN VERSO LIBRE de Susana Fortes


 Por un lado tenemos a la jovencísima estudiante Kate Moore, que llega a la Residencia de Estudiantes para ampliar sus estudios en literatura española y deseosa de sumergirse en la cultura de un país que idealiza y, sin embargo, se encuentra con una nación que más bien tiene poco tiene con la imagen que ella tenía en su cabeza. Un país de carne y hueso, con una ingente cantidad de debilidades y que está a punto de quebrarse. En una ciudad en la que todo se sabía y, sin darse cuenta de dónde se estaba metiendo, no puede evitar enamorarse de su maduro profesor, Álvaro Díaz-Ugarte, el otro lado de esta historia. Un hombre de inclinaciones izquierdistas que, para más inri, está casado con la hija de un acérrimo católico y uno de los hombres fuertes del gobierno de derechas. No sé a vosotros, pero a mi me parece que la emoción está servida.
En una misma novela tenemos suspense, romance, intrigas políticas y todo ello situado en un interesante momento de la historia de nuestro país. Asimismo, además de para un relato trepidante, también hay sitio para la reflexión a lo que contribuye Susana Fortes con una retahíla de frases lapidarias muy bien puestas, que están presentes a lo largo de todo el libro y surgen como si tal cosa, como si se tratase de algo totalmente improvisado: “Un país que huele a incendio recién apagado no es para tomárselo a la ligera”, por poner un ejemplo. Me veo en la obligación de decir que, con frases como esta, mi profesor de filosofía del instituto se habría puesto las botas.
Creo que merece una mención especial el estilo narrativo que Susana Fortes despliega a lo largo de las páginas de “El amor no es un verso libre”. Resulta realmente meritorio que dándole siempre prioridad al ritmo y al avance de la acción sobre aspectos más bien descriptivos, consiguiera que, a medida que avanzaba en la lectura, percibiera los sonidos, los olores o los sentimientos experimentados a lo largo de la novela por los personajes. También el silencio. Es curioso, pero también se aprecia el silencio presente en multitud de momentos y lo que es más importante en alguna que otra conversación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario