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sábado, 13 de agosto de 2022

LAS NIÑAS SALVAJES de May R. Ayamonte

 


En Las niñas salvajes conocemos a Jimena Cruz, una periodista en horas bajas que está frustrada con su vida. Cuando Jimena comienza a investigar el asesinato de una monja que aparece en El Albaicín y que había sido como una tía para ella, comenzarán a sucederse una serie de crímenes que cambiarán su vida y la de los que le rodean para siempre.  

Ayamonte sitúa la acción en Granada, ciudad en la que vive actualmente. “Es una ciudad mágica y cargada de historia. Necesitaba una ambientación que me diera juego histórico y que pudiera seguir explotando en el futuro. No hay nada tan fácil como ambientar una obra en un lugar que conoces como la palma de tu mano. Llevo viviendo aquí cinco años y mi plan es quedarme. Así que no fue difícil. Además, se presta a la oscuridad y el misterio porque de noche tiene un aura interesante por el contraste de culturas que se mantienen vivas en los símbolos históricos. Para mí, parte del proceso de escribir Las niñas salvajes es aprender más sobre Granada y su historia. Creo que la trama se enlaza muy bien con todo ese legado histórico que tiene esta bella ciudad”, comenta la autora. 

La escritora y creadora de contenidos digitales aborda en esta obra cuestiones de género y de memoria histórica. Señala que es una novela que va más allá de unos crímenes que hay que resolver y que se remonta a cuestiones histórico-políticas que, espera, harán reflexionar a los lectores. “Además, hay un gran abanico de personajes que construyen la historia y que no dejarán indiferente a nadie. Pero, sobre todo y como he mencionado, la emoción está a la orden del día”, añade. 

Las niñas salvajes es un reflejo de la sociedad granadina actual, con una gran variedad de personajes muy verosímiles que representan a diferentes secciones de la población. El lector fácilmente encontrará alguno con el que se pueda sentir más identificado. Para crearlos, la autora hizo un intenso trabajo de documentación sobre familias granadinas con una posición similar a la de la protagonista.  

Otro de los retos a la hora de escribir Las niñas salvajes, ha sido pasar a escribir para un público adulto: “Aunque hay elementos en común porque el proceso de escritura ha sido similar. Sin embargo, en Las niñas salvajes he cuidado mucho más el estilo, he profundizado en descripciones y me ha llevado muchísimos días de documentación que con otras obras no he tenido que hacer. Otra gran diferencia, que además buscaba, ha sido plantear los conflictos de los personajes desde una edad más adulta y que ya se asemeja un poco más a la mía. He podido tratar otros temas y, sobre todo, darles una perspectiva más madura”, afirma May R. Ayamonte





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