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viernes, 25 de abril de 2025

SOLAS EN EL SILENCIO de Silvia Intxaurrondo

 



En Solas en el silencio aparece un ramillete de personajes que esconden algo por la culpa que sienten. ¿Alguna fuente de inspiración concreta?
Bueno, he conocido a muchas mujeres que, sin encajar al cien por cien en cada uno de los personajes, sí tenían algunas características de ellos. Hablo de mujeres como Soledad, mujeres que se sentían al margen del sistema, que eran rechazadas por determinadas cuestiones y que tenían una carga que iba con ellas, y que en el caso de ese personaje es su hijo Joxean. Luego también me han contado historias de mujeres que vivían una vida que no eligieron, mujeres a las que dijeron con quién tenían que casarse, por ejemplo. Y, por supuesto, he conocido historias de mujeres víctimas de la violencia machista. Al verlas en informativos y programas de actualidad me preguntaba hasta qué punto contamos bien sus casos, más allá de la mera estadística y de narrar simplemente lo que ha sucedido. Muchas veces, hablando con amigos después de que hubiera un caso de violencia machista, yo igual les decía: ‘Fíjate qué fuerte lo que este agresor le hizo a su mujer’, y ellos respondían: ‘No sabía yo que la historia tenía tanto recorrido’ o ‘Pues yo simplemente he oído que habían asesinado a una mujer en un determinado punto de España, pero no me había enterado de qué es lo que había detrás’. Siempre he tenido la espinita de que no estábamos contando esas historias con la suficiente profundidad. Solas en el silencio es un intento de hacer que ese velo de silencio, que es cómplice y que al final oculta las violencias hacia las mujeres, se levante poco a poco.




sábado, 19 de abril de 2025

ARDERÁ EL VIENTO de Guillermo Saccomanno


 

«La cuidadosa construcción de un deterioro que, aunque transcurra en un país específico, acaba por ser una metáfora distorsionada del espíritu de nuestro tiempo».
Del acta del jurado

Los Esterházy, una pareja excéntrica sin un pasado claro, llegan a un pueblo de la costa argentina y comienzan a regentar un antiguo hotel. Estos dos seres (y sus dos hijos, una niña y un niño más inquietantes y enigmáticos que ellos) producen el efecto de una partícula enfermiza que se introduce en las grietas de una sociedad pequeña y arrasa con su dinámica cotidiana, aparentemente calma. La pareja resulta ser un amplificador de los prejuicios, los deseos ocultos, las supersticiones, los temores y la violencia larvada en muchos de los habitantes del pueblo.

Arderá el viento es la historia de una degradación, de un descascaramiento agónico que poco a poco deja a la vista las miserias del cuerpo social. Expuesta al influjo de los Esterházy, la extraña villa costera deja aflorar la oscuridad que circula por sus zonas subterráneas, como si los visitantes fueran una piedra de toque maligna que lograra sacar a la luz la verdadera naturaleza de los personajes.

Escrita en un estilo parco y de una rara intensidad, la novela es la cuidadosa construcción de un deterioro que, aunque transcurra en un país específico, acaba por ser una metáfora distorsionada del espíritu de nuestro tiempo.

La crítica ha dicho sobre el autor:
«Una prosa tan afilada y ardiente como un cuchillo al rojo».
Rosa Montero

«El triunfo del arte de novelar».

Ricardo Menéndez Salmón

«Escritor pendiente del lector, con quien establece un vínculo fraterno, cómplice aunque sin esquivarle la incomodidad, no se permite frase sin que la apuesta por sus efectos inmediatos garantice un rebote fuerte y seco».

Los Esterházy, una pareja excéntrica sin un pasado claro, llegan a un pueblo de la costa argentina y comienzan a regentar un antiguo hotel. Estos dos seres (y sus dos hijos, una niña y un niño más inquietantes y enigmáticos que ellos) producen el efecto de una partícula enfermiza que se introduce en las grietas de una sociedad pequeña y arrasa con su dinámica cotidiana, aparentemente calma. La pareja resulta ser un amplificador de los prejuicios, los deseos ocultos, las supersticiones, los temores y la violencia larvada en muchos de los habitantes del pueblo.

Escrita en un estilo parco y de una rara intensidad, la novela es la cuidadosa construcción de un deterioro que, aunque transcurra en un país específico, acaba por ser una metáfora distorsionada del espíritu de nuestro tiempo.




viernes, 11 de abril de 2025

EL LOCO DE DIOS EN EL FIN DEL MUNDO de Javier Cercas

 


El loco de Dios es Jorge Bergoglio, el papa Francisco, y el fin del mundo, Mongolia, un país emparedado entre Rusia y China, cuya comunidad católica no pasa de las 1.500 personas, adonde viajó a finales de agosto de 2023. Aquella primavera, el responsable de la editorial del Vaticano, Lorenzo Fazzini, había invitado a Cercas a escribir un libro sobre ese viaje y el escritor ateo y anticlerical —como advierte en la nota inicial— vio la ocasión de brindarle a su madre la certeza, avalada por el mismo Papa, de que tras la muerte se reencontraría con su marido. La posibilidad del Cercas hijo de preguntar acerca de la vida eterna (y la resurrección de la carne) al Papa ponía en bandeja al Cercas escritor la aventura de zambullirse en otro de sus libros fuera de norma. Uno “tan extravagante como fuera posible, una mezcla de crónica y ensayo y biografía y autobiografía”, un “batiburrillo de géneros” —y propósitos, yo diría— que resulta apasionante por unas cuantas razones.

De este modo, mientras vemos a Cercas acudir a un encuentro de intelectuales en la Capilla Sixtina o volar hacia el corazón de Asia (durante el vuelo tiene lugar la conversación clave con Francisco que permanece protegida por una elipsis hasta el final), vamos descubriendo la personalidad ambigua del Pontífice, la reputación de hombre autoritario y arrogante como provincial de los jesuitas en Argentina, su brillantez oratoria, su gusto por romper fecundamente la expectativa, sus ocasionales impertinencias, su asumida condición de pecador, su apuesta por volver a un evangelismo puro, exento de presunciones clericales o de maquinaciones por el poder. En el curso de sus averiguaciones, el narrador se entrevista con cuantos eclesiásticos e informadores le van saliendo al paso, hombres y mujeres —estas en clara minoría en el organigrama de cargos de la Santa Sede—, con la pertinacia del periodista que no es y con la astucia del novelista que sí es, y también con la perplejidad y hasta el aburrimiento del ateo.




viernes, 4 de abril de 2025

POR SI UN DÍA VOLVEMOS de María Dueñas

 



"Entre la realidad de un tiempo complejo y la ficción de un personaje literario, sus páginas nos llevan a Orán, a la Argelia francesa, frente a la costa sureste española: un territorio colonial al que montones de españoles se trasladaron como emigrantes o exiliados. Por pieds-noirs serían conocidos tras la independencia", adelanta la autora en un comunicado. "Escribirla ha sido un proyecto apasionante: de la mano de su protagonista, Cecilia Belmonte —que sucesivamente será también Cecilia Lagarde y Cecilia Aubert—, me he conmovido y he aprendido, he reconstruido un mundo que desapareció y he comprendido algunos entresijos, a veces luminosos y a menudo turbios, de la condición humana", añade Dueñas.

La novela, por lo tanto, traslada al lector a Orán en los años 20 del siglo XX. En esta ciudad africana de origen árabe, desembarca una joven con el falso nombre de Cecilia Canal. Aparenta cruzar el Mediterráneo escapando de la miseria, sin embargo, esconde otra razón. La urgencia por sobrevivir la obliga a dejarse la piel en plantaciones y lavaderos, como empleada doméstica y operaria de fábrica a destajo. Hasta que una madrugada, en la tabaquera Bastos, participa en un delito por el que paga con su sometimiento a un ser despreciable. Su entereza será lo que la libere y le aporte el coraje para rehacerse y emprender un camino en ascenso a lo largo de tres décadas vibrantes.

"Esta es la historia de una mujer que vivió el auge colonial y el controvertido fin de la Argelia francesa. Y, en paralelo, sus páginas rescatan la memoria de los desconocidos pieds-noirs españoles que, arrastrados por la emigración y el exilio, formaron parte de aquel mundo", anuncia la editorial.