«La cuidadosa construcción de un deterioro que, aunque
transcurra en un país específico, acaba por ser una metáfora distorsionada del
espíritu de nuestro tiempo».
Del acta del jurado
Los Esterházy, una pareja excéntrica sin un pasado claro, llegan
a un pueblo de la costa argentina y comienzan a regentar un antiguo hotel.
Estos dos seres (y sus dos hijos, una niña y un niño más inquietantes y
enigmáticos que ellos) producen el efecto de una partícula enfermiza que se
introduce en las grietas de una sociedad pequeña y arrasa con su dinámica
cotidiana, aparentemente calma. La pareja resulta ser un amplificador de los
prejuicios, los deseos ocultos, las supersticiones, los temores y la violencia
larvada en muchos de los habitantes del pueblo.
Arderá el viento es
la historia de una degradación, de un descascaramiento agónico que poco a poco
deja a la vista las miserias del cuerpo social. Expuesta al influjo de los
Esterházy, la extraña villa costera deja aflorar la oscuridad que circula por
sus zonas subterráneas, como si los visitantes fueran una piedra de toque
maligna que lograra sacar a la luz la verdadera naturaleza de los personajes.
Escrita en un estilo parco y de una rara intensidad, la novela
es la cuidadosa construcción de un deterioro que, aunque transcurra en un país
específico, acaba por ser una metáfora distorsionada del espíritu de nuestro
tiempo.
La crítica ha dicho sobre el
autor:
«Una prosa tan afilada y ardiente como un cuchillo al rojo».
Rosa Montero
«El triunfo del arte de novelar».
Ricardo Menéndez Salmón
«Escritor
pendiente del lector, con quien establece un vínculo fraterno, cómplice aunque
sin esquivarle la incomodidad, no se permite frase sin que la apuesta por sus
efectos inmediatos garantice un rebote fuerte y seco».
Los Esterházy, una pareja excéntrica sin un pasado claro, llegan
a un pueblo de la costa argentina y comienzan a regentar un antiguo hotel.
Estos dos seres (y sus dos hijos, una niña y un niño más inquietantes y
enigmáticos que ellos) producen el efecto de una partícula enfermiza que se
introduce en las grietas de una sociedad pequeña y arrasa con su dinámica
cotidiana, aparentemente calma. La pareja resulta ser un amplificador de los
prejuicios, los deseos ocultos, las supersticiones, los temores y la violencia
larvada en muchos de los habitantes del pueblo.
Escrita en un estilo parco y de una rara intensidad, la novela
es la cuidadosa construcción de un deterioro que, aunque transcurra en un país
específico, acaba por ser una metáfora distorsionada del espíritu de nuestro tiempo.
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